martes, 29 de diciembre de 2009

Shackleton (2002), de Charles Sturridge


Miniserie de la BBC técnicamente muy bien realizada y muy fiel a los hechos.
En 1914 Shackleton organizó un equipo para atravesar el polo Sur. El barco encalló en el hielo y el objetivo entonces pasó a ser sobrevivir y regresar a Inglaterra.
La expedición está muy documentada porque se conservaron diarios y fotografías y el relato de la misma es un impresionante libro que mezcla las aventuras de supervivencia con un curso sobre liderazgo y dotes de mando.
Yo leí en su día La prisión blanca, de Alfred Lansing, que me apasionó, y también hojeé Atrapados en el hielo, de Caroline Alexander, que pressenta mejor las fotografías de la expedición
Es una historia que vale la pena (tanto la serie como los libros). Una auténtica odisea plagada de decisiones heroicas, desesperadas e inteligentes.
La película está muy bien hecha, con buenas actuaciones y hermosas imágenes, aunque tiene ese aspecto propio de lo que nace para la televisión (no sé qué es, pero aquí se aprecia con claridad).
El guión es bastante equilibrado pues muestra a Shacketon con luces y sombras. El actor que lo representa en Kenneth Branagh, nada menos, y actúa con sobriedad (no con el punto exagerado e histriónico que tiene a veces). 4/5,

sábado, 26 de diciembre de 2009

Coplas a la muerte de su padre (1477), de Jorge Manrique


En mi lista de libros favoritos figuran las Coplas que, siendo una piececilla tan breve, algo que apenas puede llamarse libro, es sin embargo una obra maestra y vale por un siglo entero.
Recientemente he leído una biografía novelada de Jorge Manrique (el comentario, aquí) en buena medida con el propósito de darle color a las Coplas, que me admiran desde que era adolescente.
Recuerdo también que en su día me gustó el ensayo de Pedro Salinas (Jorge Manrique o tradición y originalidad) en el que Salinas resaltaba el contraste entre la poesía amorosa de Manrique (insulsa, tópica, desangelada) y esta elegía (sentida, vibrante, que recoge también los tópicos del género pero que los supera). En la poesía amorosa Manrique sirve al género; en las Coplas, la tradición elegíaca le sirve a él.
Las Coplas son fuertes y a la vez delicadas; son admonitorias y a la vez consoladoras; hablan de la muerte con tono sereno pero rotundo, con solemnidad.

jueves, 24 de diciembre de 2009

Feliz Navidad

A todos los lectores que paséis por aquí os deseo una feliz Navidad, y que en 2010 Dios nos ayude mucho a todos.
Os dejo con un mini-reportaje sobre "el belén de la Plaza de San Pedro.

sábado, 19 de diciembre de 2009

Turismo "franciscano"



Antes de proceder al desarrollo de mi teoría, debo reconocer públicamente que en mi familia próxima no hay nadie aficionado a la fotografía (al menos, que me conste); debo confesar también que se nos pasan antológicas reuniones familiares sin que nadie eche en falta una cámara y recuerdo, incluso, que en cierta ocasión compramos una desechable en una gasolinera para algo muy concreto y, en el momento de la verdad, nos la dejamos olvidada en la guantera del coche.


Además, no somos excesivamente fotogénicos ninguno. Y es probable que eso también influya.


Consecuencia de todo lo dicho: la cámara no forma parte de mi "pack de excursionista". Y la cámara de mi móvil está de más: he debido hacer con ella diez o doce fotos, la mayoría para aprender.


Cuando llego a un sitio impresionante no pienso en fotografías; cuando, por ejemplo, pasa el Papa a tres metros de distancia (como me sucedió en octubre) ni se me pasa por la cabeza hacerle una foto. Más aún: me parece un ridículo absurdo el disparate de cámaras que tratan de retener los momentos fugaces.


Pero lo cierto es que "la gente normal" (la mayoría) tiene el móvil o la cámara preparada, como el revólver de un pistolero, para llevarse un recuerdo de todo lo que ve. Así que el turismo a la antigua, sin hacer fotografías, es algo extraño, casi prehistórico, una especie de actitud franciscana rayana en el heroísmo.


Este complejo de rara avis me ha llevado a desarrollar una teoría sobre las dos consecuencias más evidentes que se derivan del turismo franciscano que practico (el cual, insisto, en mi caso es connatural y no una conquista ascética): por un lado, un desprendimiento del mundo por el que se respeta la realidad sin pretender tomar posesión de ella, una actitud que es como la de aquel naturalista que no colecciona especímenes: los ve, los aprecia, los respeta, los deja seguir viviendo donde están. Por otro lado, se paladea también la dimensión temporal, histórica, de la persona. Me explico: se deja que las cosas pasen, sin pretender detener el tiempo, sin "inmortalizar" el momento. La fotografía, en mi modesta opinión, sacrifica el presente al convertirlo en material para, en el futuro, poder recordar el pasado.

[Caso extremo y patológico: durante mi reciente viaje de estudios a Italia con alumnos, me decía uno que, desafiando la prohibición de hacer fotografías, había puesto su cámara en "modo ráfaga" y había logrado obtener 450 fotografías de la Capilla Sixtina. ¡450, oiga! ¡Qué pasada!]

viernes, 18 de diciembre de 2009

El Mesías. Camino a Caná (2008), de Anne Rice


Me impresiona la soltura con que Rice contruye personajes y conflictos, porque la novela no tiene que ver con una vida de Cristo. Jesús es el narrador y los acontecimientos repercuten en Él, pero el Evangelio sólo "presta" el marco cronológico (vida oculta de Jesús, ayuno en el desierto, Bautismo, Caná) y a algunos de los protagonistas. Casi todo lo que aparece es invención de la autora.
Leí la novela con cierta aprensión: dice el adagio que sancta sancte tractanda (las cosas sagradas se deben tratar con el máximo respeto). Cuando Rice decide escribir un relato de ficción poniendo a Jesucristo como narrador, se obliga a reconstruir sus pensamientos y sentimientos respecto de un montón de acontecimientos de fábula: enamoramientos, enredos sobre bodas, envidias, rencillas familiares, disputas vecinales...
A veces parece que el narrador va a ahogarse en un mundo tan casero, tan estrecho, pero entonces la autora lo echa a volar con elegancia y fuerza, y el humilde carpintero se transmuta en Mesías, como quien se incorpora. Y la autora, en mi modesta opinión, sale bastante airosa del atrevido lío en que se había metido.
No está mal, aunque me gustó más la primera (el comentario, aquí). Lo que más me chocó en Camino a Caná es la manera en que presenta la elección de los primeros discípulos, un poco como sin pensar, como improvisando. 3/5.

miércoles, 16 de diciembre de 2009

La ciudad automática (1932), de Julio Camba



La ciudad automática es una colección de artículos neoyorkinos de Camba. Me interesa el género de opinión en los periódicos: es una mezcla de reflexión intelectual y literatura y suelen estar rebosantes de retórica. En la Selectividad de Lengua siempre sale uno y eso me ha llevado a estudiarlos un poco. Camba es un maestro en el género y sólo había leído algún artículo suelto suyo. Los de La ciudad automática los escribió en USA en plena post-crisis del 29. Son artículos pintorescos y divertidos (un español socarrón juzgando la vida americana) aunque abusan un poco de la exageración simplona y de la paradoja.


Una cita que ya puse en el blog, la tenéis aquí. 4/5.


lunes, 14 de diciembre de 2009

Trapos sucios (1999), de David Lodge


Me habían recomendado encarecidamente a este novelista inglés. En la Biblioteca a la que voy tenían cinco o seis novelas suyas y escogí ésta por su brevedad y porque me atrajo su planteamiento: dos amigos escritores se proponen dar un escarmiento a una agresiva periodista que, en una entrevista, ha dejado en ridículo a uno de ellos. Los planes no salen exactamente como habían planeado y todo el mundo resulta un poco malparado.
Se trata de la versión novelada de un texto teatral y, en mi opinión, no funciona bien como novela. Los diálogos tienen ese tono ingenioso, tirante, propio del teatro, pero también la artificiosa necesidad de sorprender de continuo con giros inesperados. El final me pareció además muy pobre.
El autor es un poco procaz y sus personajes son inteligentes, ricos y cultos pero, en cuantro a criterios morales, son auténticos náufragos.
No es una buena novela. 3/5

jueves, 10 de diciembre de 2009

La contaminación espiritual

El martes el Papa tuvo un acto de homenaje en Roma a la imagen de la Virgen Inmaculada que está situada en la Plaza de España. A mí me enorgullece que España se haya distinguido desde tan antiguo en la devoción a la Virgen.
Pero a lo que voy: el Papa hizo un sencillo discurso en el que advirtió del peligro de hacernos insensibles ante el mal, especialmente debido a la influencia de los medios de comunicación que convierten la realidad en espectáculo y acentúan la presencia del mal en el mundo.
Es una idea recurrente (alguna vez ya la he manifestado en el blog) que los medios de comunicación trasladan una imagen distorsionada de la vida social. Resaltan las anormalidades, satisfacen el morbo y promueven una especie de singulares lapidaciones públicas de presuntos ladrones, violadores o asesinos. Estoy recordando, claro, esa histórica y tremenda portada del Abc con "la mirada del asesino". Es un ejemplo de antología pero pertenece a un modo de hacer muy extendido que busca el escarnio del delincuente, una especie de revancha social, de venganza.
Dice el Papa:
Cada día, de hecho, a través de los periódicos, la televisión, la radio, el mal es narrado, repetido, amplificado, acostumbrándonos a las cosas más horribles, haciéndonos insensibles y, en cierto sentido, intoxicándonos, pues lo negativo no se digiere plenamente y día tras día se acumula. El corazón se endurece y los pensamientos de hacen sombríos.
(...)
Con frecuencia nos quejamos por la contaminación del aire, que en ciertos lugares de la ciudad es irrespirable. Es verdad: se requiere el compromiso de todos para hacer más limpia la ciudad. Y, sin embargo, hay otra contaminación, menos perceptible por los sentidos, pero igualmente peligrosa. Es la contaminación del espíritu, que hace que nuestros rostros sonrían menos, sean más tristes, que nos lleva a no saludarnos, a no mirarnos a la cara.

martes, 8 de diciembre de 2009

Fiesta de la Inmaculada


¡Muchas felicidades!

lunes, 7 de diciembre de 2009

Camba sarcástico

Todos los días el Herald Tribune publica en lugar preferente un artículo titulado Calvin Coolidge says ("Dice Calvin Coolidge"). Tanto por este epígrafe como por el tamaño y la disposición tipográfica, los artículos de Coolidge me recuerdan, modestia aparte, unos que escribía yo años atrás para un diario de Madrid, y digo modestia aparte, porque los míos eran bastante mejores. No es que yo tenga un gran concepto de mi labor periodística. Probablemente mis artículos no me llevarán nunca a regir los destinos de España, pero si este caso puede parecer triste, mucho más triste aún es el de míster Coolidge, quien, para encontrar periódicos que publicaran los suyos, ha tenido necesidad de hacerse elegir primero presidente de la República.
Calvin Coolidge says... ("Dice Calvin Coolidge..."). Este título general está lleno de promesas, pero se pone usted a leer y resulta que Calvin Coolidge no dice nada. Al principio, viendo que Calvin Coolidge no decía nada, yo suponía de buena fe que no se le ocurría nada, y mi opinión sobre el ilustre hombre público comenzó a bajar considerablemente; pero, a medida que Calvin Coolidge seguía sin decir nada, esta desestima empezó a trocarse en un sentimiento muy parecido a la admiración.
―Pase el que a este hombre no se le ocurra nada un día ni dos, una semana o hasta un mes ―pensaba yo―, pero ¿cómo es posible que no se le ocurra nada nunca? Una vacuidad tan perfecta no puede ser espontánea. Indudablemente, Calvin Coolidge tiene un arte prodigioso que le permite tratar todos los temas sin comprometer jamás su pensamiento. Eso de coger todos los días cuatrocientas o quinientas palabras, cada una de las cuales posee una significación concreta, y combinarlas de tal modo que todas juntas carezcan totalmente de sentido, no lo hace un cualquiera.
(Julio Camba. La ciudad automática)

domingo, 6 de diciembre de 2009

Recuerde el alma (2009), de Carmen Riaza Molina


Semblanza biográfica de los diez últimos años de vida de Jorge Manrique. El libro es una reconstrucción histórica novelada de los acontecimientos que vivió el poeta en el tramo último de su vida. No hay notas a pie de página pero se ve que cada paso está muy medido y fundamentado.

La escritora enriquece un poco los hechos desnudos con relaciones escritas conservadas, con reflexiones "manriqueñas" (desgranando las Coplas, por ejemplo) o con escuetos diálogos verosímiles.

Jorge Manrique pertenecía a una familia noble no excesivamente rica; pasó su vida adulta peleando sobre todo contra otros nobles castellanos de facciones enfrentadas. Murió en uno de esos combates a los 39 años de edad, en 1479, sólo tres años después del fallecimiento de su admirado padre.

Su familia había tomado partido decididamente por los Reyes Católicos. Es un momento histórico emocionante, aunque los protagonistas no podían ni imaginar hasta qué punto ese reinado que defendían iba a transformar España.

El libro tiene mucho de la sobriedad de su protagonista y está escrito, a la vez, con aliento poético. Me venía, al leerlo, la atmósfera de la película Il mestiere delle armi. 4/5.

jueves, 3 de diciembre de 2009

La dama boba (1613), de Lope de Vega


De vez en cuando vuelvo a los clásicos para ponerlos a prueba (si eres un clásico, tienes que demostrarlo). También los leo pensando en mis alumnos (¿podría recomendárselo? ¿entenderán esto?). Además busco conocer de primera mano la literatura española antigua. La gente, yo mismo, habla demasiado sobre libros que no ha leído.

Esta comedia, en realidad, la había leído ya durante la carrera, pero ¡dónde va de aquello! Ya no la recordaba bien. Y La dama boba es de las comedias de Lope que siguen vivas, de las que se editan y se leen. Así que decidí releerla.

Iba buscando también a Lope. Su personalidad es muy atrayente, con esa tormentosa mezcla de amor a Dios y a las mujeres. Pero no lo encontré. No es fácil ver a Lope en su teatro. Sus comedias están demasiado cargadas de convencionalismos, siguen rígidamente su fórmula de éxito si permitirse expansiones personales.

Los diálogos de La dama boba son muy difíciles, sobre todo al principio. Hay muchos personajes, muchos juegos de palabras, muchas expresiones coloquiales e incluso parodias del conceptismo. El argumento, además, es mínimo. Todo me ha resultado oscuro y anodino hasta que he llegado al último acto (son tres) y ahí me he reconciliado un poco con el autor, porque lo he encontrado más claro, más entretenido y gracioso.

Me leí con admiración el prólogo de Diego Marín, que hace una breve pero ajustada semblanza de Lope y una buena introducción sobre las características de su teatro. Las notas que acompañan al texto son más convencionales.

No es mi comedia. 2/5

lunes, 30 de noviembre de 2009

Slumdog millionaire (2008), de Danny Boyle

¿Qué puedo aportar a estas alturas de una película tan conocida?
Pues quisiera traer al blog un comentario sobre los paralelismos que encontré con la otra película de Danny Boyle que conozco: Millions.
Son semejanzas tan fuertes que me llevé una auténtica sorpresa al descubrir que no tienen el mismo guionista.
Los protagonistas de ambas películas son dos niños varones hermanos. Esto ya es bastante casualidad, pero además en los dos casos el hermano mayor es cínico y materialista mientras que el pequeño es generoso hasta lo extraordinario.

La fe del hermano pequeño es redentora, tiene efectos salvadores para otros.


Y, más sorprendente todavía: en ambas películas el dinero tiene un papel central en la historia. Tanto Millions como Slumdog millionaire hablan de un enriquecimiento repentino que despierta la codicia colectiva (quizá incluyendo a los espectadores) en todos menos en el hermano menor, al que el dinero no le interesa.


Ambas películas son cuentos fantásticos. El argumento está forzado hasta lo inverosímil para que triunfe la esperanza. 5/5.

jueves, 26 de noviembre de 2009

Trece salvas de honor (1989), de Patrick O'Brian



En la saga marinera de O'Brian voy por la 13ª novela. Ya he contado (aquí) que, en su día, me di un atracón y luego he seguido leyéndolas cuando cae en mis manos la que toca o cuando me entra el ataque de "hacerme a la mar". Este ejemplar de Trece salvas de honor me lo había dejado un amigo hace mucho. Tiene él la colección casi completa y yo, que había conseguido la 12 en Reyes, le pedí la 13. Luego resulta que me olvidé de que la tenía (y él se olvidó de que me la había dejado). Hace poco, revisando mi biblioteca, la encontré y recordé que me estaba esperando su lectura. ¡Pues a ello! (más que nada, para poder devolvérsela a mi amigo; claro).

Yendo propiamente al comentario del libro, he de decir que no me ha entusiasmado ni me ha defraudado. Casi todas las novelas de la serie son regulares "en el buen sentido de la palabra". Ni empiezan ni terminan del todo. En ésta, además, no sucede nada reseñable (salvo la reincorporación de Aubrey a la Armada y un acontecimiento final que me callo, porque es del final).

Pero me gusta la manera recia, tajante, en que O'Brian perfila y describe los caracteres de los personajes y el costumbrismo de la vida del barco. La novela me gustó.

Y ahora ya puedo devolvérselo a mi amigo (y tratar de conseguir la 14 y, si cuela, la 15). 4/5.

miércoles, 25 de noviembre de 2009

Rebelión en la granja (1945), George Orwell


Había leído hace mucho esta novela pero quería comprobar si seguía vigente, para recomendarla. Hay que tener en cuenta que mis alumnos nacieron después de la caída del Muro. El comunismo "les suena, pero no mucho". Quizá exagero un poco si digo que a Lenin y a Stalin probablemente los incluirían (junto con Franco y Mussolini) como lugartenientes de Hitler.

Para quien sepa poco del comunismo, sin embargo, Rebelión en la granja sigue teniendo interés porque (dejando aparte los personajes y hechos concretos que explican la alegoría) es una sabia presentación de ciertos totalitarismos: de cómo se desvirtúan las revoluciones y los más aprovechados se hacen con el poder y lo retienen con mentiras, violencia y propaganda. Los maravillosos progresos revolucionarios se vuelven regresivos al poco tiempo. 4/5

martes, 24 de noviembre de 2009

Orwell & Golding

Una cita de Rebelión en la granja:
Todos los domingos, a las diez de la mañana, los animales se reunían en el granero principal a fin de recibir sus órdenes para la semana. El cráneo del Viejo Mayor, ya sin rastros de carne, había sido desenterrado de la huerta y colocado sobre un poste a pie del mástil, junto a la escopeta. Después de izar la bandera, los animales debían desfilar en forma reverente ante el cráneo.
El detalle del cráneo animal pinchado en un palo me trajo de pronto a la memoria El señor de las moscas, de William Golding.
Luego pensé que ambas novelas son alegóricas y en ambas se reflexiona sobre el orden social; también hablan ambas sobre la violencia y sobre el poder despótico.
El caso es que me vino el pensamiento de que Golding escribió inspirado en Orwell. Una epifanía.
En fin, es una idea nacida a bote pronto. A lo mejor es un lugar común o un disparate. No se me escapa además, que las dos novelas tienen intenciones muy diferentes. Orwell pretende denunciar a Stalin y quizá mostrar cómo se frustran las revoluciones idealistas. La intención de Golding me parece principalmente religiosa.

lunes, 16 de noviembre de 2009

Judas Madrid (2007), de Ignacio Rodríguez Díaz


Original historia juvenil de contenido religioso. Combina una curiosa descripción atrevida y atractiva de la vida en el Cielo con unas aventurillas (menos logradas) en la Tierra. Tiene un tono desenfadado aunque en algún momento, al principio, la historia parece una excusa para dar un cursillo de antropología cristiana.
4/5.

domingo, 15 de noviembre de 2009

jueves, 12 de noviembre de 2009

Rabí Jesús de Nazaret (2005), de Francisco Varo


Un ensayo bastante ameno sobre el entorno histórico, cultural y religioso en que vivió nuestro Señor Jesucristo. Está concebido como una introducción a los evangelios. Describe las características de la dominación romana, del gobierno de Herodes, las costumbres de la época, las lenguas que se hablaban... La parte final se dedica a la historicidad de Jesucristo.

El libro está escrito con brevedad y sencillez. Se nota que el autor se contiene a la hora de las explicaciones, pero lo hace con elegancia, sin estar lamentándose por ello ni buscar reconocimientos. Muy recomendable. 4/5.

martes, 10 de noviembre de 2009

El don (2007), de Richard Paul Evans


Fiché a este autor cuando leí una novela romántica suya, El carrusel, que me pareció muy atrevida. La regalé y recomendé con bastante éxito. Evans es un escritor fácil y sus historias son limpias y positivas. He leído de él también La caja de Navidad (con la que se hizo famoso, pero que no me gustó) y Un día perfecto (sobre un escritor cuyo matrimonio entra en crisis por culpa de su éxito literario. Me gustó).

Cuando, hace meses, me encontré con este libro, decidí comprarlo por darle otra oportunidad y por la relativa seguridad de que dañino no sería.

Ahora que lo he leído, digo que me lo he tragado de un sorbo. Que era más breve de lo que parecía (la edición es generosa con los espacios en blanco). Que sus personajes son excesivamente de cartón piedra (de melodrama amable hollywoodiense). Y que se trata de una historia de amor un poco blanda, pensada quizá para hacer luego una película del tipo Algo para recordar o Family man.

Mejor al principio que al final. 3/5.

lunes, 9 de noviembre de 2009

El Mesías. El niño judío (2005), de Anne Rice



Anne Rice es famosa (al parecer) por sus historias de vampiros y, particularmente, por Entrevista con el vampiro. Su formación infantil fue católica pero abandonó la fe a los 18 años y ha vuelto a la Iglesia Católica en 1998. Desde entonces ha decidido dar un giro a su producción literaria y esta novela es un ejemplo de ello.
Se trata de una novela que tiene como protagonista y narrador a Jesús niño. Justo entre los siete y los ocho años, cuando comienza a hacerse preguntas sobre Sí y a buscar respuestas.
La empresa de Anne Rice es ambiciosísima, porque no sólo tiene que recrear convincentemente el momento histórico y el entorno de Jesús, sino también las personalidades de Cristo, su Madre y José, así como los acontecimientos que viven y los diálogos entre ellos. A mi juicio ha conseguido una emocionante reconstrucción cargada de sugerencias.
Recoge sólo un año de la vida de Jesús: desde el regreso de Egipto hasta el pasaje de “el Niño perdido”. En ese tiempo se despierta en el propio Jesús su identidad, de modo intuitivo primero y explícito después. De alguna forma se puede decir que el libro pretende iluminar la afirmación evangélica de que “Jesús crecía en sabiduría, en edad y en gracia delante de Dios y de los hombres” (Lc 2, 52). 4/5.

viernes, 6 de noviembre de 2009

Novísimas aventuras de Sherlock Holmes (1939), de Enrique Jardiel Poncela


Estuve hablando en la última Feria del Libro con el editor de este librito. Me cayó bien y me vi un poco en la obligación de comprarle algo.

(De ordinario no voy a la Feria, porque todos los puestos son muy parecidos unos a otros. Cuando voy, no suelo comprar nada. Temo dejarme arrastrar por mis impulsos.)

Está muy bien editado, con unas simpáticas ilustraciones, que resulta que son del propio Jardiel. Me llamó la atención.

La editorial es El rey Lear, que está sacando libros infantiles y de humor de mucha calidad y bien ilustrados. De Jardiel tienen por lo menos tres; y éste es gracioso, con un humor muy codornicesco; aunque no se trate más que de un divertimento.

Proceden las historias de un libro más voluminoso que Jardiel publicó en 1939 (El libro del convaleciente), una humorada para soldados hospitalizados del llamado bando nacional (¡cielos, lo que he dicho!) durante la guerra Civil. El subtítulo del libro, por cierto, era "Inyecciones de alegría para hospitales y sanatorios". ¡Ja! 4/5

jueves, 5 de noviembre de 2009

Pachín González (1896), de José María de Pereda


Ya he contado en el blog (aquí) que, cuando tenía 16 años, El Piraña nos hizo leer obligatorio Peñas arriba. Alguno de mis compañeros sufrió una especie de indigestión literaria mientras que yo disfruté durante mucho tiempo de un lugar recóndito donde mi imaginación se refugiaba. Es un recuerdo fuerte y ha creado en mí un agradecimiento firme hacia Pereda.

La crítica le es adversa. Resaltan su amistad con Galdós y salvan con reservas Peñas arriba y Sotileza pero condenan casi todo lo demás.

Yo acabé sospechando que las opiniones sobre Pereda procedían de la ignorancia y/o los prejuicios y he querido seguir leyendo otras obras suyas.

Me leí La Montálvez hace dos años y me defraudó. Ahora me he leído Pachín González y me he sorprendido porque no llega a ser una novela (como pensaba o me habían dado a entender) sino una novela corta o menos aún.

Pachín González es un relato como de 80 páginas que tiene por tema un trágico acontecimiento histórico del que yo no tenía noticia anterior: la explosión en 1893 en el puerto de Santander de un carguero vizcaíno (El Cabo Machichaco) que provocó más de 500 muertos entre autoridades civiles, bomberos, tripulación y público espectador.

Pereda, escritor santanderino, ve la oportunidad (o se siente en la obligación) de narrar una catástrofe que debió estremecer a la ciudad y conmover a todo el páís. Su actitud es como la de un fotógrafo. Inventa unos protagonistas (un joven y su madre) y, a través de su caso particular, asistimos al antes, durante y después de la terrible explosión. El argumento es mínimo: lo imprescindible para describir los acontecimientos.

Dos apuntes más:

En contra de lo que leí en alguna reseña muy repetida por internet, el protagonista no es el miembro de una tripulación sino que ha sacado un pasaje para otro barco.

Siendo la historia tan breve, Pereda no deja de incluir uno de sus temas recurrentes: la vida sencilla del campo como preferible a la riqueza en desarraigo. 4/5.

martes, 3 de noviembre de 2009

Catón el viejo (2005), de Eugenio Corti

Porque guardo un recuerdo excelente de "El caballo rojo" de Eugenio Corti, cuando descubrí que le habían editado esta obra en español, me interesé mucho. También me atraía que se trata de una novela histórica sobre Roma.
Catón el Viejo es una figura muy importante en la historia de la República romana en los umbrales del siglo II a.C. Su vida, además, está ligada a la época de la conquista y pacificación de Hispania. Era de origen humilde, campesino, pero hizo carrera primero como militar y luego como político. Llegó a ser cónsul y un magnífico abogado y orador.
La obra de Corti es una biografía novelada construida sobre la suma de numerosas escenas fragmentarias (como la columna de Trajano, que sale en la portada; como las noticias fragmentarias que tenemos del propio Catón o de sus escritos). No es una novela apasionante pero sí muy digna. Consigue una semblanza atractiva del hombre y de su tiempo. Catón fue un tradicionalista con afanes de reforma social. Corti parece que también. Con este libro envía un mensaje al lector contemporáneo.
Lo leí, en buena medida, durante mi viaje a Italia. Fue una excelente elección. Ahora me ha reforzado el deseo de leer Africanus (el primero de la trilogía de Santiago Posteguillo), del que he recibido algunos comentarios positivos y que, por su título, supongo que tiene como protagonista a Escipión, hombre contemporáneo de Catón y rival en lo político. 4/5

lunes, 2 de noviembre de 2009

Colinas plateadas, por alusiones

Me paso por el blog después de una lamentablemente larga ausencia. Mil disculpas a la peña seguidora. Estoy navegando un poco por debajo del nivel de flotación y el blog está "pagando el pato".
Pero he recibido un par de comentarios y he decidido dar señales de vida e informar de un par de cosas.
La primera, que la tesis sigue empantanada. Después de un cierto intento veraniego, el principio de curso ha podido conmigo y los verbos transitivos absolutos descansan pacíficamente cubiertos de polvo.
La segunda, que he estado cinco días maravillosos en Italia. Iba con alumnos, pero (no obstante, sin embargo) me lo pasé muy bien. Visité Venecia, Florencia, Siena y Roma. Obviamente apenas tuve tiempo para hacer un par de fotos y salir corriendo pero valió la pena. Otro día me paro en lo de las fotografías y el turismo. Ahora sigo.
La tercera (había prometido un par de cosas, pero hay una tercera) es que mi prima Lurdes se ha pasado por aquí (gracias, Lurdes, por tu comentario) y tiene un blog que se llama "Colinas plateadas" sobre cuestiones varias de filosofía, educación y sociedad. El enlace: aquí.
Hago propósitos de volver a atender el blog. Tengo lecturas pendientes.

martes, 6 de octubre de 2009

Veo una voz (1990), de Oliver Sacks


Soy seguidor de Oliver Sacks. He leído bastantes libros suyos: Con una sola pierna, El tío Tungsteno o Un antropólogo en Marte son los que me vienen a la memoria.

Sacks es un neurólogo británico afincado en USA. Es un médico humanista y un buen escritor.

Este libro llevaba como subtítulo "Viaje al mundo de los sordos" y tenía para mí el atractivo de leer algo de Oliver Sacks directamente relacionado con el lenguaje.

He de confesar que me ha aburrido y se me ha atascado. Sacks tiene algo de escritor profesional. Escribe sobre cosas sobre las que se propone escribir: en este caso sobre el mundo de los sordos. Y el libro tiene el aire de una tarea impuesta. Resulta un poco forzado, muy centrado además sobre los propios hallazgos del escritor.

A mí me interesaba el tema, porque me gusta la psicolingüística y me interesan casos como el de Helen Keller o el del niño salvaje de Aveyron pero, aunque los menciona y comenta, no los trata con detalle.

Copio una cita y luego la nota al pie:

El incalificable experimento del faraón Psamético (que hizo criar a dos niños por unos pastores que no les hablaban nunca, para ver qué lenguaje hablarían de modo natural, si es que hablaban alguno) se repite potencialmente con todos los niños que nacen sordos.

NOTA: El experimento del faraón Psamético, que reinó en Egipto en el siglo VII a.C., lo describe Herodoto. Repitieron el experimento otros monarcas, entre los que se incluyen Carlos IV de Francia, James IV de Escocia y el tristemente célebre Akbar Khan. Irónicamente, en el caso de Akbar Khan, se entregaron los niños no a pastores a los que se prohibiese hablar sino a ayas sordas que no hablaban (pero que, aunque Akbar no lo supiera, hablaban por señas). Cuando llevaron a estos niños a la corte de Akbar, al cumplir doce años, ninguno hablaba, ciertamente, pero todos ellos dominaban el lenguaje de las señas. No había, estaba claro, ningún lenguaje innato o "adámico", y si no se utilizaba ningún lenguaje, no se aprendía ninguno; pero si se utilizaba un lenguaje cualquiera, incluso uno de señas, ese se convertía en el lenguaje de los niños.

lunes, 21 de septiembre de 2009

Manolo el del bombo

Me paso por el blog para dejar esta cita (leída en Óptica libre) porque expresa muy bien un tema que considero muchas veces: el periodismo actual parece tarea de prestidigitadores. Manipulados por los propietarios, obligados a vender en un mundo de espectáculo, los medios se han vuelto instrumentos de poder. Te venden la burra, te centran la atención sobre lo accidental, te ocultan lo que no les interesa o te levantan del asiento para que hagas la ola. Crisis profunda en quien debería informar. Los ejemplos son continuos e innecesarios.
Tú gritas, pero nadie te oye, porque los manolos del bombo del periodismo, que hoy son todo el periodismo, se encargan de tapar los gritos con sus ruidajeras.
(Ignacio Ruiz Quintano. Yo no soy tu cajero automático, Abc)
Lo de las "ruidajeras" me parece demasiado atrevido, pero la expresión de "los manolos del bombo" es buena-buena.

martes, 15 de septiembre de 2009

Cosecha roja (1929), de Dashiell Hammett



Cosecha roja es uno de los clásicos de la novela negra y, para los aficionados al género con los que he hablado, una obra maestra.

Me leí la novela para conocer el género y por si la novela (breve, lindando las 200 páginas) servía como lectura juvenil.

Me gustó el estilo de las descripciones: rápidas, desgarradas, cortantes. Los personajes son tipos de sombrero y gabardina que disparan metralletas de tambor desde los estribos de un coche. Crímenes, traiciones e ilegalidades sin fin y muertes a porrillo. Muy bien escrito. Demasiado esquemático para mi gusto. 3/5.

jueves, 3 de septiembre de 2009

Robinson Crusoe (1719), de Daniel Defoe


Me ha sorprendido Robinson Crusoe porque no respondió a los recuerdos que tenía, y empiezo a pensar que en realidad no lo había leído hasta ahora. Lo cierto es que propiamente tampoco ésta ha sido una lectura pues lo que he hecho ha sido oír la versión inglesa leída de Librivox (una presentación de mi "proyecto" Librivox aquí.) Muy bien leído, la verdad, pero por un lector único (=peligro de monotonía) y con un acento americano demasiado "pastoso" para mí, que no me gustaba.
Me sorprendió que en la novela apareciera España con tanta frecuencia: hay un náufrago español con cierto protagonismo y algunos acontecimientos finales se suceden en España.
Me sorprendió también la cantidad de personajes y acontecimientos que pululan por la novela. Robinson Crusoe es mucho más que la supervivencia de un náufrago solo en una isla. Hay una larga introducción y después el protagonista entra pronto en contacto con otros semejantes.
Matizo lo de que entra pronto en contacto con otros hombres: cronológicamente pasan años (muchos años) pero esos años de soledad en la novela quedan muy abreviados.
Más sorpresas: fuertes planteamientos cristianos, aunque con ligeros prejuicios anticatólicos. Defoe reflexiona con frecuencia sobre Dios, sobre la voluntad de Dios, sobre la Providencia... Son reflexiones interesantes aunque en la novela quedan asociadas de forma algo simplona bondad y fortuna, maldad y desventura.

martes, 11 de agosto de 2009

Un mundo feliz (1932), de Aldous Huxley


Llevaba mucho tiempo queriendo leer este libro porque me atraen las novelas 'profetizadoras' (no encuentro el término; no me gusta 'futuristas'): novelas del tipo de 1984 de Orwell o Farenheit 451 de Bradbury. Había, además, leído alguna vez elogios hacia la intuición de Huxley. Los tres prevén una sociedad sometida a un poder tiránico. Orwell cree que el poder se sirve de la manipulación de la verdad para dominar. Bradbury, que somete a la sociedad por los medios audiovisuales (que idiotizan a los individuos). Huxley cree que el poder aletarga a la sociedad sumergiéndola en el bienestar.

En todos los casos se trata de un poder absoluto y sofisticado, cuyas técnicas de sometimiento pasan casi inadvertidas.

La novela se resiente un poco de ciertas predicciones (algunos 'futurismos' resultan ridículos o se quedan muy cortos), pero resulta ciertamente de una vigencia escalofriante en otras, particularmente en lo que se refiere al ateísmo beligerante, a la ingeniería genética o a la destrucción de la familia.

Huxley, quizá buscando una reacción en el lector, dibuja un panorama desolado donde todas las necesidades espirituales del hombre quedan sofocadas: el amor, la religión, la ciencia, el arte... El resultado es una sociedad desesperadamente insípida e inhumana. 4/5

jueves, 6 de agosto de 2009

Diario de un cazador (1955), de Miguel Delibes


El narrador es Lorenzo, un bedel de instituto, aficionado a la caza. Se percibe, de sus palabras, que es un hombre noble, un poco brusco y de escasa cultura. Se esfuerza por ganar unos cuartos en trabajos mal pagados, busca tiempo para salir a cazar y trata de sobrellevar la inestabilidad que le provoca una medio novia que se ha echado y que le trae de cabeza.

No hay mucha historia. Hay temas recurrentes y acontecimientos que repercuten sobre el narrador. Algunos momentos brillantes dentro de que la voz del narrador está siempre muy conseguida. Me recuerda a Carmen (la protagonista de Cinco horas con Mario).

Un buen libro menor. 4/5.

sábado, 25 de julio de 2009

Los buenos modales

Los buenos modales dicen que, cuando uno se va, debe despedirse. Yo me he ido del blog a fines de junio y todavía no he dicho esta boca es mía. Y lo siento. Y aquí estoy para despedirme.
No es una despedida definitiva, creo. Es la propia de las vacaciones.
No siempre tengo conexión a la red, y apenas leo. El tiempo libre de que dispongo se lo está engullendo la tesis.
Me he propuesto sacar un capítulo en verano y luego en septiembre plantearme el resto. He empezado a desempolvar los archivos (informáticos) y trato de escribir, con sangre, sudor y lágrimas (virtuales).
Creo que esto es comparable a la pretemporada de un deportista: igual que él tiene que recuperar la forma, yo noto el óxido en las neuronas y encuentro trampas por doquier donde quedarme atascado.
Siento el abandono del blog. Ojalá pueda remediarlo pronto.

lunes, 29 de junio de 2009

En lugar seguro (1987), de Wallace Stegner



Me hablaron muy bien de este libro. Leí después una reseña elogiosa (ya no recuerdo dónde). Lo he leído con pasión. Es una novela sobre el devenir de la amistad entre dos matrimonios entre los años 30 y los 80, en Estados Unidos, en ambientes universitarios, con pocos acontecimientos (algunos jalones significativos de la amistad, rememorados a la vuelta de los años), con un estilo elegante.

El planteamiento me creó algunas resistencias: se trata de una novela de un profesor universitario en la que el narrador es un profesor universitario escritor de novelas. Se presta a la metaliteratura, a estar dándole vueltas a los problemas de escribir. Afortunadamente no hay mucho de esto y lo que hay no es pesado. El libro se centra en las relaciones entre los cuatro, los problemas del carácter y las repercusiones en el tiempo de las vivencias comunes. Las alegrías y las dificultades.

Me gustó más la primera mitad que la segunda. En cualquier caso, lo recomiendo y es posible que lea más cosas de Stegner cuando las publiquen. Sin estridencias, tiene cosas que decir. 5/5.

jueves, 25 de junio de 2009

Calificaciones finales


En el calendario escolar toca en estos días recoger la cosecha de calabazas. Son calabazas plantadas con amor en septiembre y regadas y cuidadas con esmero a lo largo de tres trimestres.

En la línea del chiste que he puesto, recuerdo que alguien me contó de un maestro de pueblo que le dijo a un alumno al que veía condiciones para seguir estudiando: "Dile a tu padre que, si puede, venga a hablar conmigo".

El padre llegó un día, un poco azorado y empezó disculpándose: "Mire, don Matías, no sé lo que habrá hecho el chico, pero por si acaso que sepa que yo ya le he dado una bofetada."

miércoles, 24 de junio de 2009

My man Jeeves (1919), de P. G. Wodehouse



Quería leer algo de Wodehouse y, en una rápida investigación que hice, descubrí que ésta obra destacaba (no recuerdo en qué). La he oído en inglés, en la versión audiolibro de Librivox. Los audiolibros de Librivox a veces son obras colectivas (cada lector, un capítulo) y otras tienen un autor único. Las de autor único se hacen un poco monótonas pero ésta (que tiene un solo lector) está excelentemente leída y un poco dramatizada en los diálogos, sin caer en histrionismos.

Los capítulos son independientes y cuentan "casos" en los que el estirado criado Jeeves resuelve enredos familiares o sociales de su amo, de un modo análogo a como Poirot resuelve crímentes en las novelas de Agatha Christie.

Flema británica, registro formal, etiqueta, clasismo cínico, humor fino... 4/5

sábado, 20 de junio de 2009

La carretera (2006), de Cormac McCarthy



Una señora novela. Me ha impresionado. Un pelín áspera, al estilo de El señor de las moscas de William Golding aunque menos pretenciosa y más intimista.

Arranca con un padre y un hijo avanzando solos por una carretera en un mundo desolado por cierta catástrofe apocalíptica. El lector no sabe qué ha sucedido, qué buscan, de quién huyen. McCarthy narra con autoridad y obliga al lector a suspender las preguntas hasta cuando él disponga.

El padre conmueve y el hijo conmueve y el paisaje es un horror; cada vez más horroroso. Todo está arrasado y consumido. De los lugares no quedan ni los nombres. Tampoco sabemos los nombres de los protagonistas: "el hombre" y "el chico".

El libro habla sobre el amor del padre, sobre la fortaleza, la esperanza, la fe y la sencillez de corazón. El padre y el hijo se necesitan el uno al otro aunque en sentidos diferentes. Extraordinario. 5/5.

jueves, 18 de junio de 2009

11M: no ver, no oír, no hablar.


De vez en cuando, se cuela entre el silencio general alguna noticia que resquebraja cada vez más el cartón-piedra de la versión oficial de la masacre.
Los atentados de aquellos trenes en vísperas de las elecciones de 2004 nos dejaron traumados a los españoles. Es un crimen demasiado terrible y demasiado polémico. Hemos querido olvidarlo porque mancha de odio y de política al que lo toca.
Pero no se deja. A estas alturas, sigo sin saber lo que pasó pero sé que me han mentido y que siguen mintiendo. Y me deja asombrado que tanta gente (y tan importante) participe en la instrumentalización o en el encubrimiento de semejante barbaridad. Por razones diferentes (complicidad, culpa, miedo, prudencia...) el 11M ni se menciona. Hoy (aquí) escribe sobre ese silencio Gabriel Moris, el padre de una de las víctimas:
No nos vamos a conformar con el silencio que delata a los que, obligados a responder, no han dicho una palabra ni del libro de Antonio Iglesias ni del Yo acuso del director de uno los más importantes periódicos europeos.
¿Por qué insisten en el silencio? ¿A quién puede beneficiar que no lleguemos a conocer un relato creíble de los hechos? ¿Quiénes y con qué objetivo decidieron ocultarnos la verdad? ¿De qué materia estamos hechas las víctimas para unirnos a los que ni preguntan ni contestan? ¿Enmudeceríamos si estuviéramos convencidos de que los seres queridos que perdimos observan nuestro comportamiento?

Los españoles compartimos en gran medida ese silencio cómplice o cobarde. Ya sólo es posible creerse lo de los asturianos y los suicidas si uno quiere comulgar con ruedas de molino. No hay que "investigar" demasiado para descubrir increíbles negligencias, sospechosas irregularidades y maniobras enturbiadoras.
Este silencio nos llena de indignidad, pero a estas alturas de la película, cuando ya se saben tantas cosas, resulta además un ridículo patente.

lunes, 15 de junio de 2009

El Águila de la Novena Legión (1954), de Rosemary Sutcliff



Buscando lecturas juveniles, descubrí que la editorial Plataforma (nunca antes oída) había publicado recientemente esta novela histórica de R. Sutcliff.
De esta escritora inglesa leí con aprecio otra novela juvenil de tema parecido (Aquila, el último romano) y una versión simplificada de la Odisea (Naves negras ante Troya), de la que dejé en Villa Molina una reseña (aquí). Me cae bien y me hace ilusión descubrir que publican su obra.
El Águila de la Novena Legión es una novela juvenil ambientada en la Britania romana, a principios del siglo II d.C. Está basada en un hecho histórico: la desaparición misteriosa de la IX Legión (conocida con el título de Hispana). Su último destino conocido fue Bretaña y no se sabe cómo, cuándo ni dónde desapareció. Sutcliff hace su propia versión y crea una aventura en ese marco para dos personajes: un romano y un nativo. A Sutcliff le interesa el mundo clásico y en sus obras trata de divulgarlo. También le interesa Gran Bretaña y por eso se mueve con soltura en la época histórica en que ambos intereses estaban unidos. A mí también me interesan los dos, así que perfecto. La novela es juvenil; es decir: el argumento es un poco historieta, pero se lo perdono por ser ella. 350 páginas que se leen muy rápido. Dicen que la están llevando al cine. 4/5.

jueves, 11 de junio de 2009

Educar superando las dificultades (2007), de Mª Asunción Balonga



Consideraciones íntimas de una madre ante su labor educativa. Cuenta las repercusiones que para su vida han supuesto los hijos (y particularmente el más pequeño) y explica algo de la historia familiar y su visión de la vida.Breve. Muy intimista. Casi una confidencia lírica. Muy positiva y sugerente, sobre todo para madres con niños pequeños. 3/5.

martes, 9 de junio de 2009

Feminismo en Selectividad

Estos días los alumnos de 2º de Bachillerato se examinan de Selectividad (o PAU, como ahora se estila). Ayer hicieron el examen de Lengua y Literatura. Un examen feo, en mi opinión. Pero sobre todo feminista en los textos.
Hace tiempo se decidió que en los exámenes se evitarían cuestiones "sensibles" ideológicamente (temas políticos o religiosos) para evitar que influyeran en el examinando o en el corrector las discrepancias ideológicas.
Este año, sin embargo, el feminismo se ha puesto las botas con los textos.
En la opción A, un fragmento de La casa de Bernarda Alba: enfrentamientos y rencores. Os copio las acotaciones, para que os hagáis una idea: Poncia (Siempre con crueldad.); Bernarda (Fuerte.); Poncia (Con odio.); Bernarda (Crecida.); Poncia (Con odio envuelto en suavidad.); Poncia (Fiera.).
Luego, ya con una dosis de rencor acumulado en el cuerpo, te toca opinar en la pregunta 3 sobre las actitudes clasistas.
En la opción B un fragmento (los cuatro primeros párrafos) de un artículo de Miguel Ángel Santos Guerra titulado "La falla sociológica". El artículo completo (aquí, para el que quiera recrearse) fue publicado en La Opinión de Málaga en 2007 y recibió el XV Premio Nacional de Divulgación Feminista Carmen de Burgos (aquí, para hacerse una idea).
Comenta el artículo que las mujeres destacan desproporcionadamente en la Educación (Infantil, Media y Superior) pero luego desaparecen del mundo profesional. Ese posible éxito profesional se frustra (explica el autor) por culpa de una especie agujeros negros que son el amor filial, el amor conyugal o el amor maternal. Es decir: cuidar de sus padres, permitir la carrera de su marido o criar a sus hijos.
Luego tienen que opinar en la pregunta 3 sobre la situación de la mujer en la sociedad actual.
Como dicen mis alumnos: ¡me quedo bocas!

viernes, 5 de junio de 2009

La tribu (2005), de Anne-Laure Bondoux



En mi intento precipitado de encontrar dos libros juveniles con los que sustituir los que menos gustaron este año en 3º y 4º de la Eso, me he leído a prisa y corriendo tres novelas. He dejado ya las reseñas de las otras dos y ahora dejo la tercera. Las otras dos lecturas las descarté. No es que las vea desaconsejables, es que no valen la pena.
La tribu es otra cosa. Estuve muy tentado a seleccionarla cuando sólo llevaba un tercio leído. Esa reacción se debía en parte a que, cuando vas por la tercera novela, no quieres volver a fracasar: cansa mucho pinchar siempre en hueso. Pero también es que La tribu es una buena novela. O al menos a mí me lo ha parecido. No la hemos escogido como lectura obligatoria porque no la terminé a tiempo y porque es una novela un poco exigente: los protagonistas son una camada de ratas. Y su mundo de ratas es más bien realista, maloliente, no del tipo simpático y dulcificado de Ratatouille.
Las ratas huyen de la ciudad por miedo del hombre, viajan en un mercante y se buscan la vida en el país donde el barco atraca. Es una novela de esas que dicen “de aprendizaje”: Polo, el ratón protagonista, se ve en la obligación de espabilar y sacar adelante a las ratas de su “tribu”. Me recordó un poco a Colmillo blanco, aunque menos épico y menos sentimental. Peleas, decisiones arriesgadas, soledad, celos, supervivencia, heroísmo… Una aventura compleja y bastante larga que sigue reglas ratoniles pero que, sin adoctrinar, está hablando de un modo muy original, de fortaleza y de responsabilidad social.
Me parece muy recomendable, pero me parece difícil. Lógicamente no está dispuesto cualquier lector a meterse en el pellejo de una rata. Digamos que la tribu no es para las masas. 4/5.

jueves, 4 de junio de 2009

La tuneladora (2006), de Fernando Lalana


Dice el adagio que non bis in idem. Si no me había gustado el tono de 1808 Los cañones de Zaragoza (aquí), ¿para qué leerme otra novela de Lalana? La razón es que ésta que ahora reseño es la que me iba a haber leído inicialmente porque me llegó de la editorial que la promocionaba, pero descubrí curioseando la otra y el tema me interesaba más. No me convenció la anterior y tampoco me ha convencido ésta.
La tuneladora es una historia policiaca narrada por el detective que investiga el caso. El narrador es guasón y un poco cínico y la novela tiene momentos divertidos y otros inverosímiles.
He vuelto a sorprenderme con el uso de las minúsculas: un personaje se refiere a Franco como “el Generalísimo” pero en el texto sale con una minúscula: “el generalísimo”. Como la táctica minusvaloradora ya me había resultado curiosa y mosqueante en la otra novela, confirmo en ésta que debe de ser una estrategia del autor para ahuyentar sus fantasmas. 3/5.

miércoles, 3 de junio de 2009

De nuevo me pongo a escribir… (mi tesis)

No os explico el título de la entrada porque es un humor muy mío y creo que es mejor no denigrarme en la world-wide-web. La noticia que traigo al blog es que retomo mi tesis doctoral después de ocho años de lenta maduración en las bodegas del olvido.
No sé si administrativamente me veré con alguna dificultad por este largo periodo de reflexión; no estoy seguro tampoco de que mi director de tesis se acuerde de mí, pero por lo pronto he empezado a actualizar la bibliografía y desempolvar los materiales que guardo.
Inma, que no tiene bastante con su trabajo, es la culpable de esta reacción (denominarlo resurrección sería precipitado). Se encontró con mi director de tesis y dice que hablaron de que era una pena que la hubiera aparcado y de que si estaba todavía a tiempo y de que si patatín y patatán. Malditos.
Si pasáis por Villa Molina desde hace tiempo, habréis comprobado que cada vez hay menos espacio para mis reflexiones. Es que cada vez reflexiono menos. El trabajo no me deja. Una tesis por terminar es sencillamente lo que me faltaba. Sobre todo para el mes de junio… Villa Molina va a ser pronto un desierto.
¡Venga líos!

martes, 2 de junio de 2009

Introducción a la vida de oración, (1942) de Romano Guardini



Casualmente un Anónimo que no soy yo (aquí, gracias Anónimo) me ha dejado un comentario pidiendo que hable de este libro y hoy lo he acabado. Así que va, para contentar las expectativas populares.
Debo aclarar primero que es el primer libro de Guardini que leo. Había oído tantos comentarios elogiosos sobre él que tenía a la vez curiosidad y desconfianza; cierta prevención ante lo culturalmente-correcto. Es una vigorosa llamada a hacer oración. Un libro no entretenido pero asequible, para iniciarse en el trato con Dios. No me atrevo a decir del todo que me ha gustado. Es demasiado sobrio.
El tono me ha recordado a lo que he leído de Benedicto XVI porque, aunque era un libro presuntamente divulgativo, se detiene a hacer precisiones o puntualizaciones terminológicas y se mantiene en un correctísimo nivel académico sin muchas concesiones.
Esta sobriedad me ha resultado antipática en las pocas páginas, casi al final, que dedica a la devoción a la Virgen María. Parece que van dirigidas sobre todo a corregir excesos y superar recelos y son, por eso, tan sobrias y comedidas que se hacen molestas. Sale uno de ellas como autorizado tratar a la Virgen más que animado a hacerlo. Pero este reproche no afecta al libro entero.
4/5.

viernes, 29 de mayo de 2009

1808 Los cañones de Zaragoza (2008), de Fernando Lalana & José Mª Almárcegui


Estaba yo buscando con prisas una lectura juvenil. Estos días finales de curso estamos revisando las lecturas que hemos establecido en ESO y Bachillerato y queríamos hacer un par de cambios: un libro de 3º de ESO y otro de 4º para los que no tenenmos alternativas claras. Me he puesto a leer precipitadamente alguno de estos libros juveniles, por lo general poco enjundiosos.
Éste, enmarcado en la historia de España, me atraía. Leí hace tiempo uno o dos libros de Fernando Lalana que me gustaron (El zulo era uno, creo recordar). El planteamiento de éste era como un Episodio Nacional pero en versión contemporánea.
He terminado la lectura descontento. El libro es ameno, es entretenido y está bien escrito pero me han disgustado dos aspectos: desconoce o menosprecia lo religioso y es muy superficial.
Los protagonistas son unos mercenarios venecianos que vienen a parar a Zaragoza coincidiendo con el ataque de las tropas francesas. En un determinado momento los autores recapitulan los posibles argumentos por los que algunos hombres deciden quedarse en Zaragoza a combatir: El sentido del honor o del deber, la generosidad, el amor, la abnegación, la insensatez, la cerrazón, la locura, la atracción por la muerte, la búsqueda de gloria o el deseo de venganza... Es decir: salvo alguna invocación de atrezzo a la Virgen del Pilar o algún cura con trabuco que aparece también de decorado, para ningún personaje la fe constituye un móvil de sus actos ni interviene en sus comportamientos. Se me hace difícil de aceptar.
Ya de paso anoto otra cosa chocante: un par de veces aparece la expresión "por Dios" pero con minúscula. Dudo si es un empeño laicista de rebajarle a Dios su gloria o la presuposición de que el personaje que empleaba la expresión lo hacía desprovisto de sentido religioso o un simple descuido tipográfico. En cualquier caso me resultó muy forzado y extraño.
Lo que he llamado superficialidad es que la trama amorosa que incluye la novela sigue el guión del cortejo de las películas de Hollywood y la chica se acuesta con el chico a las primeras de cambio sin más problemas ni compromisos. La chica se supone que es nada más y nada menos que Agustina de Aragón pero, en la novela, bien pudiera tratarse de Sandra Bullock o, por actualizar un poco más mis tópicos, Keyra Knightley.
Una lástima, porque el libro es entretenido. 3/5.


lunes, 25 de mayo de 2009

Cranford (1853), de Elizabeth Gaskell



En algún lugar del blog expliqué cómo llegué hasta este libro: buscando algo de Elizabeth Gaskell después de conocer la excelente mini-serie de la BBC "Norte y Sur", basada en una novela suya así titulada (Lo encontré: mi comentario está aquí).
Cranford es una narración breve. Está compuesta de capítulos casi independientes que se publicaron en su día en una revista periódica.
Casi independientes. De vez en cuando, sobre todo al final, algunas noticias y personas van entrelazándose con otras anteriores y creando una trama ligera. Es un libro de gran calidad. Tiene como protagonista a la "alta sociedad" femenina de un pueblecito inventado. Los temas de cada capítulo son las menudencias que llenan su vida y sus conversaciones: sus miedos, un sombrero nuevo, una boda, un desconocido...
La narradora participa de este mundo pero también pone en evidencia ante el lector, con cordialidad, sin sarcasmos, los aspectos ridículos y los heroicos de sus vidas provincianas.
Muy bien escrito. Con una frase o dos Gaskell resuelve con finura un complicado retrato psicológico o deja caer un divertido comentario suavemente irónico.
Lo malo ha sido que lo he leído a trancas y barrancas. Un triste destrozo. Este libro pide momentos de lectura distendidos. No era (claramente) el libro para un final de curso con tensiones, cansancio y falta de tiempo. Pero es que hay una serie de la BBC también sobre este libro y yo quería verla pero habiendo leído primero el libro. ¡Si es que no se puede tener todo (en la tierra)!
Dos citas del libro que introduje previamente en el blog: aquí y aquí.
5/5.

domingo, 24 de mayo de 2009

Esto que he leído lo firmaría de mí mismo

Nunca me he sentido lo que la gente llama un espíritu fuerte y a menudo es para mí una tarea ardua decidir lo que debo hacer cuando me enfrento a una nueva situación. Estoy muy contenta de que... estoy muy contenta de haber visto cuál era mi deber esta mañana, ante aquel pobre hombre; pero es un esfuerzo muy grande seguir pensando y dándole vueltas a lo que debería hacer si se presentara la misma situación otra vez. Creo que prefiero esperar a que esto ocurra y no dudo de que entonces responderé, siempre que la inquietud no me lleve a precipitarme.
(Elizabeth Gaskell. Cranford)

domingo, 17 de mayo de 2009

Historia sencilla de la ciencia (2007), de José Luis Comellas



Comellas es un historiador, un buen historiador con estilo claro. Es también muy aficionado a la astronomía. Quizá de la unión de esas dos corrientes procede este libro en el que, ciertamente, la información sobre cuestiones de astronomía tiene un lugar privilegiado. Pero se habla también del desarrollo de la medicina, las matemáticas, la física, la química etc. A los avances teóricos siguen también las aplicaciones técnicas: el progreso tecnológico. Siguiendo ese hilo repasamos la historia de la humanidad. Las cuestiones científicas se tratan con razonable claridad y concisión envidiable. En 300 páginas se recorre la historia del paleolítico al presente. Comellas, con mucha sencillez, procura introducir al lector común en el panorama científico. El libro me ha impresionado precisamente por esa sencillez.
Por cierto, tengo un amigo leyendo otro libro de Comellas similar, que trata sobre la Tierra (sobre las características de nuestro planeta). Habla también con admiración sobre lo que está leyendo.
5/5

miércoles, 13 de mayo de 2009

El periódico recoge la basura del día anterior

El viernes estuve en otra conferencia (llevo dos en dos semanas) y la ponente (una colombiana: Amalia Quevedo, de la que me leí hace dos años un libro interesante) citó mucho a un escritor colombiano, Nicolás Gómez Dávila. De él procede este principio que se me grabó: “El periódico recoge la basura del día anterior para desayunarnos con ella”.
Por seguir ahondando en mi diatriba antiperiodística, cito de Mark Twain: "If you don't read the newspaper, you are uninformed. If you do read the newspaper, you are misinformed" (Si no lees el periódico estás poco informado; si lo lees, estás desinformado).

martes, 12 de mayo de 2009

Tenemos un gobierno responsable

Cada vez que el Gobierno de Zapatero afronta una cuestión social (divorcio exprés, matrimonio homosexual, educación, aborto) lo hace rápida y unilateralmente.
Son políticas de hechos consumados; sin permitir el debate; sin tantear tampoco la opinión popular o incluso desafiándola.
Diríase que les mueve una fe religiosa. Una extraña seguridad de que la sociedad irá mejor cuanto más desarraigada esté de la fe cristiana. ¿De dónde procede este fundamentalismo? Los talibanes a su lado me parecen más dialogantes.
Por desgracia, los afectados somos todos. Las consecuencias del deterioro moral y la desestructuración social las pagaremos todos. Pero ellos son los responsables. (Bueno: ellos y los espabilados que han sentado ya por dos veces a Zapatero en el gobierno).

lunes, 11 de mayo de 2009

La escuela sin ley (2009), de Amalia Gómez



La escuela sin ley es un libro sobre la violencia en el ámbito escolar, escrito por la que fue Secretaria General de Asuntos Sociales del 96 al 2000.
Amalia Gómez siempre me había llamado la atención cuando era una figura pública y me alegró saber que seguía involucrada en tareas educativas. Al oír hablar de este libro imaginé que estaría bien fundamentado.
Yo, por el momento, necesito pistas en lo que se refiere a lidiar con la indisciplina más que con la violencia. Gracias a Dios, por el momento, no tengo que vérmelas con agresiones. Pero, por desgracia, todo se andará. Bienvenida sea la formación aunque no sea de aplicación inmediata.
El libro me ha gustado por el carácter que transmite de la autora: positiva, realista, prudente y muy respetuosa. No me pareció muy sistemático, tampoco da soluciones definitivas pero no carga las tintas. Anima, sí, a tomarse muy en serio los más pequeños síntomas de acoso (lo que para un adulto es poca cosa, para un adolescente puede ser agobiante); también anima a fomentar la colaboración y coordinación entre profesores, padres y otros asistentes sociales (las medidas aisladas no suelen tener demasiada eficacia); a dar la batalla por una televisión que fomente modelos de vida razonables y, finalmente, a luchar también por corregir la industria del videojuego. La escuela recibe inevitablemente los ecos de la violencia que se extiende en la vida social y vivimos en una sociedad cada vez más violenta. Vienen tiempos aún más duros. Qué podemos esperar. 4/5.

jueves, 7 de mayo de 2009

Nuestra morbosa atracción por lo anormal

Anteayer estuve en una conferencia en la que se habló del paso del tiempo y se distinguió el tiempo mecánico (el que marca el reloj) y el tiempo interior. Era una distinción de Bergson. Digo esto, sobre todo, para que me re-suene un poco más a mí, porque el tema me interesa como ya he ido mencionando en el blog anteriormente (aquí, por ir a la última referencia). Bergson distinguía, además, dos maneras de entender el tiempo interior. Perdonad las imprecisiones: los nombres no los recuerdo y no me veo con ganas de buscarlos ahora. Uno era el tiempo interior sereno o bajo dominio. Por ejemplo cuando realizamos una tarea cuyo final prevemos: estamos comiendo, dando una clase, asistiendo a un concierto o a una ceremonia religiosa. También cuando vemos un partido de fútbol (por cierto: ¡Visca Barça!, ¡los milagros son posibles!. Perdonad la "morcilla".) Son tareas que llevan un tiempo, lo asumimos y el paso del tiempo se estabiliza. Pero hay un tiempo interior dramático o angustiado que es aquel cuyo final desconocemos: es el tiempo del que teme ser descubierto, del que aguarda el resultado de una operación grave, del que espera un acontecimiento cualquiera que quizá nunca se produzca. Es una espera abierta, lo que afecta a nuestra percepción.
Pues bien, hoy he leído una entrada que trata otra cuestión de la que yo también llevo el gusanillo dentro: en qué medida la actualidad periodística contribuye a deformar la visión del la vida. No desarrollo más la idea para no tostar a los benditos que pasáis por aquí, pero os dejo un enlace (aquí), que es el que motivó esta entrada, por si queréis ampliar esta cita.
Hay un deseo malsano de la prensa y los periodistas, de exagerar lo negativo que ofrece el ejercicio de vivir. Me recuerda a la señora Hearst, heredera de un imperio periodístico que se quejaba de que sus diarios solo hablasen de tragedias. Decidió sacar un nuevo diario que solo diese buenas noticias. “Baltimore: Hoy no ha sucedido nada malo”, “Nueva York: Se han casado 17 parejas en el día de ayer”. Tuvo que cerrar el diario un par de semanas después. Deducción: Un periódico no puede traer solo buenas noticias y lo que mejor coloca un joven reportero a su redactor-jefe, es una historia truculenta.

miércoles, 6 de mayo de 2009

Tomando el té con el meñique estirado

Al principio estábamos calladas, buscando un tema de conversación interesante para milady. Se había aumentado el precio del azúcar, lo cual, al acercarse la época de hacer confituras, era una gran noticia para nuestro corazón de ama de casa y habría sido un tema de conversación natural de no haber estado presente lady Glenmire. No obstante, no estábamos seguras de si la nobleza comía conservas, y mucho menos aún de si sabía cómo se hacían. Finalmente, la señorita Pole, que siempre había hecho gala de valentía y savoir faire, se dirigió a lady Glenmire, quien por su parte parecía igualmente azorada por no encontrar la manera de romper el hielo.
-¿Ha estado su señoría en la corte últimamente? -preguntó a la vez que nos dirigía una miradita entre tímida y triunfante, como queriendo decir: "Ya ven con qué buen juicio he elegido un tema propio del rango de la forastera".
(Elizabeth Gaskell. Cranford)

viernes, 1 de mayo de 2009

El soldado desconocido (1922), de Salomón de la Selva

Libro de poemas breves de un soldado en las trincheras. De la Selva es un poeta cosmopolita de origen nicaragüense que escribió también en inglés. Peleó voluntario en la Primera Guerra Mundial.
Si has entrado en este blog anteriormente ya te sonará que tengo una fijación (como dicen mis alumnos, "un pedal") con Journey's End, una obra de teatro del inglés Sherriff. El libro de El soldado desconocido es de la misma época y circunstancia y tiene algo que ver: habla de las trincheras, las luces de bengala, las esperas, las conversaciones anodinas, el sinsentido de la guerra, la nostalgia del amor, el hastío...
El poeta está rodeado de suciedad, cansancio, vulgaridad y muerte. El poemario, sin embargo, es sobrio, limpio, lleno de dignidad. A la hora de escribir, De la Selva se eleva sobre esas adversidades y las convierte en decorado. El poeta es soldado, pero un soldado contemplativo. La muerte acecha a la vuelta de la esquina, pero se acepta la frágil condición humana. Y, como en un diario, el poeta comparte sus impresiones y ocurrencias con un lenguaje llano, de ordinario sin rima, sin grandes brillos.
Pese a las circunstancias, escasean las referencias religiosas; no falta en cambio un sentido humanitarismo. 4/5.
Aquí tenéis el poema más conocido del libro.

miércoles, 29 de abril de 2009

"La bala", de Salomón de la Selva

La bala que me hiera
será bala con alma.
El alma de esa bala
será como sería
la canción de una rosa
si las flores cantaran
o el olor de un topacio
si las piedras olieran,
o la piel de una música
si nos fuese posible
tocar a las canciones
desnudas con las manos.
Si me hiere el cerebro
me dirá: yo buscaba
sondear tu pensamiento.
Y si me hiere el pecho
me dirá: ¡Yo quería
decirte que te quiero!
(Salomón de la Selva. El soldado desconocido)

lunes, 27 de abril de 2009

Yo me esfuerzo por mejorar

La primera cualidad de un profesor es el sueño. El buen profesor es el que se acuesta temprano.
("Mal de escuela", Daniel Pennac)

viernes, 24 de abril de 2009

Real women have curves (2002), de Patricia Cardoso


Me habían hablado bien de esta película pero me ha defraudado. Exalta a una simpática y gordita adolescente hispana en USA. Es una chica de carácter fuerte, vitalista y sacrificada, que se enfrenta con su madre para escapar de un futuro estrecho. Es interesante el costumbrismo sobre hispanos en Estados Unidos.
Lo que no me gustó es que la película convierte al personaje de la madre (rancio, cerril) en representante del matrimonio y la religión. Quedan así ridiculizadas cosas de mucho valor y se usa el guión, además, para una triste apología del "sexo seguro". 3/5.