De vez en cuando vuelvo a los clásicos para ponerlos a prueba (si eres un clásico, tienes que demostrarlo). También los leo pensando en mis alumnos (¿podría recomendárselo? ¿entenderán esto?). Además busco conocer de primera mano la literatura española antigua. La gente, yo mismo, habla demasiado sobre libros que no ha leído.
Esta comedia, en realidad, la había leído ya durante la carrera, pero ¡dónde va de aquello! Ya no la recordaba bien. Y La dama boba es de las comedias de Lope que siguen vivas, de las que se editan y se leen. Así que decidí releerla.
Iba buscando también a Lope. Su personalidad es muy atrayente, con esa tormentosa mezcla de amor a Dios y a las mujeres. Pero no lo encontré. No es fácil ver a Lope en su teatro. Sus comedias están demasiado cargadas de convencionalismos, siguen rígidamente su fórmula de éxito si permitirse expansiones personales.
Los diálogos de La dama boba son muy difíciles, sobre todo al principio. Hay muchos personajes, muchos juegos de palabras, muchas expresiones coloquiales e incluso parodias del conceptismo. El argumento, además, es mínimo. Todo me ha resultado oscuro y anodino hasta que he llegado al último acto (son tres) y ahí me he reconciliado un poco con el autor, porque lo he encontrado más claro, más entretenido y gracioso.
Me leí con admiración el prólogo de Diego Marín, que hace una breve pero ajustada semblanza de Lope y una buena introducción sobre las características de su teatro. Las notas que acompañan al texto son más convencionales.
No es mi comedia. 2/5
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