domingo, 29 de junio de 2008

La codicia del aldeano

Hay en nuestras sociedades enemigos muy espantosos; a saber: la especulación, el agio, la metalización del hombre culto, el negocio; pero sobre éstos descuella un monstruo que a la callada destroza más que ninguno: la codicia del aldeano. Para el aldeano codicioso no hay ley moral, ni religión, ni nociones claras del bien; todo esto se revuelve en su alma con supersticiones y cálculos groseros, formando un todo inexplicable.
(Benito Pérez Galdós. Marianela)

sábado, 28 de junio de 2008

The Captain of the Gate, de Beulah Marie Dix

Es una obrita breve de teatro cuya traducción he terminado hace unos días. Para cinco actores jóvenes que encarnan los cinco defensores de un puente en Irlanda (siglo XVII), frente al ejército de Cromwell. En situación desesperada y a punto de rendirse, los cinco soldados del puesto reciben la visita y el apoyo moral de su heroico capitán.
Es dramática, no tiene elementos especialmente sobresalientes; es digna y sencilla. Con un escenario único (un cuarto del puesto de guardia). No es gran cosa.
Yo la he titulado El Capitán de la Guardia.
Tengo que leer las otras obritas de este corte que escribió esta mujer, a ver si hay alguna más lograda.

viernes, 27 de junio de 2008

Señales de vida

Perdonad que tenga el blog un poco abandonado, pero mi final de curso está plagado de desorden. Para colmo, unas obras nos han obligado a empaquetar todo el material de libros, cuadernos y etcéteras… Total, que ando boca abajo y sudando la tinta china por el calorcillo de final de junio (Dios ha sido piadoso y lo ha reservado para cuando las clases ya habían terminado).
Cuando comenzó la Eurocopa pronostiqué que seríamos subcampeones. La gente se desconcertaba ante tan insólito pronóstico, pero era una manera de quitarme presión: nada como un forofo visionario con un optimismo incompleto. Ahora me avergüenzo de mi pronóstico pesimista: ¡vamos a ser campeones!

miércoles, 25 de junio de 2008

Los bomberos de antaño

Había que ver la alegría con que llegaban, el entusiasmo de su faena, el júbilo de sus coches rojos. Rompían con sus hachas mucho más de lo que había que romper. Hartos de su inteminable quietud, las llamas les enardecían y llegaban eufóricos al incendio. Ponían en marcha su mecanismo de pura actividad y de pura prisa. Vencían al fuego, tan solo porque le demostraban una mayor actividad y una velocidad mayor. Y el fuego humillado, se retiraba a sus cavernas. Ellos conocían este secreto, el único eficaz contra las llamas. Ganaban al fuego en aquello en que más se tenía por grande: en movimiento y escenografía. Le humillaban. Todos los ojos se volvían hacia ellos; el fuego nadie lo miraba ya.
Corrían menos que una persona normal, pero corrían canónica y gimnásticamente; pecho afuera, puños al pecho, la cabeza alta, levantando mucho los pies del suelo y las rodillas hacia afuera y nunca tropezaban unos con otros. Por eso todo el mundo decía:
--¡Qué bien corren!
(R. Sánchez Ferlosio, Alfanhuí)

martes, 24 de junio de 2008

Y la nota final es...

Hoy ponemos las calificaciones finales.
Es una tarea desagradable, que muchos profesores abominan. Los múltiples acontecimientos del curso, los resultados de exámenes mayores y menores, los disgustos y las alegrías... todo en fin, se mete en la batidora, se enchufa y sale... un 7, o un 8, o un 4.
Es muy difícil acertar en la nota justa.
El profesor reparte calificaciones diversas entre sus múltiples alumnos y luego ellos, por separado, uno a uno, y con rigurosísimo criterio, empiezan a recordarte cosas que habías olvidado y a buscar agravios comparativos. Empiezan a buscar y acaban encontrando.
Es muy difícil contentar a todos y además hay algunos imposibles de contentar.
Así que los cursos terminan con un momento agridulce.

lunes, 23 de junio de 2008

Como un fragor de sangre

Repasas el equipo,
eliges municiones,
supervisas con celo el armamento
(el índice acaricia la mira y el gatillo).
Te acercas a la hoguera
apurando las horas de la noche
junto a los camaradas, que comparten
la euforia de la espera:
las ebrias horas de antes de un combate.
Será cuando amanezca.
Esa febril locura de gritos y explosiones
estallará de pronto como un arco tensado
como un fragor de sangre que se agolpa en las sienes
y no habrá que pensar
sino sólo matar
y correr
y matar.
Sobre la tierra dura retornará el silencio,
retornará la noche.
Y una tela de escarcha se posará ignorante
—bien lo sabes—
sobre el suelo poblado de cadáveres mudos.

domingo, 22 de junio de 2008

Cualquier situación es susceptible de empeorar

El viernes leía en La razón:
El nuevo Bachillerato entró ayer en vigor y se aplicará a partir de septiembre con la singularidad de que, desde ahora, los alumnos que suspendan más de cuatro materias repetirán el curso en su totalidad, pero aquellos que acaben con cuatro asignaturas pendientes pasarán de curso.
Si no fuera porque ya estoy desanimado con los políticos, estas noticias me desanimarían. Me imagino que una medida así tiene que tener algún efecto beneficioso pero realmente parece una nueva puñalada en el moribundo sistema educativo español.
Pase lo que pase, que el alumno pase a 2º. ¡Viva la Pepa!

viernes, 20 de junio de 2008

Cautivo y desarmado...

¡El curso ha terminado!

(Quedan, sí, algunos "flecos" como terminar de corregir los exámenes finales o la entrega de calificaciones).

Me acojo al símbolo de Bueb (aquí) para caracterizar este logro.




jueves, 19 de junio de 2008

El efecto mariposa

Una cita de Havel que conservo entre mis ideas "madre". Yo lo traduzco por haz lo que puedas y deja en manos de Dios el resto:
Con seguridad habrán oído ustedes hablar del “efecto mariposa”. Es la creencia en que todo lo existente en este mundo está tan misteriosa y totalmente interconectado que un sacudimiento leve y al parecer insignificante del ala de una mariposa en un solo punto de este planeta puede desencadenar un tifón a miles de kilómetros de distancia.
Opino que debemos creer en este efecto en la política. No podemos suponer que nuestras acciones consuetudinarias, microscópicas, pero verdaderamente únicas, no tienen consecuencias sólo porque aparentemente no pueden resolver los inmensos problemas de hoy. Es esta una aserción nihilista “a priori” y es una expresión de la arrogante racionalidad moderna que cree saber cómo funciona el mundo.
Pero ¿qué sabemos de él? ¿Podemos decir que una conversación casual entre dos banqueros y el príncipe de Gales mientras cenan esta noche no vaya a sembrar la semilla de la que algún día surgirá una maravillosa flor que admirará a todo el mundo?
En un mundo de civilización global, sólo deben sentir desesperanza aquellos que buscan un truco técnico para salvar esa civilización. Pero aquellos que creen, con toda modestia, en el poder misterioso de su propio ser humano, que media entre ellos y el misterioso poder del Ser del mundo, no tienen motivo para desesperar en absoluto
.
(Vaclav Havel. "La crisis final del pensamiento moderno", Abc, 8-II-92)

miércoles, 18 de junio de 2008

Si rezas, reza

Ayer supe de una grave enfermedad de una amiga. Ayer noté de nuevo esa extraña sensación de "que la vida iba en serio". Si rezas, reza un poco por ella. Dios te lo pague.

martes, 17 de junio de 2008

El profesor en la trinchera (2008), de José Sánchez Tortosa

Cuando alguien me dice: esta habitación está muy cargada o necesitas descansar, me hace un favor inmenso porque noto el sofoco o el cansancio pero no los identifico y, por eso, no sé ponerles remedio.
Este libro habla de la educación hoy y, sobre todo, de la tarea del profesor. Reconozco mucho de lo que describe en lo que vivo a diario y le quedo por eso muy agradecido.
El autor es filósofo y se nota esa capacidad de abstraer, analizar y universalizar sobre los acontecimientos ordinarios del aula.
El libro está dividido en cuatro partes: la tarea educativa, el profesor, el alumno y los padres.
Me interesó especialmente la primera, donde destaca que la educación es un esfuerzo de liberación. En ese esfuerzo es natural que el alumno ofrezca resistencia. El autor recordaba, para ilustrar esto, el mito platónico de la caverna y la película Matrix. Yo recordaba las batallas de la maestra en Miracle worker (El milagro de Ana Sullivan).

Lo fácil, lo natural, es dejarse ir, dejarse vencer por la pereza o la cobardía. La libertad -y el conocimiento, el pensamiento, la ciencia, el arte- exigen esfuerzo. La educación consiste en preparar para ese esfuerzo fomentándolo, ya que no hay modo de adquirirlo como hábito si no se ejercita. Diríamos que se nace necio (que se nace malo) pero se aprende a ser inteligente (bueno).
La educación tiene algo de violencia, de imposición, y, en esa tarea, los mayores hemos de ser fuertes. Las debilidades de padres y profesores son una rémora que los chicos detectan y explotan.
Otras citas del libro aquí y aquí.

lunes, 16 de junio de 2008

Hijos de la Logse

Estuve a fines de mayo de excursión en el Paular con alumnos de 4 de ESO. Un monje paciente y divertido nos enseñó el impresionante interior del monasterio. El buen monje descubrió pronto "el ganado" que tenía delante y se quedó un poco desconcertado ante el abismo de ignorancia y desinterés con que se enfrentaba.
En un momento de cansancio me preguntó si estos chicos de ahora sabían algo de verdad. A mí me avergonzaba comprobar tanto vacío pero me compadecía de ellos y les disculpé: No saben, no. Pero es que sus mayores no quieren que sepan.
En España es un lugar común reírse de "los hijos de la Logse" pero se les ayuda un poco más exigiéndoles. Estos chicos saben muy poco... porque sus mayores les ahorramos los esfuerzos.
Comen lo que se les da. La culpa es nuestra.

domingo, 15 de junio de 2008

Responsabilidades del educador

Sería prudente precisar la importancia del profesor, que es relativa, que no es trascendental para el estudiante, cuya actitud y esfuerzo son los elementos capitales, pero que puede resultar crucial para el conjunto de la sociedad. Y sin duda hay profesores mejores y peores. Lo malo es cuando el sujeto que desempeña el papel de docente detesta su labor. Un profesor que odia su trabajo puede provocar daños irreparables en los individuos humanos a los que trata y, por extensión, en el conjunto de una sociedad a través de las distintas generaciones que la forman. Su oficio no es, en este sentido, como el de un fontanero, un administrativo o un notario. Él trata directamente con seres humanos en fase de formación. Es una empresa demasiado fascinante y delicada como para dejarla en manos de quien no disfruta llevándola a cabo, por encima, incluso, de todos los sinsabores y obstáculos que hoy día el profesor tiene que salvar.
(José Sánchez Tortosa, El profesor en la trinchera)

sábado, 14 de junio de 2008

Proyecto: lecturas de verano

Libros que quisiera leer próximamente:

Developing reading skills, Françoise Grellet (para preparar ejercicios sobre textos escritos pensando en mis clases de lengua y literatura).
Cranford, Elizabeth Gaskell (porque me interesó mucho la serie North & South y quiero conocer más a esta escritora).
Middlemarch, George Eliot (porque tampoco conozco a esta otra y creo que es muy buena. Sé que hay una serie sobre esta novela pero quiero leerla antes).
Las aventuras de Ulises, Rosemary Sutcliff (porque me interesa Sutcliff y también la Odisea y porque me gustó Naves negras).
La gloria de los niños, Luis Mateo Díez (porque me han hablado bien de él y necesito encontrar literatura española actual que valga la pena).
La verdad sobre el caso Savolta, Eduardo Mendoza (porque tengo lagunas en mi formación que quisiera rellenar).
Veo una voz, Oliver Sacks (porque me soy un fan de O. Sacks y este libro, encima, es sobre lenguaje).
Maximina, Armando Palacio Valdés (porque quiero leerme la opera omnia de Palacio y el año pasado me leí Riverita que continúa en Maximina).

viernes, 13 de junio de 2008

Abstenerse relativistas

Estas citas proceden de No es país para viejos de Cormack McCarthy. No pensaba leerlo porque estoy un poco saturado de violencia y de tipos paranoicos y Javier Bardem me lo hace aún más antipático. Tampoco me entusiasmó el único libro que he leído de McCarthy (Todos los caballos hermosos). Pero viendo estas citas que en la novela dice el Sheriff Bell sobre la verdad que aporta Javier Cercas (aquí), quizá me lo piense.

Opino que cuando todas las mentiras hayan sido contadas y olvidadas la verdad seguirá estando ahí. La verdad no va de un sitio a otro y no cambia de vez en cuando.

A la gente de ahora les hablas del bien y del mal y te expones a que se sonrían.

Mi padre siempre me decía que hiciera las cosas lo mejor que supiera y que dijera la verdad. Que nada tranquilizaba tanto como despertarte por la mañana y no tener que decidir quién eras. Y si has hecho algo mal, da la cara y di lo siento y apechuga. No cargues más peso del necesario.

Yo creo que la verdad siempre es simple. Y lo es por fuerza. Tiene que ser lo bastante simple para que la entienda un niño. De lo contrario sería demasiado tarde. Cuando las comprendieras ya sería tarde.

jueves, 12 de junio de 2008

Es difícil elegir si falta un criterio

Ese afán ingenuo de ser democrático con los estudiantes conduce a introducirles demasiado pronto en los consejos escolares, implicarles en su educación con una participación para la que aún no están preparados en la mayoría de los casos, invitarles a elegir entre asignaturas de las que desconocen prácticamente todo (esa especie de educación a la carta). Así, en lugar de formar personas capacitadas para elegir por sí mismas, es decir, en lugar de enseñarles a elegir libremente, se les deja decidir, o lo que es mucho más preciso, se les ofrece la ilusión de que deciden cuando aún no están preparados para hacerlo.
(José Sánchez Tortosa, El profesor en la trinchera)

miércoles, 11 de junio de 2008

Ayer comenzó la Selectividad

En Madrid se examinaban menos de 23.000 alumnos para más de 35.000 plazas universitarias.
El asunto es evidente: la Universidad necesita a todos los supervivientes del sistema educativo, estén en las condiciones que estén. Asume el deterioro.
PREGUNTA: ¿Quién puede suspender un examen así?
RESPUESTA: Sólo los profesionales del suspenso y algún alumno/a despistado/a.
Los profesores (que tan necesitados estamos de recursos externos que nos ayuden a exigir a nuestros alumnos) ya no podemos contar a tal efecto con ese examen.
No deseo que eliminen la Selectividad. Tiene efectos positivos sobre el temario que se imparte y siempre hay algún alumno que hace un esfuercillo extra por ella. Además, para quedarnos sin nada, mejor nos quedamos con esto.
No digo que la quiten, pero dejo constancia de su declive.
Cada vez menos recursos.

martes, 10 de junio de 2008

Huir al encuentro (V)

Agradezco a Eduardo el aviso de este romance que no recordaba pero que viene como anillo al dedo de estas citas sobre la inutilidad de huir de la muerte:

Un sueño soñaba anoche,
soñito del alma mía,
soñaba con mis amores
que en mis brazos la tenía.
Vi entrar señora tan blanca
muy más que la nieve fría.
"¿Por dónde has entrado amor?
¿Cómo has entrado mi vida?
Las puertas están cerradas,
ventanas y celosías."
"No soy el amor, amante:
la Muerte que Dios te envía."
"¡Ay, Muerte tan rigurosa,
déjame vivir un día!"
"Un día no puede ser,
una hora tienes de vida."
Muy de prisa se calzaba,
más de prisa se vestía;
ya se va para la calle,
en donde su amor vivía."
¡Ábreme la puerta, blanca,
ábreme la puerta niña!"
"¿Como te podré yo abrir
si la ocasión no es venida?
Mi padre no fue al palacio,
mi madre no está dormida."
"Si no me abres esta noche,
ya no me abrirás querida;
la Muerte me está buscando,
junto a ti vida sería."
"Vete bajo la ventana
donde bordaba y cosía,
te echaré cordón de seda
para que subas arriba,
y si el cordón no alcanzare
mis trenzas añadiría."
La fina seda se rompe;
la Muerte que allí venía:
"Vamos, el enamorado,
que la hora ya está cumplida.”

lunes, 9 de junio de 2008

Casi mejor

Y ahora
que está todo apagado y las persianas bajadas
y están acostados ya los niños
y es lunes no sé de qué mes
ahora que a pesar de todo he vuelto a llegar tarde
y soporto un reproche doloroso en cada movimiento
ahora que fuera en la calle está el tiempo raro
siento en mi estómago un vacío que no se calma ni fumando un pitillo
y encima ni siquiera he terminado mi trabajo para mañana
y tú estás ya dormida, cansada de esperar,
y yo me tumbo vestido completamente fracasado, totalmente fracasado
porque ésta no ha sido la primera vez, ya lo sé
pero además sospecho que no es la última
ahora que lo mejor sería cerrar los ojos como estoy y esperar a mañana
cerrar sí los ojos a este nuevo fracaso y esperar a mañana
ahora
casi mejor me levanto y termino mi trabajo
no sea que estropeemos más las cosas.

domingo, 8 de junio de 2008

Los hijos de Húrin (2007), de J.R.R. Tolkien

Aunque disfruté en su día con El hobbit y El señor de los anillos, no fui capaz de leer sino algunos capítulos de El Silmarillion (me gustó mucho, eso sí, el relato de la creación que incluye).
Había perdido el interés por las obras menores de Tolkien o las inacabadas. Hasta que leí algunas críticas favorables de Los hijos de Húrin. Entonces me interesé por si podía recomendar su lectura a gente joven.
Se trata de una historia legendaria (muy anterior a la época en que se sitúa El señor de los anillos, en términos tolkianos) que Tolkien dejó muy esbozada y su hijo Christopher ha terminado de “aliñar”.
El comienzo de Los hijos de Húrin me asustó un poco porque introducía muchos nombres de personajes distintos y muchas precisiones topográficas. Luego, quizá a partir del capítulo tercero más o menos, ya se ve que la historia es coherente y tiene protagonistas y las aguas se serenan (y yo, lector, me sereno también).
El tono de la narración es distante, los personajes están lejos en el tiempo, se trata de una leyenda y tiene un aire de tragedia griega. Me ha parecido elegante, sobria; se nota que está llevada con maestría, pero a la vez es algo fría y se lee como quien lee una crónica medieval.
Me ha gustado pero no lo recomendaré. 3/5.

sábado, 7 de junio de 2008

Huir al encuentro (IV)

En La vida es sueño, Calderón convierte al gracioso, Clarín, en ejemplo vivo de la inevitabilidad de la muerte (¡Mirad que vais a morir / si está de Dios que muráis!). Antes de un combate, casi al final de la obra, Clarín se refugia cobardemente entre unas peñas y allí recibe al poco una bala perdida y allí explica al público la lección de la que vengo hablando.

Soy un hombre desdichado,
que por quererme guardar
de la muerte, la busqué.
Huyendo de ella, topé
con ella, pues no hay lugar
para la muerte secreto;
de donde claro se arguye
que quien más su efecto huye,
es quien se llega a su efeto.
Por eso tornad, tornad
a la lid sangrienta luego;
que entre las armas y el fuego
hay mayor seguridad
que en el monte más guardado;
que no hay seguro camino
a la fuerza del destino
y a la inclemencia del hado;
y así, aunque a libraros vais
de la muerte con huir.
¡Mirad que vais a morir,
si está de Dios que muráis!

viernes, 6 de junio de 2008

Sobre "El Señor de los Anillos"

Cuando estudiaba 3 de Bup o Cou, después de haber leído El hobbit, empecé a leer El Señor de los Anillos. No llegué a terminarlo: me quedé a la mitad del segundo tomo. Perdí el libro por el que estaba leyendo, pero había ido perdiendo el interés previamente.
Cuando Peter Jackson filmó su trilogía (antes de que se estrenara) volví a empezar la novela de Tolkien. No quería ver las películas primero: las imágenes y la música del cine tienen tanta fuerza que, una vez que las ves, dificultan de ordinario llegar al libro original con cierta libertad de imaginación.
Leí los tres tomos de El Señor de los anillos de corrido y disfruté con el primero (por la recreación costumbrista de la vida de los hobbits) y el tercero (por el drama personal de Frodo y de Sam).
Luego vi las películas, sin excesiva emoción, y me pasó lo mismo. Guardo más aprecio por el libro que por las películas.
El mundo de Tolkien no me desagrada pero me supera tanta complejidad lingüística, geográfica, histórica, e incluso botánica y zoológica.
Los diversos bichitos que Tolkien inventa o los avatares sobre espadas, anillos, maldiciones, etc., me parecen algo curioso pero no me interesan. (Las batallas multitudinarias de la segunda y tercera película no es que me interesen poco, es que me agotan.)
Si dejamos aparte todo el revestimiento, nos queda una aventura épica que muestra un momento particular en la historia. El Bien y el Mal enfrentándose y unos humildes y sencillos individuos formando parte de esa epopeya.

jueves, 5 de junio de 2008

Huir al encuentro (III)

La tercera cita que os comentaba (primera, aquí; segunda, aquí) es de Homero, pero la cita viene a través de Teodora, emperatriz de Bizancio de Gillian Bradshaw. Es una arenga militar que anima a la entrega heroica sugiriendo que la muerte podría igualmente sorprendernos en una retirada cobarde.

“Si desertando de la guerra
nos libráramos de los años y la muerte,
ni lucharía yo entre los valientes
ni te empujaría a la batalla portadora de gloria.
Mas como diez mil formas de muerte nos rodean
y no hay mortal que las eluda o escape a ellas
dejemos que los dioses canten la victoria,
sea nuestra o del enemigo”.

miércoles, 4 de junio de 2008

Huir al encuentro (II)

La cita de Los hijos de Húrin que puse ayer (aquí), me trajo a la memoria, en primer lugar, esta historieta que cuenta Atxaga.

EL CRIADO DEL RICO MERCADER

Érase una vez, en la ciudad de Bagdad, un criado que servía a un rico mercader. Un día, muy de mañana, el criado se dirigió al mercado para hacer la compra. Pero esa mañana no fue como todas las demás, porque esa mañana vio allí a la Muerte y porque la Muerte le hizo un gesto.
Aterrado, el criado volvió a la casa del mercader.
―Amo ―le dijo―, déjame el caballo más veloz de la casa. Esta noche quiero estar muy lejos de Bagdad. Esta noche quiero estar en la remota ciudad de Ispahán.
―Pero ¿por qué quieres huir?
Porque he visto a la Muerte en el mercado y me ha hecho un gesto de amenaza.
El mercader se compadeció de él y le dejó el caballo, y el criado partió con la esperanza de estar por la noche en Ispahán.
Por la tarde, el propio mercader fue al mercado, y, como le había sucedido antes al criado, también él vio a la Muerte.
―Muerte ―le dijo acercándose a ella―, ¿por qué le has hecho un gesto de amenaza a mi criado?
―¿Un gesto de amenaza? ―contestó la Muerte―. No, no ha sido un gesto de amenaza, sino de asombro. Me ha sorprendido verlo aquí, tan lejos de Ispahán, porque esta noche debo llevarme en Ispahán a tu criado.

(Bernardo Atxaga. Obabakoak)

martes, 3 de junio de 2008

Huir al encuentro (I)

Leyendo Los hijos de Húrin me he tropezado con una idea recurrente, que ya había leído y considerado con anterioridad: es posible que quien huye de la muerte o el dolor se encuentre sin embargo con ellos en la huida; es posible huir al encuentro.
La cita concreta procede de Sador, un criado. Sador considera una paradoja en su vida que, después de haber sido soldado, la herida que le dejó minusválido (cojo) viniera como consecuencia de un accidente doméstico como leñador, y dice así:
…mi amor por la lucha se había saciado, pues había visto ya bastantes heridas y sangre derramada, y obtuve permiso para volver a los bosques que tanto echaba de menos. Y allí recibí mi herida; porque el hombre que huye de lo que teme acaba comprobando que sólo ha tomado un atajo para encontrarse con ello.

lunes, 2 de junio de 2008

A tale of two cities (1859), de Charles Dickens

Lo he leído/oído en inglés.
Empecé en verano del 2007, lo dejé abandonado durante el curso escolar, pero le he dado un empujoncito final ahora.
Durante casi todo el tiempo escuchaba la versión de Librivox (aquí) mientras seguía la lectura del libro. En los últimos capítulos sólo oía lo que me faltaba aprovechando trayectos en coche (sin irlo leyendo, claro). Ni antes ni después me he enterado bien de la novela.
Las pausas, la discontinuidad en la lectura, sin duda influyen en mi falta de entusiasmo. Dickens disfruta ocultando sus intenciones: describe en una página o dos a un personaje pero no te da su nombre hasta la página tres; escribe un capítulo y no concuerda con lo anterior, de pronto han pasado cinco años. El inglés con que está escrito también se me ha hecho especialmente difícil. Repetitivo; de ritmo lento, lento, tanto en la expresión como en el contenido.
No he disfrutado. Sé que no le hago justicia a Charles Dickens con este comentario negativo, pero es lo que hay.
2/5.

domingo, 1 de junio de 2008

Juno (2007), de Jason Reitman


No me gustó la película. Los personajes se comportan arbitrariamente, al ritmo del capricho. Los móviles de sus conductas son un atentado al (presunto) carácter racional del ser humano.
El tono de la película me recordó a los Simpson. Dibuja un mundo cínico y utilitarista donde ya nada vale nada, donde no hay verdades ni valores, donde no hay más que la propia autenticidad. Pero, en medio de ese mundo roto, como en medio de la basura, deja que surja milagrosamente una flor.
El empeño de Juno de gestar al hijo que ha concebido introduce un elemento de realismo, de relieve y de grandeza en un mundo superficial (que se presupone que incluye también a los espectadores). Juno es un escándalo en un entorno frívolo, como se pone de manifiesto en su simbólico “desfile” por los pasillos de su Instituto.
Juno, la protagonista, con sus hechos (no con sus palabras) salva el asfixiante vacío de su entorno. Pero los móviles por los que se rige son desconcertantes. Lo mismo puede decidir una cosa que la contraria (“la libertad os hará verdaderos”, como dice ZP, nuestro líder). Juno es auténtica, es divertida, y es pavorosamente irracional.
Una última cosa: las historias optimistas de amor de antaño terminaban con la boda. La boda era como una estación de llegada a partir de la cual ya todo se suponía cuesta abajo. Las historias optimistas de amor de ahora terminan en un beso de reconciliación. Estamos muy desesperanzados.
3/5.