Tengo aprecio por la figura de Kipling y, sin embargo, mi aprecio no acaba de encontrar refrendo en sus libros. Me gustó Kim, hace años, pero sin entusiasmos; y ahora me ha gustado The jungle book, también sin entusiasmos.
La parte de Baloo, Mowli y compañía (los cuatro primeros capítulos) la tengo estragada. No he logrado librarme del recuerdo de la versión de Walt Disney. Es un recuerdo lejano, pero que se impone. Las otras historias, a su lado, se convierten en una especie de prórroga un poco insípida.
En general, The jungle book comparte ese ecologismo primero que usaba el recurso divertido de pintar a los animales como hombres y a los hombres como animales. Ahora que legalmente se le conceden a las bestias cosas que se niegan a las personas, que falta sensibilidad ante muchas injusticias y sufrimientos humanos pero sobra para protestar contra los abrigos de pieles, el toreo o la caza... Ahora que se protegen los huevos de águila real o las crías del lince ibérico mientras se promueve el aborto o se les dan "derechos" a los monos... ahora ese tono simpático ya no me hace gracia. Casi diría que estas lecturas han pasado a ser poco recomendables, subversivas.
En fin, quizá exagero un poco. 3/5.
1 comentario:
¡Magnífico Blog! Lo enlazo al mío, que le invito a conocer.
Publicar un comentario