Los regresos de las vacaciones son momentos duros en la enseñanza. Uno viene un poco oxidado después de unos días de holganza y se encuentra unos alumnos menos dispuestos de lo habitual (si cabe). El jueves fue el primer día y el viernes hubiera sido el segundo, pero Dios se apiadó de nosotros y nos envió una hermosísima nevada. Tengo el coche con problemas de batería desde entonces, pero bienvenidos sean esos problemas.
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