lunes, 28 de enero de 2013

El silencio del bosque (2007), de Tana French

Novela policíaca ambientada en la Irlanda de hoy. El narrador es el policía encargado de la investigación y narra como quien intenta explicar lo que sucedió del modo como fue sucediendo. La novela se centra en la investigación de la muerte de una niña en un lugar donde veinte años atrás había sucedido un crimen todavía sin solución. El policía que narra, además, vivió aquel suceso misterioso cuando era niño todavía y sigue traumatizado.
Las novela es larga y, por desgracia, también se me ha hecho un poco larga.  Tiene casi 500 páginas. Las 100 primeras me parecieron arrebatadoramente buenas. Luego hubo un largo impasse de casi doscientas paginas en que se sugieren muchas cosas pero suceden pocas. Y luego embocamos una larga despedida un poco gris por culpa del narrador, que se encuentra abrumado y transmite su angustia al relato.
Es una novela inquietante. Me provocó pesadillas una noche (yo nunca tengo pesadillas). Observadores externos podrían atribuir las pesadillas a que al día siguiente terminaban las vacaciones de Navidad y se reanudaban las clases. Pero yo sé que no. Que fue el libro. 
Es también una novela muy recargada en lo sentimental. Enreda las relaciones afectivas entre los personajes: la amistad, el respeto, el desprecio, el odio, el enamoramiento, la admiración etc. fluctúan y esas fluctuaciones (algunas de ellas excesivamente exageradas) cobran casi más importancia que la investigación policíaca. Esta característica empezó pareciéndome un activo pero terminó siendo una sobrecarga. 4/5.

jueves, 24 de enero de 2013

Abancay (2005), de Enrique Pèlach

Se trata de unas memorias que relatan los recuerdos del autor: un sacerdote gerundense que ser fue de misionero a Perú y fue obispo allí de la diócesis andina de Abancay entre 1968 y 1997.

Abancay es una región paupérrima y carente de casi todo pero el relato no pìerde nunca el entusiasmo, pasa por alto todo lo que pudiera ser negativo (apenas se mencionan, por ejemplo, los problemas del terrorismo o el alcohol o las consecuencias de la ignorancia). La mirada bondadosa y agradecida del obispo se trasluce en la manera de contar y, por otra parte, los efectos de regeneración cristiana de la zona también quedan manifiestos. ¡Qué gran labor de servicio a la Iglesia y a los abanquinos!

Ya conocía parte de esta aventura. En algún momento saqué la impresión incluso, de que también había leído ya este libro anteriormente. Aún así, ha vuelto a conmoverme. 5/5

miércoles, 16 de enero de 2013

To say nothing of the dog (1997), by Connie Willis

Es un libro disparatado y muy divertido que lleva como título el subtítulo del clásico inglés Three men in a boat (to say nothing of the dog).
Los protagonistas del libro viajan en el tiempo en busca de un objeto aparentemente absurdo que, además, nadie encuentra. En esa búsqueda se causan pequeños desajustes históricos que exigen a su vez nuevas intervenciones.
Había leído comentarios positivos sobre el libro y preparando su lectura me leí primero el clásico de Jerome K. Jerome (que no entendí bien, sobre todo por el inglés difícil que tiene; aquí mi comentario, poco inspirado).
Connie Willis maneja con virtuosismo el lenguaje y adopta un tono trascendental pero cómico cuando reflexiona sobre la historia y el paso del tiempo. También son divertidas las explicaciones técnicas sobre el modo de viajar y los problemas a los que da lugar. 
Es el segundo libro de esta escritora que leo (aquí mi comentario a la otra) y sigue impresionándome el dominio que tiene. 5/5

miércoles, 9 de enero de 2013

El rector de Justin (1968), de Louis Auchincloss

Tenía interés en este libro por dos razones: en primer lugar por razones "narratológicas": la novela reconstruye el perfil de un personaje a través de varios testigos que presentan retratos divergentes. En segundo lugar porque el narrador es un profesor de un colegio privado americano y el protagonista es el director del colegio.
El libro no me ha gustado. Le reconozco finura el inteligencia al autor. Tengo la impresión de que la novela era más compleja de lo que yo he logrado entender; que se me han escapado las sutilezas psicológicas de los distintos narradores. Las motivaciones de algunos resultaban para mí un poco barrocas y artificiosas. Toda la novela, diría yo, se caracteriza por un tono excesivamente artificioso, aparte de ser aburrida. 
3/5