lunes, 8 de diciembre de 2008

Treasure Island (1883), de Robert Louis Stevenson

Como estoy oyendo las grabaciones de Librivox en el coche, necesito oír libros cuyo argumento me conozca bien, porque a las distracciones por el tráfico hay que sumar las dificultades del inglés oído. Después de un libro femenino (Pride and Prejudice) me pareció conveniente equilibrar con otro masculino.
Treasure Island es un clásico particular: pertenece al universo de mi infancia, pero además hace unos diez años en el Colegio lo llevamos al teatro. Fue una representación de una hora y media y unos veinte actores (lo que nosotros llamamos una superproducción).
La adaptación teatral de la novela la hice yo mismo, así que me trabajé bastante la estructura, la caracterización de los personajes y los diálogos. Pero, en fin, ésa es otra historia.
Antes de adaptar la novela al teatro redescubrí La isla del tesoro gracias al libro Si una mañana de verano un niño (de Roberto Cotroneo), donde se le dedican una páginas llenas de cariño y sabiduría. Un libro, por cierto, que os recomiendo si no lo habéis leído: un padre que escribe a su hijo sobre el amor a la lectura.
La isla del Tesoro me gusta a trozos: me encanta el principio, hasta que "La Hispaniola" se hace a la mar. Después me vuelvo a interesar con cada encuentro entre Jim y Silver. En otros pasajes, en cambio, casi me impaciento. Añádase a esto que no me gustó cómo leía alguno de los lectores de Librivox. Aceptable experiencia, pero sin entusiasmos. Estaba tentado de ponerlo entre mis favoritos, pero lo dejo fuera.
4/5.

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