Nunca me he sentido lo que la gente llama un espíritu fuerte y a menudo es para mí una tarea ardua decidir lo que debo hacer cuando me enfrento a una nueva situación. Estoy muy contenta de que... estoy muy contenta de haber visto cuál era mi deber esta mañana, ante aquel pobre hombre; pero es un esfuerzo muy grande seguir pensando y dándole vueltas a lo que debería hacer si se presentara la misma situación otra vez. Creo que prefiero esperar a que esto ocurra y no dudo de que entonces responderé, siempre que la inquietud no me lleve a precipitarme.
(Elizabeth Gaskell. Cranford)
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