Cada vez que abandona la escuela una generación de adolescentes formados hasta cierto punto, llega una nueva generación de muchachos no educados. Es una situación parecida a la de Sísifo, quien, según el mito griego, estaba condenado hasta la eternidad a subir rodando una piedra hasta la cima de una montaña. Cuando llegaba arriba la piedra volvía a descender rodando y todo el proceso comenzaba de nuevo. Disciplinar es agotador y lleva a la conocida deformación profesional. Hay que ser indulgente con los maestros.
(Bernhard Bueb. Elogio de la disciplina)
Me parece que siempre es mejor Sísifo (¡qué gran labor la del educador!, ¡qué necesaria!: es como la buena tierra que arropa y hace crecer la semilla); me he liado, lo siento, es mejor Sísifo que Prometeo, ¿no?
ResponderEliminarSupongo...
ResponderEliminarBienvenido, Perde. Un saludo.