sábado, 28 de marzo de 2009

¡Baila!

Poco a poco voy perdiendo el interés por estos juegos de masas presuntamente espontáneas. En el fondo, me dan miedo estas "movidas" porque ya hemos visto su eficacia manipuladora, como en las elecciones del 14-M las masas se manifestaban pidiendo PAZ... Las espontaneidades pueden tener intenciones perversas, intenciones lúdicas o intenciones comerciales. Son curiosas pero me dan miedo. De todas formas, os traigo aquí un divertido anuncio de T-mobile en Liverpool. Os hará gracia y salgo de mi silencio administrativo.

lunes, 23 de marzo de 2009

The four million (1906), de O'Henry

O'Henry (seudónimo de William Sidney Potter) era un escritor norteamericano de cuentos (él mismo con una vida muy novelesca). Publicaba sus historias en la prensa de principios del siglo XX.
Como mi propósito no era "leerlo" sino "oírlo" (mp3, Librivox), pensé que sus cuentos serían provechosos para practicar inglés, porque me fuerzan a atender a historias cortas, cada una con sus propios planteamientos, sus personajes y sus desenlaces. Pero me ha costado demasiado entenderlos porque O'Henry es muy barroco en la expresión. Es "perifrástico".
También tenía ganas de darle otra oportunidad a sus cuentos: la última lectura que había hecho de él había terminado en desengaño. Me interesó mucho en su día el cuento "El regalo de los Reyes Magos" (The gift of the Magi). Quise leer más de O'Henry y descubrí que había muy poco traducido. Muy poco. Me bajé algunos libros de cuentos en inglés del "Gutenberg Project" y leí bastantes. No me gustaron mucho, aunque de uno de ellos (The last of the trouvadors) me propuse hacer una adaptación teatral que tengo ahora en el dique seco, pero bastante encarrilada.
Cuando hace poco vi que editaban una colección breve (Ladrones y mentirosos), me hice con él y me llevé un chasco.
The four million recibe su título de la idea de que cada persona tiene su propia historia y en la Nueva York de su época había cuatro millones de personas (cuatro millones de historias que contar, por tanto). La mitad de los cuentos ya los conocía. Ha vuelto a desencantarme. 3/5

domingo, 22 de marzo de 2009

La crisis ninja (2009), de Leopoldo Abadía

Es un libro recién salido del horno, pero lo he visto en tantas manos a mi alrededor que tengo la impresión de haberlo leído tarde. El autor, además, ha salido al parecer en televisión, no te digo más. Yo, que apenas la veo, sé sin embargo que eso es definitivo para hacerte mundialmente famoso.
Abadía, que afirma no saber de economía, se propone explicar la crisis a la gente sencilla. Yo no tengo ni idea del tema pero, como todos, estoy preocupado y tenía interés en leer un diagnóstico para gente de letras profundas y este libro es así.
Me han sobrado algunas páginas en las que el autor explica cuestiones muy colaterales pero, en conjunto, me ha ayudado a prever lo que se nos viene encima. Además el autor hace una atrayente apología del trabajo, la honradez y el optimismo.
4/5

martes, 17 de marzo de 2009

domingo, 1 de marzo de 2009

Las características del profesor ideal (según los alumnos)

MUY IMPORTANTE
-Le gusta estar con gente joven.
-Piensa que todos sus alumnos son personas importantes.
-Se desvela por ayudarme cuando lo necesito.
-Admite sus errores.
-Confía en sus alumnos.
BASTANTE IMPORTANTE
-Tiene sentido del humor.
-Es paciente.
-Es fácil hablar con él.
-Se enorgullece de los éxitos de sus alumnos.
-Tiene una personalidad afable y cordial.
-Tiene tacto y consideración.
-Se expresa claramente.
-Tiene muchos intereses.
IMPORTANTE
-Es firme.
-Es tolerante.
-Lucha por los derechos de los alumnos.
NO MUY IMPORTANTE
-Es exuberante (con frecuencia entusiasta).
-Tiene modales amables.
-Generalmente es serio.
-Es físicamente atractivo.
-Es entretenido.
-Es intelectualmente brillante.
-Tiene fuertes convicciones.
-No habla demasiado.
-Nunca levanta la voz o grita.
RECHAZABLE
-Nunca se enfada ni se encoleriza.
-Es severo.
-Es hablador.
-Le gusta opinar.
-Revela con frecuencia sus emociones.
-Nunca cambia su manera de pensar.
-Está centrado en sí mismo.
Lo copio por si os sirve.
La fuente es de un artículo de Paul Torrance & Myers. Una ficha que hice en el año de 1988. Estamos hablando, por tanto, del siglo pasado.