jueves, 31 de julio de 2008

The Ron Clark story (2006), de Randa Haines


Es una película nacida para televisión. La he visto en inglés y no sé si será fácil encontrarla por estos lares. Pero vale la pena.

Es una historia parecida a Freedom writers (Diarios de la calle) sólo que aquí el protagonista es un profesor de Primaria. (Sobre Freedom writers escribí cuatro entradas: el comentario sobre la peli -aquí- lleva los enlaces a las otras).

Ron Clark es un buen profesor de North Carolina pero, en busca de retos, se propone dar clase a alumnos más necesitados. Busca insistentemente y acaba consiguiendo trabajo en una Elementary School de Harlem, NY; en una clase de Sexto (12 años) donde los alumnos hacen apuestas sobre cuántos días aguantará el profesor nuevo.

Los alumnos le humillan, le faltan al respeto, rompen cosas, ensucian la clase y desprecian cualquier propuesta. El profesor lo intenta una y otra vez y está a punto de tirar la toalla, pero resiste. Y, como si se tratara de un pulso, Clark va logrando pequeñas victorias, ganándose gradualmente el afecto y el respeto, e invirtiendo la situación hasta que los alumnos dan su brazo a torcer. Se desarrolla entonces un "círculo virtuoso" de efectos increíbles.

Me he acordado mucho del libro de Sánchez Tortosa (El profesor en la trinchera) que he leído hace poco y que describe con claridad esa rebeldía del estudiante que se resiste a la educación y defiende su estado "salvaje". En la película sucede eso: los niños maltratan a su profesor pero sus miradas gritan socorro. Están pidiendo ser enseñados, hacerse útiles.

Me ha vuelto a impresionar cómo la entrega extraordinaria de un profesor logra resultados extraordinarios. Es algo que también se muestra en Freedom writers. La educación aparece en esos ejemplos como una labor misionera, de redención, para la que el profesor tiene que sacrificar su dinero y su tiempo libre y arriesgar su salud física y psíquica. Me desasosiega un poco constatarlo, porque una entrega extraordinaria no es un camino razonable para una profesión estable.

De lo mejorcito que he visto en cine sobre profesores. 5/5.

miércoles, 30 de julio de 2008

El embrutecimiento del varón

Pistas sobre el futuro que nos espera:
De las estadísticas, documentos e informes más recientes se desprende una conclusión evidente: los varones están en crisis desde el punto de vista educativo. En contra de lo que infundadamente piensa la mayoría de la sociedad y como demuestran los estudios, son las chicas las que están arrasando en los colegios. El chico tipo está un año y medio por detrás de la chica tipo en lectura y escritura; está menos comprometido en el colegio; su comportamiento es peor y es más improbable que acabe realizando estudios universitarios.
(María Calvo. "Nuevas pedagogías y crisis del varón", Nueva Revista nº 106)

lunes, 28 de julio de 2008

Una lectora nada común (2007), de Alan Bennett

Me recordó a la película The Queen, que también construye una ficción sobre el personaje de la Reina de Inglaterra. Aquí la Reina entra casualmente en una biblioteca ambulante y se ve en el compromiso de llevarse un libro prestado. Así nace una afición creciente por la lectura que afecta incluso al carácter de la Reina. Es una novela corta y menor. Con referencias literarias e ironías contra la política.
Es divertida. 3/5.

domingo, 27 de julio de 2008

El vaso de plata (1991), de Antoni Marí

Me lo recomendaron personalmente: "probablemente a ti te gustará". Cuando alguien te dice algo así, casi por encima del interés por el libro está la curiosidad de conocer ese yo que ven los demás.
El vaso de plata me recordó a La gloria de mi padre de Marcel Pagnol. Son memorias, anécdotas de la infancia, muy bien contadas. Ambos libros son nostálgicos, pero el libro de Pagnol además está escrito con buen humor.
En su narración, sobria y elegante, Marí borra las referencias de tiempo y espacio. Y, aunque el marco donde suceden las cosas (¿Ibiza?) sea vago e impreciso, los detalles están descritos luego con minuciosidad azoriniana.
Son catorce historias breves, cada una relacionada con una obra de misericordia: dar de comer al hambriento, dar de beber al sediento... Aunque cada capítulo reciba su título de la tradición moral cristiana, luego las referencias religiosas son mínimas, hasta el punto insólito de que de un personaje que reza (la madre de un amigo), el autor puntualiza antes "que es creyente". La relación entre el relato y la obra de misericordia que lo encabeza es a veces paradójica y sutil o incluso irónica.
Muy bien escrito y breve (112 págs.)
3/5.

viernes, 25 de julio de 2008

Dios ha nacido en el exilio (1960), de Vintila Horia

Han reeditado esta novela y me interesaba leerla porque me atrae el mundo clásico (el narrador es el poeta latino Ovidio) y esta obra era Premio Goncourt, y el premio Goncourt me suena bien. No recuerdo ahora en qué se basa este prejuicio pero sé que tiene base.

La novela se presenta como el diario que Ovidio escribe durante su destierro. Me recordó un poco, en el tono, a Memorias de Adriano, de Yourcenar (uno de mis libros favoritos). Me parece que la novela de Yourcenar ha debido influir en el proyecto de Dios ha nacido en el exilio.

Ovidio llega al destierro desolado porque ha perdido sus bienes, sus amigos y Roma (la Civilización). Ha sido castigado por el emperador Augusto que intenta mejorar la moral pública y ejemplariza dándole un escarmiento a Ovidio.

Ovidio está desengañado: duda de la lealtad humana y no cree en los dioses; desprecia el Imperio que resulta despótico y arbitrario (como ha podido experimentar personalmente). Se avergüenza también del belicismo romano. En su destierro descubre mucho de sí mismo, vive además una vida más sencilla pero más gratificante; descubre también a Dios. Al final el exilio (pese a la soledad, a la pobreza...) se convierte en un don.

Hay un momento en que Vintila Horia alude extensamente al crisitianismo. Esto se me hizo forzado y un poco inverosímil.

3/5.

lunes, 21 de julio de 2008

Conversaciones con mi jardinero (2007), de Jean Becker


Entre mis películas favoritas tengo una de Jean Becker, Les enfants du marais (La fortuna de vivir), de la que conservo un magnífico recuerdo. Ésta otra (Dialogue avec mon jardinier) tiene un aire parecido pero un tono más dramático.

Un pintor deja París y vuelve a la casa de pueblo donde pasó su infancia. Contrata como jardinero al que resulta ser un compañero de colegio: un hombre humilde, lleno de virtudes y sabio a su manera. Al contacto con su jardinero, el pintor descubre la superficialidad de su vida parisina.

No me gustó tanto como la otra película suya que he visto., me pareció más pretenciosa, aunque tiene muchas similitudes. Vuelve a tratar el sentido de la vida (pasa de puntillas ante lo religioso) y vuelve a hacer una apología de la vida del campo, de la pobreza, de lo sencillo.

3/5.

viernes, 18 de julio de 2008

Humanidades para el siglo XXI (2006) R. Alvira & Kurt Spang (eds.)

Me atraía de este volumen su carácter breve (140 págs.); algunas firmas (Alejandro Llano, Robert Speamann, Rodríguez Adrados, Rafael Alvira...) y el tema. Busco diagnósticos sobre el momento cultural presente y sugerencias para mi labor educativa.
No me ha gustado, sin embargo, que los ensayos del libro a veces son más bien una apología de las humanidades, lo cual me parece un esfuerzo por convencer al convencido. Entre los distintos artículos que me gustaron destaco el breve pero denso artículo de Speamann o el de Kurt Spang. Spang defiende la importancia de los estudios de retórica y cómo el ars bene dicendi contribuye al ars bene cogitandi. Si aprendes a hablar (escribir) bien, aprendes a pensar bien.
3/5.

miércoles, 16 de julio de 2008

Librivox, aquí y ahora

Dentro de mi "Proyecto Librivox" (aquí una entrada anterior con la presentación de estas audiciones de libros en inglés leídos por voluntarios) hasta ahora he oído Five children and it, Jane Eyre, The tale of two cities y The wind in the willows. Salvo Jane Eyre, los demás eran novedosos para mí. Como últimamente no puedo leer a la vez que escucho (porque he tenido mucho que conducir) me he visto obligado a renunciar a hacer descubrimientos y prefiero ceñirme a caminos ya andados. Ahora he empezado Pride and Prejudice porque ya lo he leído en español y he visto una película y una serie y así no es fácil perderse...

domingo, 13 de julio de 2008

Marianela (1878), de Benito Pérez Galdós

En un pueblecito minero, una chica fea y enclenque sirve como lazarillo de un joven ciego de nacimiento. Pablo, el ciego, se entusiasma un día ante la posibilidad de recuperar la vista pero Marianela sufre por la certeza de que su fealdad física alterará su relación con Pablo.
Es una historia curiosa porque no intriga demasiado qué va a pasar sino cómo. Eso es sin duda también un mérito del autor: mantener una historia en pie a pesar del ligerísimo argumento. Galdós carga la mano en el melodrama, obligando a los personajes a exultar de alegría sin darse cuenta del tormento al que someten a la protagonista. El contraste resulta forzado y abusivo.
Por otra parte, los elementos médicos del caso caen para mí en el ridículo: tanto las cuatro palabritas técnicas que Galdós maneja para dar el pego de explicación científica como la interpretación psicológica de los primeros pasos de Pablo con vista.
Recuerdo de los libros de Oliver Sacks los problemas que genera recuperar la vista cuando uno no ha podido desarrollar las estrategias cerebrales de interpretación de la percepción: las distancias se confunden, no se distinguen los contornos, los volúmenes o la velocidad... Es una confusión dramática como la del que oye hablar pero no entiende el idioma.
La simplicidad con que el asunto se trata en Marianela se me hace simplismo.
Buscaba aquí una novela más de Galdós para gente joven, pero ésta ni la desaconsejo ni la recomendaré. Me pueden mis prejuicios.
3/5.

jueves, 10 de julio de 2008

The wind in the willows (1908), de Kenneth Grahame

Es un clásico de la literatura infantil. Mi propósito era leerlo en inglés y oír la versión de Librivox a la vez. Como estoy teniendo que usar mucho el coche estos primeros días de vacaciones (una hora al día o incluso dos), me he tenido que conformar con escucharlo sólo. De esta forma me entero de la mitad, pero aún así de lo suficiente para captar el tono: animalitos (un topo, una rata, un sapo, etc) relacionándose con la corrección y formalidad inglesa más estricta; metiéndose en pequeñas aventuras caseras como quien participa en épicas hazañas.
Parece más divertido para los mayores que para los niños. Es agradable.
La versión de Librivox que he oído (tienen varias) está muy bien leída y me impresionaron especialmente las lectoras del cap. 2 (Meredith Hughes) y del 10 (Kymm Zuckert). 4/5

lunes, 7 de julio de 2008

No country for old men (2007), de Ethal & Joel Coen

Yo, que no pensaba ver esta película, la he visto, y he disfrutado.
El tema y Bardem me predisponían en contra. Lo que leí el otro día (aquí), a favor.
Me pareció chocante la caracterización de los asesinos. No sé si la novela es así. Supongo que no. Los Coen, quizás intentando exorcizar el mal, lo ridiculizan. Los malos que aparecen son grotescos. La violencia en la película, por tanto, tiene un aspecto excesivo, como de broma.
Pienso que es aportación de los Coen porque es algo que también recuerdo de Fargo.
El Sheriff y tres o cuatro personajes más me compensan un Bardem y las salpicaduras de sangre. Creo que McCarthy tiene mucho en común con Flannery O'Connor.

viernes, 4 de julio de 2008

Un fragmento de "Journey's End"

Estoy haciendo una adaptación de esta obra de teatro. La traduje el año pasado, he dejado en este blog algunas noticias sobre ella (se representó con éxito en Broadway, NY) y, con la llegada de las vacaciones, me he propuesto hacer una versión algo más ligera. El texto original es demasiado largo y los protagonistas tienen demasiado texto para lo que (a mi juicio) admite una representación no profesional. Y quiero representarla. Tarde o temprano.
He encontrado en Youtube un fragmento del principio. Es la primera escena. El Segundo de la Compañía, el teniente Osborne, llega al refugio donde vivirán una semana, y habla con el Capitán Hardy, jefe de la Compañía que va a ser sustituida.
No sé qué versión es esta pero el escenario es abigarrado y está cuidadísimo. El inglés es muy difícil pero es una escena meramente introductoria. Hardy está secando en una vela un calcetín empapado (costumbrismo cutre, vida de trincheras...) y se prepara para salir en cuanto sea posible (¡Qué bueno que viniste!).

martes, 1 de julio de 2008

Año paulino: una novela

Leí hace años una novela histórica sobre la vida de San Pablo: La santa espada de Jan Dobraczynski. Me pareció interesante aunque no me entusiasmó.
Recoge los últimos años del apóstol, desde su viaje a Jerusalem, donde es apresado y apela al César, hasta su traslado a Roma, el arresto domiciliario, su liberación y el incendio de Roma.
La primera parte, menos interesante en cuanto al argumento, presenta a Pablo ansioso de conquistar el mundo para Cristo y de convertir también al pueblo judío —su pueblo— a la Verdad. Marcha hacia Jerusalem sabiendo que le espera allí la cárcel y repugnándole esta idea (pues sin ganarle la muerte, le impediría la predicación). Aislado de los judíos y de muchos crisitanos (es hombre sospechoso, con una doctrina audaz y con autoridad apostólica discutible), Pablo encuentra en sus dificultades el camino hacia su verdadera victoria.
La parte de la novela situada en Roma refleja, eso sí, de modo muy atrayente la vida de los primeros cristianos, el contraste con el ambiente de la Capital del Imperio y los problemas doctrinales que surgían en las primeras comunidades. El libro (al menos en la edición de Herder que yo leí) incluye un interesante postscriptum del autor sobre las bases históricas de la novela. Alli cita, entre otras, estas fórmulas cristianas de los primeros tiempos:
¡Ay del que roba! Pero si roba a causa de su miseria, no será culpable. / Que el sudor moje la limosna en tu mano antes de que averigües a quién has de darla. / No mates el feto. / No seas falso de pensamiento ni de palabra. / No olvides ni de día ni de noche al que predica la palabra de Dios. / No te vuelvas de espaldas al pobre. / No digas que nada es tuyo pues si tenéis una participación común en la eternidad, tanto más la tenéis en las cosas caducas. / Nunca des órdenes a un esclavo si estás irritado. / Procurad que entre vosotros no viva ningún cristiano sin trabajo. / Ama al prójimo más que a tu propia alma.