martes, 20 de mayo de 2008

La Dorotea (1632), de Lope de Vega

De vez en cuando hago alguna excursión al pasado para poner parches a mis desconocimientos de historia de la literatura clásica. Algunos libros, como éste de La Dorotea, despiertan mi curiosidad a la vez que me imponen mucho respeto.
Había oído hablar muy bien de La Dorotea (aunque no recuerdo cuándo ni a quién), y como no había leído nada en prosa de Lope y sabía además que recreaba algún lance autobiográfico de su juventud, me decidí a leerlo.
Se trata de una novela dialogada, muy próxima al teatro (al estilo de La Celestina, pero en un tono más ligero y frívolo), de cinco actos.
Son interesantes los dos primeros y deslucidos el tercero y el cuarto (dedicado en buena medida a críticar el gongorismo). Se me ha hecho larga pero no difícil.
Cuenta el enamoramiento, el desengaño, los celos, la vuelta al enamoramiento, a los celos, etc. entre el joven Fernando (apuesto, culto y pobre; trasunto de Lope) y Dorotea (trasunto de Elena Osorio).
El estilo es agradable, en general, aunque recargado en exceso de dichos y refranes que casi todos los personajes emplean. El tono general es el de las comedias de enredo.
"Es más fuerte de sufrir el temor que el mal suceso, porque imaginado, se piensa en que ha de venir, y venido, en que se ha de remediar".
"Mas no debéis maravillaros, que, como es ordinario en los hombres, en sacando una espada para ver los filos, sacarlas todos los que están presentes, así en nosotras, en sacando una sus pensamientos, las demás desenvainan los que tienen por mejores".
"La mayor discreción es poner la capa como viniere el viento".
3/5.

1 comentario:

raul figueroa dijo...

Hola Alfonso. Muy conseguido el blog. Si te gusta el teatro, entra en el mío y dime lo que opinas. Hasta luego.