lunes, 6 de mayo de 2013

Defending Jacob (2012), by William Landay

Es un thriller jurídico ambientado en Estados Unidos. Un padre se ve implicado en la defensa de su hijo. Como a veces sucede en los thrillers, la información se presenta en el orden más eficaz para mantener la intriga y eso resulta artificioso. También los personajes son un poco peones de la historia y el autor los obliga a moverse por un terreno ambiguo que permitirá que el lector sospeche ahora de su inocencia ahora de su culpabilidad.
Las cuestiones legales están suficientemente explicadas y no constituyen una dificultad para el lector inexperto.
El libro tiene momentos un poco insulsos pero crece cuando ya está acabando. 4/5

domingo, 5 de mayo de 2013

Tempestad en el teatro Galileo

En mi entrada anterior comentaba que había leído La Tempestad de Shakespeare como preparación para verla representada. El hecho (aunque por mi lamentable abandono del blog aparece ahora en mayo) tuvo lugar en enero, si no recuerdo mal. Fernando, un gran amigo y antiguo compañero de trabajo, me envió una recomendación para que asistiera y fui en cuanto pude. Iban a retirarla poco después.
Ya he contado que La Tempestad no es de mis obras favoritas. Pero esta representación vale verdaderamente la pena. Es inteligente, es muy variada, es divertida y espectacular.
Desde hace dos o tres días la están reponiendo en el teatro Galileo de Madrid.
¡Vedla!
Yo repito este miércoles para llevar a algunos alumnos.

sábado, 4 de mayo de 2013

La tempestad (1611), de William Shakespeare

Algunas obras de Shakespeare se me resistieron en su dia. El sueño de una noche de verano es una de ellas. La tempestad fue otra. Tiene muchos personajes, algunos fantásticos, e incluye elementos de magia. En fin, la recordaba como una comedia difícil y una de esas lecturas sin terminar. El caso es que iba a ir a verla y tenía interés en leerla antes y me forcé. Y ha sido una lectura difícil pero no tanto como me había temido.


En verdad los personajes son muchos, y además no se distinguen suficientemente: hay dos reyes, el heredero de uno de ellos, el hermano del otro y su hija, los consejeros, los sirvientes... Todos están en una isla después de un naufragio y sus jerarquías no son patentes.

Shakespeare asigna pronto una motivación a cada uno (por ejemplo propone a un personaje asesinar al rey para usurpar su trono) pero esto también parece arbitrario, casi impuesto desde fuera, como cuando Calderón reparte papeles a los actores en El gran teatro del mundo.

Tenemos, pues, muchos personajes con papeles poco caracterizados y motivaciones sobrevenidas, y la comedia va saltando de un grupo de personajes a otro como la atención del espectador de un circo de tres pistas. Golpes de magia. Bailes y canciones... ¡Todo vale! Teatro sin límites o casi sin límites. Prefiero las obras situadas en tierra firme. 3/5.

viernes, 3 de mayo de 2013

El libro de la señorita Buncle (1930) de D. E. Stevenson

La señorita Buncle anda mal de dinero y para ganar algo decide escribir un libro. Como no tiene mucha imaginación, su libro trata sobre su propio pueblo y tiene como protagonistas a sus habitantes. El libro conmociona casi al pueblo entero y cambia el curso de bastantes vidas.


No me atraía demasiado leer un libro "metaliterario" (una novela sobre una novela), pero me lo recomendaron y, la verdad, me ha divertido mucho. Costumbrismo provinciano inglés. El final, un pelín brusco.   La autora es pariente (creo que prima) del gran Robert Louis. 5/5.