sábado, 6 de agosto de 2011
La voz (2002), de Arnaldur Indridason
"Novela de crímenes" tipo Mankell pero en Islandia. Ambiente moral sórdido en las circunstancias del crimen y en la vida de las personas relacionadas con el crimen. Gente muy sola, sin lazos familiares o virtualmente sin ellos. La novela, como en las de Mankell, tiene también una cierta pretensión de crítica social, aunque sin muchas propuestas. El mundo que describe (por la frialdad afectiva, la degradación moral y la tristeza) parece una antesala del infierno.
La novela, aunque sórdida, es amena y curiosa. Es la tercera de una saga de la que todavía no he leído más. 4/5.
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