Esta novela es lo que en cine viene a llamarse un remake. El impostor es un remake de El conde de Montecristo pero actualizada a Inglaterra hoy. Un joven es condenado injustamente a cadena perpetua y logra escapar (influencias en esto también de la serie Prison break) y castigar a los responsables.
Me quejaba, después de leer Africanus, de la narración efectista y voy y me meto en un thriller. Pero leo tan pocos libros de este género que, cuando me hablan bien de uno, me gusta poner a prueba mis prejuicios.
Y me hablaron bien de El impostor. Me dijeron que era ameno y estaba cargado de sorpresas. Lo cierto es que me enganchó y me lo pasé bien leyéndolo pero... en su género.
Me explico un poco: las primeras 200 páginas son terriblemente artificiosas. Me recordó a una obra teatral de ésas en que se suplanta a un personaje (me viene ahora a la memoria sólo Los árboles mueren de pie pero mientras leía pensé en otra). Si el lector acepta los planteamientos de la novela (muy, muy forzados), a partir de esos presupuestos, como si se tratara de una partida de ajedrez, empieza un desarrollo imaginativo y emocionante dentro de las convenciones del género. 3/5
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