viernes, 1 de enero de 2010

Africanus. El hijo del Cónsul (2008), de Santiago Posteguillo


Esta novela cuenta la juventud de Escipión el Africano. Es una novela larga (casi 700 páginas) pero fácil de leer y entretenida. Descubrí por cierto que dos alumnos míos (16 y 17 años respectivamente) ya la habían leído. Dos alumnos de esos que te sorprenden. Índice de que hay más lectores por ahí, seguro. El hallazgo corrige todavía más mis prejuicios sobre la lectura juvenil (mis prejuicios eran ya menos negativos de lo que se estila).
Volviendo a la novela: no me ha gustado. A la altura de la página 300 me pensé muy seriamente si seguir leyéndola o no. Se me había ido haciendo más y más antipática. Luego se volvió un poco más amena y se me pasó el disgusto.
¿Defectos? Básicamente diría que es una novela efectista: constantes presagios subrayan deseos y temores y anticipan los acontecimientos. Los personajes, esto sobre todo, están muy estereotipados, son buenos-buenos o malos-malísimos como los personajes de una de vaqueros.
¿A favor? La novela se lee con amenidad. Me atrae además que trata un periodo de la historia de Roma que para mí era confuso (los albores del siglo II a.C.). He asentado cronológicamente a Aníbal, a Arquímedes, a Plauto y a los Escipiones.
Tenía cierto deseo de ver la historia de Roma desde el punto de vista de Escipión, el oponente político de Catón (propósito del que hablaba después de haber leído Catón el viejo de Corti. Mi comentario, aquí). Resulta imposible porque en esta novela los antagonismos son ridículos, se parece al enfrentamiento de Blancanieves y su Madrastra.
[He escrito una entrada con algunas frases selectas, aquí.]
No estoy seguro de si me leeré las continuaciones. 3/5.
[Edito la entrada para explicar el primer comentario que hice: recibí un comentario anónimo de alguien que se sintió ofendido por la crítica anterior y respondió con dureza. Ahora su comentario ha desaparecido. Supongo (descubro ahora) que el autor de un comentario (incluso siendo anónimo) tiene siempre potestad para suprimirlo cuando le dé la gana. No sé por qué me molesté en contestar. Para no echar a perder lo que escribí, explico el sentido de mis observaciones.
1 y 2. Me decía que los personajes de la novela no eran planos. Pero lo justificaba mostrando que el protagonista evolucionaba en los otros libros de la trilogía. Quizá evolucione pero debe de ser entre libro y libro. No en el que yo leí.
3. es porque, para desautorizar mi opinión, se escandalizaba de mi mucha ignorancia (mi ignorancia es infinita, la verdad) y proponía que mis alumnos me explicasen a mí (en algunas cosas, también con razón). También me llamaba mentiroso por decir que dos alumnos habían leído el libro (?).
4. Visto que a su juicio estaba claro que yo mentía, también quedaba claro que envidiaba el éxito del autor y por eso había escrito una valoración negativa del libro.
5. Entro al trapo y me enfado ante algún comentario escatológico sobre mis opiniones. Fin de la edición]

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Respetando tu comentario, me alegro de que con Santiago, hayas ubicado cronológicamente a Anibal, Publio, Plauto....el resto de españoles lo hacíamos en EGB, con 12 años lo teníamos perfetamente ubicado.
En ese punto, pues ya le debes algo bueno.
Dices que los personajes son estereotipos: que son buenos-buenos o malos-maols.
Creo que te confundes, o bien no has leido la novela, o a lo mejor es preciso que tus alumnos de 16 y 17 años te la exoliquen con detenimiento. Nadie que haya prestado un mínimo de atención diría que Publio es "bueno buenísimo, porque, 1-traiciona a su mujer,2 intenta provocar la muerte de un pretendiente de su hija y 3 y 4 y 5 sucumbe a la vanidad.
Pero es que Publio, al principio, no era así, era el Romano perfecto, leal, servidor, amable y respetuoso esposo...es decir, de bueno, pasa a malo y de malo a malisimo, segun mi punto de vista.
A Anibal le pasa lo mismo. Ni es tan malo ni es tan bueno.
Yo diría que EN ABSOLUTO EN UNA CONTRADICCIÓN ENTRE EL BIEN Y EL MAL, respecto a la personalidad de los personajes, nunca diría que es un estereotipo.
A lo mejor es que desconoces el significado de estereotipo. Que te lo expliquen tus alumnos de 16 y 17 años, de paso.
Y por ultimo, NO ME CREO que ningun alumno tuyo de esa edad lo haya leido.
Y sabes porque? Porque con leer 4 lineas tuyas ya se que eres:
Sin ánimo de ofender:
1- mentiroso
2- envidioso
3- si tan bueno eres, escribe algo y no esa basura de comentario, e inventate algo creible: dios 16 años????
jajaja MENTIROSO

alfonso dijo...

He dudado si dejar el comentario anterior o borrarlo porque (aunque habla de respeto y de ánimo de no ofender) me parece un poco ofensivo, la verdad. Pero lo dejo, por lo que tiene de contraste de pareceres; para que los lectores vean distintas opiniones.
Como estoy en mi blog, permitidme que me explique, aunque note demasiada bilis en este anónimo.
1. En apoyo de que el carácter del protagonista no es un estereotipo presentas hechos que no están en la novela (deben de ser de sus continuaciones, que no he leído).
2. Cuando hablo de personajes estereotipados no me refiero sólo a Publio; hablo de Aníbal, de Escipión padre, de Quinto Escipión y (sobre todo) de Fabio Máximo, este personaje en la novela resulta cómico en su maldad. Cómicos son también, aunque se les dediquen menos páginas, los cónsules romanos a excepción de los parientes del Africano: Publio Escipión y Emilio Paulo.
2. Mis alumnos pueden explicarme muchas cosas, aunque quizá no el significado de la palabra "estereotipo" (y menos si tienen que hacerlo con detenimiento). No soy su profesor por ser mejor que ellos: tiene más bien que ver con una cuestión generacional y con los azares de la vida.
No sé a qué viene dudar de que dos alumnos míos hayan leído la novela. A mí me contaron que la habían leído y yo me lo creí, no se me ocurrió que me pudieran mentir. Quizá no la leyeron. ¡Qué se yo! No veo a qué viene poner en duda una cosa tan irrelevante.
4. "Mentiroso", poco y no en el blog. "Envidioso", quizá, pero no del autor de esta novela. Envidio más a los escritores de los libros que me han gustado. Pero creo que más que envidiarlos, los admiro y les estoy agradecido.
5. En este blog escribo lo que me parecen los libros que leo. Si te parecen basura mis comentarios, mejor no vuelvas y así no te llevas el olor.

Luis dijo...

Vaya, por fin encuentro una opinión cercana a la mía de esta novela. Yo apenas llevo la mitad del libro y estoy totalmente de acuerdo en cada una de las críticas que comentas... la lección de historia del maestro griego a los niños traída con pinzas para situar al lector... los personajes planos y vacíos... y lo que más me asusta, las buenas críticas a diestro y siniestro en internet... ¿se me ha olvidado lo que es un buen libro? Por fortuna, no, y esto no lo es.
Saludos

alfonso dijo...

Gracias, Luis, por tu aportación. Al leer el tuyo he descubierto con sorpresa que falta el comentario anónimo que motivó el mío anterior. No sabía que el autor del comentario podía luego retirarlo.
Voy a ver si puedo editar mi comentario primero para que se entienda.

Luis dijo...

Pero Alfonso, si no hacía falta. Más disciplinados que las legiones romanas son estas legiones de fans de esta subliteratura. No quiero ser muy duro con el señor Posteguillo pero... es que no escribe bien. No basta con saber para escribir, aunque tampoco hace falta escribir para vender, como se puede observar. Lo siento, vengo de leer otra saga con legión de adictos, la Canción de Hielo y Fuego, de Martin, y la diferencia es atroz... en diez páginas (por decir muchas) se nota.
¿Que se puede justificar un nivel tan bajo en pos de la divulgación? Yo lo justifico, pero no perdamos la perspectiva: esto es una obra menor de un autor menor. ¡felicidades por tu blog!

Anónimo dijo...

Tienes todo el derecho Alfonso a dar tu opinión sobre este libro o cualquiera.
Estoy todavía pendiente de esta lectura, me pregunto si no será mejor Colleen McCullough para acercarme al mundo romano.