miércoles, 14 de abril de 2010

Dar clase con la boca cerrada (2000), de Donald Finkel


Partiendo del principio pedagógico de que los alumnos aprenden más cuanto más participen en el proceso de su educación, sugiere el autor que los profesores (sobre todo en humanidades) sean menos "magistrales" y busquen, en cambio, otros métodos de enseñanza donde el alumno esté más activo: que lea más, que hable, que escriba... Bien.

El autor está pensando (algo) en la enseñanza secundaria y (un poco más) en la universidad. Describe con bastante pormenor algunas experiencias didácticas. Me interesó mucho, por ejemplo, el diseño muy participativo de un curso de filosofía sobre Sócrates. Otras experiencias me parecieron menos interesantes y también están descritas minuciosamente. Me he saltado páginas. 2/5.

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