2º de Bachillerato ha terminado el curso. Afronta ahora el examen de Selectividad. Por fortuna existe todavía un examen así. Exámenes como esos nos permiten a los profesores defender el nivel y la profundidad de nuestras asignaturas (ya de por sí bastante suaves). Por desgracia la Selectividad cada vez es más fácil.
He examinado oral a mis alumnos de 4º de la ESO (Lengua y Literatura). Era la primera vez que hacía algo así y la experiencia ha sido muy interesante.
Inevitablemente, la cabeza se me está yendo al curso 2008-09. Me ilusiona. Influyen también cosas como que hay que programar los libros de texto y los libros de lectura que se usarán el próximo año.
Tengo maquinilla de afeitar nueva. Quise ser original y ya me he arrepentido de la elección. Pero hablamos, en cualquier caso, de maquinillas de primera división.
Estoy leyendo a Tolkien. Me está costando menos de lo que pensaba. He oído cosas positivas de este libro. Lo leo pensando en mis alumnos, más que en mí.
sábado, 31 de mayo de 2008
viernes, 30 de mayo de 2008
North & South, (2004), de Brian Percival
Es otra de esas antológicas series de la BBC que recrean magistralmente las novelas inglesas del siglo XIX. (La entrada que escribí comentando la extraordinaria versión de Vanity Fair, aquí).
La serie está muy bien producida e interpretada. El argumento mezcla los problemas sentimentales de una joven “tipo Austen” (genio, virtud y elevada formación cultural) y un estudio sociológico de los conflictos entre obreros y patronos, pobres y ricos, en una ciudad industrial. Este retrato social recuerda un poco a Dickens.
Igual que me sucedió con Jane Austen cuando salió la película de Sentido y Sensibilidad, tampoco en este caso conocía nada de Elizabeth Gaskell. Y me ha parecido merecedora de atención y me han entrado muchas ganas de leer algo suyo. Como de Norte y Sur ya me sé la trama, he pensado leer otra cosa. Después de haber investigado un poco, me he decidido por Cranford, pero probablemente espere al verano para leerlo.
4/5.
jueves, 29 de mayo de 2008
Los niños aprenden mucho, mucho
Este vídeo lo descubrí ayer en La Gaceta.
Es una campaña educativa australiana. Intenta responsabilizar a los padres sobre la educación de los niños y la importancia del buen ejemplo.
Está hecho con dureza y demasiada acritud. Podía estimular el buen ejemplo y trata de prevenir el malo. Al poner el acento en lo negativo, parece uno de esos anuncios de la DGT. Sólo falta que diga aquello de: no podemos educar a tu hijo por ti. Creo que tiene un efecto perverso porque transmite una visión muy pesimista, pero está bien hecho y es verdad que el ejemplo es muy importante.
miércoles, 28 de mayo de 2008
Un pasaje del “Libro de Adán y Eva”
NO SE HA SABIDO SI ADÁN Y EVA FUERON REALMENTE FELICES
Nuestros primeros padres eran vegetarianos.
Les caían los frutos redondos en las manos.
Brillaban los naranjos, solares, valencianos,
y más allá, en la niebla, lucían los manzanos.
Las fieras, dieciochescas, pasaban sonrientes,
exhibiendo el esmalte de colmillos y dientes;
trenzaban un minué de pasos inocentes
panteras y leones y tigres y serpientes.
(…)
Era un jardín botánico de belleza al desnudo
el Edén inicial. Nunca el invierno crudo
provocó con el frío ni un tímido estornudo.
Nunca ni un solo médico abrir consulta pudo.
Nunca comer fue un arte, ni menos un trabajo.
Nadie comentó nunca la molestia del ajo.
No se hablaba del tiempo. Nadie fue nunca al tajo.
Nadie fue nunca gordo, ni tampoco fue bajo.
Eran vegetarianos nuestros buenos abuelos
como iban desnudos, sin celos ni recelos.
Era un sueño la vida, eran las tierras cielos.
Se oían clavecines, se oían violoncelos.
Vivir era un regalo, una racha de suerte,
era dicha sin gloria, era vida sin muerte.
Adán estaba sano y se sentía fuerte.
Y nunca dijo a Eva: “Cuánto tiempo sin verte”.
Sólo mucho después pensaron si fue aquello
un principio, un final o un tímido destello
de otra vida anterior. Pero, en fin, todo ello
atrás quedaba ya, cerrado con un sello.
(Lorenzo Gomis, Libro de Adán y Eva)
Nuestros primeros padres eran vegetarianos.
Les caían los frutos redondos en las manos.
Brillaban los naranjos, solares, valencianos,
y más allá, en la niebla, lucían los manzanos.
Las fieras, dieciochescas, pasaban sonrientes,
exhibiendo el esmalte de colmillos y dientes;
trenzaban un minué de pasos inocentes
panteras y leones y tigres y serpientes.
(…)
Era un jardín botánico de belleza al desnudo
el Edén inicial. Nunca el invierno crudo
provocó con el frío ni un tímido estornudo.
Nunca ni un solo médico abrir consulta pudo.
Nunca comer fue un arte, ni menos un trabajo.
Nadie comentó nunca la molestia del ajo.
No se hablaba del tiempo. Nadie fue nunca al tajo.
Nadie fue nunca gordo, ni tampoco fue bajo.
Eran vegetarianos nuestros buenos abuelos
como iban desnudos, sin celos ni recelos.
Era un sueño la vida, eran las tierras cielos.
Se oían clavecines, se oían violoncelos.
Vivir era un regalo, una racha de suerte,
era dicha sin gloria, era vida sin muerte.
Adán estaba sano y se sentía fuerte.
Y nunca dijo a Eva: “Cuánto tiempo sin verte”.
Sólo mucho después pensaron si fue aquello
un principio, un final o un tímido destello
de otra vida anterior. Pero, en fin, todo ello
atrás quedaba ya, cerrado con un sello.
(Lorenzo Gomis, Libro de Adán y Eva)
martes, 27 de mayo de 2008
El libro de la vida
—Ha pasado mucho tiempo desde que nos bañamos en Sandfor Lasher —dijo Durrance.
—Y desde que nos helamos, por Pascua de Resurrección, en la garganta nevada de Great End.
Ambos hombres tenían el presentimiento de que en aquella mañana se había acabado un capítulo del libro de su vida y, como el volumen había sido de agradable lectura y no sabían si los sucesivos se mantendrían al mismo nivel, estaban hojeando retrospectivamente las páginas antes de cerrarlo de un modo definitivo.
—Cuando regreses, Juan, tendrás que venir a pasar una temporada con nosotros.
(Alfred E. W. Mason, Las cuatro plumas)
—Y desde que nos helamos, por Pascua de Resurrección, en la garganta nevada de Great End.
Ambos hombres tenían el presentimiento de que en aquella mañana se había acabado un capítulo del libro de su vida y, como el volumen había sido de agradable lectura y no sabían si los sucesivos se mantendrían al mismo nivel, estaban hojeando retrospectivamente las páginas antes de cerrarlo de un modo definitivo.
—Cuando regreses, Juan, tendrás que venir a pasar una temporada con nosotros.
(Alfred E. W. Mason, Las cuatro plumas)
lunes, 26 de mayo de 2008
La muerte llama al arzobispo (1927), de Willa Cather
Extraordinaria novela que me entusiasmó desde el principio y mantuvo el interés hasta casi el final. Es un relato sobrio de la vida de dos misioneros católicos en Nuevo Méjico en la segunda mitad del sg. XIX.
La novela recoge un mosaico de historias breves de los misioneros españoles del XVII, las tradiciones indígenas, la vida de los protagonistas y el pasado de los personajes que van entrecruzándose..
Yo había leído con agrado Mi Ántonia, de Willa Cather, pero esta novela me ha gustado mucho más.
Está basada en personajes históricos y todo lo que se cuenta rezuma nobleza, elegancia y dignidad aunque se trate de gente muy pobre y a veces muy inculta e incluso brutal.
Cather, que no era católica, muestra mucho cariño por el catolicismo y una mirada respetuosa y cordial hacia las distintas culturas.
El título, de sabor medieval, procede de una escena de Las danzas de la muerte, pero la la llamada de la muerte en la obra de Cather no es macabra ni justiciera.
Una cita puesta en el blog recientemente, aquí.
5/5.
La novela recoge un mosaico de historias breves de los misioneros españoles del XVII, las tradiciones indígenas, la vida de los protagonistas y el pasado de los personajes que van entrecruzándose..
Yo había leído con agrado Mi Ántonia, de Willa Cather, pero esta novela me ha gustado mucho más.
Está basada en personajes históricos y todo lo que se cuenta rezuma nobleza, elegancia y dignidad aunque se trate de gente muy pobre y a veces muy inculta e incluso brutal.
Cather, que no era católica, muestra mucho cariño por el catolicismo y una mirada respetuosa y cordial hacia las distintas culturas.
El título, de sabor medieval, procede de una escena de Las danzas de la muerte, pero la la llamada de la muerte en la obra de Cather no es macabra ni justiciera.
Una cita puesta en el blog recientemente, aquí.
5/5.
domingo, 25 de mayo de 2008
La casita de los enanitos
sábado, 24 de mayo de 2008
A la vuelta de aquella esquina está Nuevo Méjico
El padre Latour siempre se había sentido un poco avergonzado de que Joseph tuviera atareadas a su hermana y a sus monjas con sotanas y ornamentos, pero la última vez que estuvo en Francia pudo verlo todo bajo otra luz. De visita en el convento de la madre Philomène, una de las hermanas más jóvenes le había hecho una confidencia: para ellas, que vivían lejos del mundo, era toda una inspiración trabajar para las lejanas misiones. También le habló de lo preciosas que les resultaban las largas cartas del padre Vaillant, cartas en las que le contaba a su hermana cosas del país, los indios, las piadosas mejicanas, los mártires españoles de antaño. Esas cartas, dijo, se las leía en alta voz la madre Philomène por las tardes. La monja llevó al padre Latour hasta un mirador que se asomaba a la callejuela, allí donde el muro torcía en ángulo e impedía ver más allá.
―Mire ―dijo―, cuando la madre nos lee una de esas cartas de su hermano, vengo aquí y me asomo a esta calleja, con ese único farol, y justo a la vuelta de aquella esquina está Nuevo Méjico: todo lo que nos escribe de aquellos desiertos rojos y montañas azules, las grandes llanuras y las manadas de bisontes, y los cañones más profundos que las más profundas gargantas de nuestras montañas. Siento que estoy allí, mi corazón late más deprisa, y me vuela el tiempo hasta que la última campana corta de golpe mis sueños.
(Willa Cather, La muerte llama al arzobispo)
―Mire ―dijo―, cuando la madre nos lee una de esas cartas de su hermano, vengo aquí y me asomo a esta calleja, con ese único farol, y justo a la vuelta de aquella esquina está Nuevo Méjico: todo lo que nos escribe de aquellos desiertos rojos y montañas azules, las grandes llanuras y las manadas de bisontes, y los cañones más profundos que las más profundas gargantas de nuestras montañas. Siento que estoy allí, mi corazón late más deprisa, y me vuela el tiempo hasta que la última campana corta de golpe mis sueños.
(Willa Cather, La muerte llama al arzobispo)
viernes, 23 de mayo de 2008
jueves, 22 de mayo de 2008
Maurice Baring
Como las cerezas, enganchados unos a otros, vienen los descubrimientos: descubrí Internet Archive y allí encontré algunas obras de teatro de principios de siglo que buscaba. Descubrí los "Diminutive dramas" de Baring y he traducido "El ensayo".
Ahora he descubierto que Maurice Baring (1874-1945) fue un escritor inglés, católico converso, amigo de Chesterton y de Knox. Y encima, que en el trabajo, en la Biblioteca, está el segundo volumen de la edición española de sus obras completas. Se trata de novelas, creo, pero alguna acabaré leyéndome.
Ahora he descubierto que Maurice Baring (1874-1945) fue un escritor inglés, católico converso, amigo de Chesterton y de Knox. Y encima, que en el trabajo, en la Biblioteca, está el segundo volumen de la edición española de sus obras completas. Se trata de novelas, creo, pero alguna acabaré leyéndome.
miércoles, 21 de mayo de 2008
Teatro dentro del teatro
Siempre me han atraído las obras que, como El ensayo de Maurice Baring (de la que vengo hablando), tratan sobre una obra de teatro (Macbeth) dentro de otra obra de teatro.
La película de Al Pacino Looking for Richard también utilizaba un recurso parecido (sobre Ricardo III) y también me interesó.
Es una manera flexible, entre otras cosas, para recrear obras interesantes pero demasiado largas o difíciles.
Yo tengo el deseo de hacer algo semejante con El gran teatro del mundo o con La vida es sueño.
La película de Al Pacino Looking for Richard también utilizaba un recurso parecido (sobre Ricardo III) y también me interesó.
Es una manera flexible, entre otras cosas, para recrear obras interesantes pero demasiado largas o difíciles.
Yo tengo el deseo de hacer algo semejante con El gran teatro del mundo o con La vida es sueño.
martes, 20 de mayo de 2008
La Dorotea (1632), de Lope de Vega
De vez en cuando hago alguna excursión al pasado para poner parches a mis desconocimientos de historia de la literatura clásica. Algunos libros, como éste de La Dorotea, despiertan mi curiosidad a la vez que me imponen mucho respeto.
Había oído hablar muy bien de La Dorotea (aunque no recuerdo cuándo ni a quién), y como no había leído nada en prosa de Lope y sabía además que recreaba algún lance autobiográfico de su juventud, me decidí a leerlo.
Se trata de una novela dialogada, muy próxima al teatro (al estilo de La Celestina, pero en un tono más ligero y frívolo), de cinco actos.
Son interesantes los dos primeros y deslucidos el tercero y el cuarto (dedicado en buena medida a críticar el gongorismo). Se me ha hecho larga pero no difícil.
Cuenta el enamoramiento, el desengaño, los celos, la vuelta al enamoramiento, a los celos, etc. entre el joven Fernando (apuesto, culto y pobre; trasunto de Lope) y Dorotea (trasunto de Elena Osorio).
El estilo es agradable, en general, aunque recargado en exceso de dichos y refranes que casi todos los personajes emplean. El tono general es el de las comedias de enredo.
"Es más fuerte de sufrir el temor que el mal suceso, porque imaginado, se piensa en que ha de venir, y venido, en que se ha de remediar".
"Mas no debéis maravillaros, que, como es ordinario en los hombres, en sacando una espada para ver los filos, sacarlas todos los que están presentes, así en nosotras, en sacando una sus pensamientos, las demás desenvainan los que tienen por mejores".
"La mayor discreción es poner la capa como viniere el viento".
3/5.
Había oído hablar muy bien de La Dorotea (aunque no recuerdo cuándo ni a quién), y como no había leído nada en prosa de Lope y sabía además que recreaba algún lance autobiográfico de su juventud, me decidí a leerlo.
Se trata de una novela dialogada, muy próxima al teatro (al estilo de La Celestina, pero en un tono más ligero y frívolo), de cinco actos.
Son interesantes los dos primeros y deslucidos el tercero y el cuarto (dedicado en buena medida a críticar el gongorismo). Se me ha hecho larga pero no difícil.
Cuenta el enamoramiento, el desengaño, los celos, la vuelta al enamoramiento, a los celos, etc. entre el joven Fernando (apuesto, culto y pobre; trasunto de Lope) y Dorotea (trasunto de Elena Osorio).
El estilo es agradable, en general, aunque recargado en exceso de dichos y refranes que casi todos los personajes emplean. El tono general es el de las comedias de enredo.
"Es más fuerte de sufrir el temor que el mal suceso, porque imaginado, se piensa en que ha de venir, y venido, en que se ha de remediar".
"Mas no debéis maravillaros, que, como es ordinario en los hombres, en sacando una espada para ver los filos, sacarlas todos los que están presentes, así en nosotras, en sacando una sus pensamientos, las demás desenvainan los que tienen por mejores".
"La mayor discreción es poner la capa como viniere el viento".
3/5.
lunes, 19 de mayo de 2008
Oda al río Manzanares
Lope hace referencia en La Dorotea a dos divertidos y malintencionados versos de Luis de Góngora sobre el río Manzanares:
―¿Cómo ayer te vi en pena y hoy en Gloria?
―Bebiome un burro ayer, y hoy me ha meado.
―¿Cómo ayer te vi en pena y hoy en Gloria?
―Bebiome un burro ayer, y hoy me ha meado.
domingo, 18 de mayo de 2008
De amor y aborrecimiento
Al final del cuarto acto de La Dorotea, incluye Lope de Vega una traducción del carmen LXXXV de Catulo:
Odi et amo, quare id faciam fortasse requiris
nescio, sed fieri sentio et excrucior.
La traducción de Lope es:
De amor y aborrecimiento
tan igual veneno tomo,
que si me preguntan cómo,
no sé más de lo que siento.
Traduje a Catulo en primero de Carrera y recuerdo haber cantado este poema (en un Coro; una versión polifónica de Carl Off, si no recuerdo mal) cuando estudiaba tercero.
Este reencuentro con Catulo ha salvado a un acto cuarto de La Dorotea bastante pesadito.
Odi et amo, quare id faciam fortasse requiris
nescio, sed fieri sentio et excrucior.
La traducción de Lope es:
De amor y aborrecimiento
tan igual veneno tomo,
que si me preguntan cómo,
no sé más de lo que siento.
Traduje a Catulo en primero de Carrera y recuerdo haber cantado este poema (en un Coro; una versión polifónica de Carl Off, si no recuerdo mal) cuando estudiaba tercero.
Este reencuentro con Catulo ha salvado a un acto cuarto de La Dorotea bastante pesadito.
sábado, 17 de mayo de 2008
Un fragmento de "El ensayo"
Ayer quise poner unas diapositivas y efectivamente fallé en el intento de hacer bien el enlace. Luego me quedé sin internet y ya no pude arreglarlo. De todas formas, tenemos debajo un enlace propio de las diapositivas (donde dice View) y las podéis encontrar también en el blog de Javier Cercas que está bien enlazado debajo. Yo ya no toco la entrada de ayer. Hoy os pongo un fragmento del final de "El ensayo" que ya he terminado de traducir. Es el discurso de Macbeth con algún diálogo anterior y posterior. Burbage es el actor que representa a Macbeth. El Autor es Shakespeare.
DIRECTOR.- Sí, sí. ¡Ah! Aquí está Mr. Shakespeare.
AUTOR.- He escrito el discurso. ¿Se lo leo?
PRODUCTOR.- Por favor.
AUTOR.- (lee). "Mañana, y mañana, y mañana
avanza a pequeños pasos de día en día
hasta la última sílaba del tiempo establecido;
Y todos nuestros ayeres han mostrado a los locos
el camino a la muerte polvorienta. ¡Muere, muere, llama fugaz!
La vida no es más que una sombra que pasa, un pobre actor
que se pavonea y agita durante una hora sobre el escenario,
y después no se le oye más: es un cuento
narrado por un idiota, con gran despliegue y aparato,
pero que nada significa."
BURBAGE.- Vaya, me imagino que no pretenderá que diga eso. Es demasiado corto. No rima. No tiene nada que ver con la situación, y es peyorativo para el trabajo del actor. ¡"Se pavonea y agita", nada menos! Veo que no me queda ninguna posibilidad más que dejar el papel. Buscaos a quien os dé la gana para Macbeth porque yo no pienso hacerlo.
Sale Burbage muy excitado.
DIRECTOR.- (al Autor). Ya lo ha conseguido.
DIRECTOR.- Sí, sí. ¡Ah! Aquí está Mr. Shakespeare.
AUTOR.- He escrito el discurso. ¿Se lo leo?
PRODUCTOR.- Por favor.
AUTOR.- (lee). "Mañana, y mañana, y mañana
avanza a pequeños pasos de día en día
hasta la última sílaba del tiempo establecido;
Y todos nuestros ayeres han mostrado a los locos
el camino a la muerte polvorienta. ¡Muere, muere, llama fugaz!
La vida no es más que una sombra que pasa, un pobre actor
que se pavonea y agita durante una hora sobre el escenario,
y después no se le oye más: es un cuento
narrado por un idiota, con gran despliegue y aparato,
pero que nada significa."
BURBAGE.- Vaya, me imagino que no pretenderá que diga eso. Es demasiado corto. No rima. No tiene nada que ver con la situación, y es peyorativo para el trabajo del actor. ¡"Se pavonea y agita", nada menos! Veo que no me queda ninguna posibilidad más que dejar el papel. Buscaos a quien os dé la gana para Macbeth porque yo no pienso hacerlo.
Sale Burbage muy excitado.
DIRECTOR.- (al Autor). Ya lo ha conseguido.
viernes, 16 de mayo de 2008
Fruta fresca
Impresionante selección de diapositivas.
Si no funciona (que quizá no funcione), podéis buscarla en el original: tomada del blog de Javier Cercas
Si no funciona (que quizá no funcione), podéis buscarla en el original: tomada del blog de Javier Cercas
jueves, 15 de mayo de 2008
The rehearsal (1911), de Maurice Baring
Entre las obras teatrales cortas a las que el Internet Archive me ha dado acceso está The rehearsal (El ensayo) de Maurice Baring.
Es una comedia brevísima sobre un ensayo para el estreno de "Macbeth". Utiliza el recurso de hacer teatro dentro del teatro, juega con que los actores dicen mal el papel o se confunden y aprovecha para subrayar también algún pasaje de la obra de Shakespeare. Todavía no he leído todas las otras obrillas que la acompañan (las tenéis aquí). La estoy traduciendo.
El momento más ambicioso es cuando el actor que representa a Macbeth le pide a Shakespeare que le añada un monólogo para el quinto acto con motivo de la muerte de la Reina. Shakespeare sale y regresa poco después con esto:
"Mañana, y mañana, y mañana / avanza a pequeños pasos de día en día / hasta la última sílaba del tiempo establecido; / Y todos nuestros ayeres han mostrado a los locos / el camino a la muerte polvorienta. ¡Muere, muere, llama fugaz! / La vida no es más que una sombra que pasa, un pobre actor / que se pavonea y agita durante una hora sobre el escenario, / y después no se le oye más: es un cuento / narrado por un idiota, con gran despliegue y aparato, / pero que nada significa."
El actor que lo encargó encuentra en este pasaje mucho de filosofía abstrusa y poco de Lady Macbeth y se niega a incorporar el fragmento, que es uno de los más famosos del dramaturgo inglés.
El ensayo termina por derribo ante tanto desencuentro.
Es una comedia brevísima sobre un ensayo para el estreno de "Macbeth". Utiliza el recurso de hacer teatro dentro del teatro, juega con que los actores dicen mal el papel o se confunden y aprovecha para subrayar también algún pasaje de la obra de Shakespeare. Todavía no he leído todas las otras obrillas que la acompañan (las tenéis aquí). La estoy traduciendo.
El momento más ambicioso es cuando el actor que representa a Macbeth le pide a Shakespeare que le añada un monólogo para el quinto acto con motivo de la muerte de la Reina. Shakespeare sale y regresa poco después con esto:
"Mañana, y mañana, y mañana / avanza a pequeños pasos de día en día / hasta la última sílaba del tiempo establecido; / Y todos nuestros ayeres han mostrado a los locos / el camino a la muerte polvorienta. ¡Muere, muere, llama fugaz! / La vida no es más que una sombra que pasa, un pobre actor / que se pavonea y agita durante una hora sobre el escenario, / y después no se le oye más: es un cuento / narrado por un idiota, con gran despliegue y aparato, / pero que nada significa."
El actor que lo encargó encuentra en este pasaje mucho de filosofía abstrusa y poco de Lady Macbeth y se niega a incorporar el fragmento, que es uno de los más famosos del dramaturgo inglés.
El ensayo termina por derribo ante tanto desencuentro.
miércoles, 14 de mayo de 2008
Un poema de Joaquín A. Peñalosa
Ah, la publicidad
entonces las paredes eran castas
cal y canto, canales de colgantes trinos
acaso un panal dorándose a fuego lento
un beso de yedra al hombro de las lajas
un ala de mariposa maquillando la pátina,
cuando se levantaban limpias las azoteas
y los techos alfombraban el cielo
inaugurando el inviolable imperio de los astros
tan cercanos entonces
las casas, las calles, las plazas
construían la ciudad pura, lirio de piedra
auditorio del silencio, eternidad a sorbos
pero llegó la publicidad sin pedir permiso
maleducada y buscabullas
ojerosa pintarrajeada por oficio
escaladora de muros, violadora de recámaras
asaltante en despoblado
mobiloil telefunken good year oxo
wurlitzer westinghouse woolworth
palabras para iniciar el asma o la taquicardia
y otros fosforescentes falsos testimonios
como crédito descuento barata precios de fábrica
letras luces mentiras letras luces mentiras
arriba en el piso diez, más arriba en el veintiuno
abajo los hombres en manada
establos sometidos, crédulos
y un gas neón fingiendo el sol mentido cada noche.
(Joaquín Antonio Peñalosa, Un pequeño inmenso amor)
entonces las paredes eran castas
cal y canto, canales de colgantes trinos
acaso un panal dorándose a fuego lento
un beso de yedra al hombro de las lajas
un ala de mariposa maquillando la pátina,
cuando se levantaban limpias las azoteas
y los techos alfombraban el cielo
inaugurando el inviolable imperio de los astros
tan cercanos entonces
las casas, las calles, las plazas
construían la ciudad pura, lirio de piedra
auditorio del silencio, eternidad a sorbos
pero llegó la publicidad sin pedir permiso
maleducada y buscabullas
ojerosa pintarrajeada por oficio
escaladora de muros, violadora de recámaras
asaltante en despoblado
mobiloil telefunken good year oxo
wurlitzer westinghouse woolworth
palabras para iniciar el asma o la taquicardia
y otros fosforescentes falsos testimonios
como crédito descuento barata precios de fábrica
letras luces mentiras letras luces mentiras
arriba en el piso diez, más arriba en el veintiuno
abajo los hombres en manada
establos sometidos, crédulos
y un gas neón fingiendo el sol mentido cada noche.
(Joaquín Antonio Peñalosa, Un pequeño inmenso amor)
martes, 13 de mayo de 2008
Fray Luis de León
Hace unos días puse una entrada sobre fray Luis, con motivo de la fiesta de la Ascensión, recordando el poema suyo de "¡Y dejas, Pastor santo / tu grey en este valle hondo, escuro"... Quise aprovechar la entrada para hacer una presentación de la poesía de fray Luis pero me parece más bien que perpetré un desaguisado. No me quedé satisfecho.
Leí a fray Luis por primera vez a los 17 años, cuando estudiaba Cou. No recuerdo que nadie me lo recomendara. Más bien debió responder a la curiosidad; a una etapa en la que me había propuesto descubrir por mí mismo qué había detrás de esos libros omnipresentes y de esos nombres famosos de la historia de la literatura española. Iba como el que va de visita a un yacimiento arqueológico, pero me llevé una sorpresa monumental.
De pronto descubrí que su lenguaje no me era extraño, que incluso percibía sus atrevimientos (como el curioso y famosísimo encabalgamiento de "y mientras miserable / mente..."), que muchos de los ideales clásicos de fray Luis resonaban en mi interior; que comprendía, como si se tratara de un hermano, sus deseos de paz y sencillez ("A mí una pobrecilla / mesa, de amable paz bien abastada / me baste") y veía también sus excesos, como ese celo amargo, un poco vengativo, con que fustiga a la tal Elisa (aunque, ahora que lo pienso, quizá el poema nació con la intención de prevenir a las jóvenes y no de escarmentar a ninguna vieja). Y mi sorpresa mayor era encontrar tanta afinidad con un escritor del siglo XVI, porque el siglo XVI no era precisamente el de mis abuelos ni mis bisabuelos. Pero estaba ante un hombre admirable con el que compartía mucho.
Asocio a fray Luis al Escorial, a un Renacimiento que es muy profundo y también muy religioso, cargado de fe y de afán de saber, de elegancia y también de cierto empacho de seriedad y de rigor.
Es un hombre sobrio, pero de calidad. Quizás no sea de oro, pero sí de plata.
Leí a fray Luis por primera vez a los 17 años, cuando estudiaba Cou. No recuerdo que nadie me lo recomendara. Más bien debió responder a la curiosidad; a una etapa en la que me había propuesto descubrir por mí mismo qué había detrás de esos libros omnipresentes y de esos nombres famosos de la historia de la literatura española. Iba como el que va de visita a un yacimiento arqueológico, pero me llevé una sorpresa monumental.
De pronto descubrí que su lenguaje no me era extraño, que incluso percibía sus atrevimientos (como el curioso y famosísimo encabalgamiento de "y mientras miserable / mente..."), que muchos de los ideales clásicos de fray Luis resonaban en mi interior; que comprendía, como si se tratara de un hermano, sus deseos de paz y sencillez ("A mí una pobrecilla / mesa, de amable paz bien abastada / me baste") y veía también sus excesos, como ese celo amargo, un poco vengativo, con que fustiga a la tal Elisa (aunque, ahora que lo pienso, quizá el poema nació con la intención de prevenir a las jóvenes y no de escarmentar a ninguna vieja). Y mi sorpresa mayor era encontrar tanta afinidad con un escritor del siglo XVI, porque el siglo XVI no era precisamente el de mis abuelos ni mis bisabuelos. Pero estaba ante un hombre admirable con el que compartía mucho.
Asocio a fray Luis al Escorial, a un Renacimiento que es muy profundo y también muy religioso, cargado de fe y de afán de saber, de elegancia y también de cierto empacho de seriedad y de rigor.
Es un hombre sobrio, pero de calidad. Quizás no sea de oro, pero sí de plata.
lunes, 12 de mayo de 2008
Archive.org
Hace años dediqué tiempo a buscar por la Red obras de teatro en un acto, un género poco cultivado en lengua española (donde hay poca tradición de teatro escolar y universitario) pero frecuente entre ingleses y norteamericanos.
Logré algunos textos interesantes y bastantes pistas y referencias (la obra que hemos representado hace poco, "El patito feo" de A. A. Milne, procede de seguir una de ellas, ).
Ahora he descubierto que, además del Proyecto Gutenberg, hay un proyecto Internet Archive, (el enlace aquí), creo que de Microsoft, para subir a la Red bibliotecas enteras de libros ya sin derechos de autor (anteriores a 1930, más o menos). Resulta que, de pronto, he encontrado allí accesibles algunas obras que había buscado en vano hace quizá cuatro años. Muchos de esos libros no están aún en el Proyecto Gutenberg. Y no es algo específico para libros: tienen archivos de sonido y de imagen (pero sobre eso no he investigado). Predomina la lengua inglesa, claro.
Los libros, en formato PDF son fotografías digitales, como un facsímil; en formato TXT, en cambio, están demasiado "sucios" porque recogen todos los caracteres como directamente del escáner. Los otros formatos que se ofrecen para los libros no los conozco ni los he probado.
Logré algunos textos interesantes y bastantes pistas y referencias (la obra que hemos representado hace poco, "El patito feo" de A. A. Milne, procede de seguir una de ellas, ).
Ahora he descubierto que, además del Proyecto Gutenberg, hay un proyecto Internet Archive, (el enlace aquí), creo que de Microsoft, para subir a la Red bibliotecas enteras de libros ya sin derechos de autor (anteriores a 1930, más o menos). Resulta que, de pronto, he encontrado allí accesibles algunas obras que había buscado en vano hace quizá cuatro años. Muchos de esos libros no están aún en el Proyecto Gutenberg. Y no es algo específico para libros: tienen archivos de sonido y de imagen (pero sobre eso no he investigado). Predomina la lengua inglesa, claro.
Los libros, en formato PDF son fotografías digitales, como un facsímil; en formato TXT, en cambio, están demasiado "sucios" porque recogen todos los caracteres como directamente del escáner. Los otros formatos que se ofrecen para los libros no los conozco ni los he probado.
domingo, 11 de mayo de 2008
Vida de Pi (2001), de Yann Martel
Un chico de 16 años abandona la India con su familia. Se trasladan como emigrantes a Canadá. En el barco en el que emigran, viajan también algunos animales del zoológico que tenían en la India, pues esos animales van destinados a zoológicos de Canadá o EE. UU.
El barco naufraga. Mueren todos. Se salva Pi (el chico) en una balsa con una cebra moribunda, una hiena, un orangután hembra y un tigre de Bengala.
¿Es posible sobrevivir así en medio del océano? ¿Es posible que lo que cuenta esta novela sea verdad? La novela cuenta cosas increíbles y las cuenta muy bien. De vez en cuando cambia de perspectiva al lector y lo hace magistralmente. En algunas ocasiones la historia es muy dura.
El barco naufraga. Mueren todos. Se salva Pi (el chico) en una balsa con una cebra moribunda, una hiena, un orangután hembra y un tigre de Bengala.
¿Es posible sobrevivir así en medio del océano? ¿Es posible que lo que cuenta esta novela sea verdad? La novela cuenta cosas increíbles y las cuenta muy bien. De vez en cuando cambia de perspectiva al lector y lo hace magistralmente. En algunas ocasiones la historia es muy dura.
sábado, 10 de mayo de 2008
El corazón es el campo de batalla
Siempre quedan aquellos que asumen la responsabilidad de defender a Dios, como si la Realidad Suprema, el marco sustentador de la existencia, fuera algo endeble y desamparado. Estas personas son las que ven a las viudas deformadas por la lepra que piden unas cuantas monedas y pasan de largo, que ven a los niños harapientos que viven en la calle y pasan de largo. Piensan: "todo va bien". Pero si perciben un desprecio hacia Dios, eso ya es harina de otro costal. Enfurecen, se ponen rojos, respiran agitadamente, farfullan de indignación. Su determinación es aterradora.
Esta gente no se da cuenta de que tienen que defender a Dios en el interior, no en el exterior. Debería dirigir su furia a sí mismos. Pues el mal que anda suelto es el mal que ellos mismos han sembrado desde su interior. El campo de batalla principal del bien no es el espacio abierto de una arena pública, sino el pequeño claro que hay en el corazón de cada uno.
(Yann Martel, Vida de Pi)
Esta gente no se da cuenta de que tienen que defender a Dios en el interior, no en el exterior. Debería dirigir su furia a sí mismos. Pues el mal que anda suelto es el mal que ellos mismos han sembrado desde su interior. El campo de batalla principal del bien no es el espacio abierto de una arena pública, sino el pequeño claro que hay en el corazón de cada uno.
(Yann Martel, Vida de Pi)
viernes, 9 de mayo de 2008
Dido, Purcell y Vanity Fair
En el capítulo V de la serie de Vanity Fair de la BBC, durante una reunión de alta sociedad, Becky Sharp está siendo "ninguneada" por su conducta escandalosa. Interpreta entonces una canción acompañada del piano que conmueve al resto de señoras: el lamento de Dido de la obra "Dido y Eneas" de Purcell.
Yo, que apenas sé de música, reconocí el impresionante pasaje (es realmente inolvidable) y sentí el orgullo del enterado.
Yo, que apenas sé de música, reconocí el impresionante pasaje (es realmente inolvidable) y sentí el orgullo del enterado.
jueves, 8 de mayo de 2008
Crónica de otro fracaso
Tengo en mi historial un carromato de libros abandonados a media lectura. El caso más escandaloso (porque, para muchos es un libro de culto) fue el abandono a falta de 50 páginas para el final de "Lejos de África" de Isak Dinesen. Se me estaba atravesando y lo mandé a paseo.
Ahora he abandonado "El único problema" de Muriel Spark. Iba sólo por la página 47. Tenía interés por conocer la obra de esta autora (el año pasado leí con agrado "El banquete") pero esta novela no conseguía interesarme.
A veces me falta paciencia.
Ahora he abandonado "El único problema" de Muriel Spark. Iba sólo por la página 47. Tenía interés por conocer la obra de esta autora (el año pasado leí con agrado "El banquete") pero esta novela no conseguía interesarme.
A veces me falta paciencia.
miércoles, 7 de mayo de 2008
El placer del escándalo
Cuando me escandalizo, agrando la brecha entre el mal y yo: aquí yo, allá el mal. ¡Fíjate cuánta distancia! ¡Qué horror! ¡Qué reconfortante!
Se puede llegar a echar de menos.
Se puede llegar a echar de menos.
martes, 6 de mayo de 2008
Vencer el miedo (2005), de Magdi Allam
Magdi Allam, periodista italiano de origen egipcio, era de religión musulmana hasta su reciente (y sonado) bautismo católico. Lo bautizó Benedicto XVI el Domingo de Resurrección del presente 2008. El libro es de 2005. Se publica ahora en España aprovechando el tirón de la popularidad del autor.
Allam es un hombre polémico: es italiano para los egipcios y egipcio para los italianos. Aunque era (entonces) de religión musulmana, los musulmanes fundamentalistas lo repudiaban y lo amenazaron.
Allam defiende, por ejemplo, la intervención militar occidental en Irak: tanto la invasión estadounidense como la cooperación internacional posterior en el intento de reconstrucción democrática del país. Considera que el enemigo contra el que se lucha allí es el islamismo radical. Los que matan en atentados suicidas no son iraquíes de la resistencia sino islamistas de todas partes, muchas veces de origen occidental. Los que mueren, en cambio, son mayoritariamente iraquíes y, en menor medida, soldados y civiles occidentales.
Cuando los muertos en Irak son ciudadanos italianos, puede suponerse fácilmente (en España tenemos penosas experiencias similares) cómo se envenena en Italia la política y el periodismo. Casi de modo inevitable la opinión independiente resulta alineada con Bush o con Al-Qaeda y se la considera instrumento de propaganda interesada.
Pese a tratar cuestiones tan vitales y tan polémicas, Allam consigue mantener un temple admirable y gran ecuanimidad.
...una cosa es prestarse temporalmente para cumplir con la noble misión de observador y comentarista de los grandes acontecimientos que marcan nuestro tiempo, incluso poniendo en peligro la propia persona, pero reservándose siempre la facultad de salir fuera cuando se estime oportuno, y otra cosa es estar dentro de un contexto específico de conflicto religioso, político, ideológico y terrorista sin tener la posibilidad de escapar.
(...) Lo que empeño no es la pluma, sino toda mi persona; lo que está en juego no es mi carrera profesional, sino mi vida entera.
Allam considera que el terrorismo islamista sólo terminará cuando deje de estar justificado por los propios musulmanes y anima a la reflexión y al pluralismo. Al fin y al cabo resulta extraña al islam la uniformidad doctrinal, pues los musulmanes no tienen en realidad una jerarquía, ni siquiera un credo. Recoge por ello los nombres (y una breve reseña) de los hombres y mujeres que, dentro del islam, defienden la racionalidad, la dignidad humana, la tolerancia y el pluralismo. 4/5.
Allam es un hombre polémico: es italiano para los egipcios y egipcio para los italianos. Aunque era (entonces) de religión musulmana, los musulmanes fundamentalistas lo repudiaban y lo amenazaron.
Allam defiende, por ejemplo, la intervención militar occidental en Irak: tanto la invasión estadounidense como la cooperación internacional posterior en el intento de reconstrucción democrática del país. Considera que el enemigo contra el que se lucha allí es el islamismo radical. Los que matan en atentados suicidas no son iraquíes de la resistencia sino islamistas de todas partes, muchas veces de origen occidental. Los que mueren, en cambio, son mayoritariamente iraquíes y, en menor medida, soldados y civiles occidentales.
Cuando los muertos en Irak son ciudadanos italianos, puede suponerse fácilmente (en España tenemos penosas experiencias similares) cómo se envenena en Italia la política y el periodismo. Casi de modo inevitable la opinión independiente resulta alineada con Bush o con Al-Qaeda y se la considera instrumento de propaganda interesada.
Pese a tratar cuestiones tan vitales y tan polémicas, Allam consigue mantener un temple admirable y gran ecuanimidad.
...una cosa es prestarse temporalmente para cumplir con la noble misión de observador y comentarista de los grandes acontecimientos que marcan nuestro tiempo, incluso poniendo en peligro la propia persona, pero reservándose siempre la facultad de salir fuera cuando se estime oportuno, y otra cosa es estar dentro de un contexto específico de conflicto religioso, político, ideológico y terrorista sin tener la posibilidad de escapar.
(...) Lo que empeño no es la pluma, sino toda mi persona; lo que está en juego no es mi carrera profesional, sino mi vida entera.
Allam considera que el terrorismo islamista sólo terminará cuando deje de estar justificado por los propios musulmanes y anima a la reflexión y al pluralismo. Al fin y al cabo resulta extraña al islam la uniformidad doctrinal, pues los musulmanes no tienen en realidad una jerarquía, ni siquiera un credo. Recoge por ello los nombres (y una breve reseña) de los hombres y mujeres que, dentro del islam, defienden la racionalidad, la dignidad humana, la tolerancia y el pluralismo. 4/5.
lunes, 5 de mayo de 2008
Vanity fair (1998), de Marc Munde
Vi esta serie de televisión por primera vez en verano, y estas Navidades volví a verla, aunque el último capítulo (son seis) lo vi el sábado por la noche. Me parece una versión muy lograda de la novela, con unas excelentes actuaciones y un guión y una dirección excelentes también. Quizá en algún momento sea desagradable el histrionismo exagerado de alguna escena (así, por ejemplo, el personaje de Pitt Crowley) pero habitualmente el tono está, en mi opinión, muy conseguido, con esa mezcla de cinismo, sentimentalismo, humor y farsa que la novela de Thackeray tiene.
Becky Sharp (Natasha Little) resulta extraordinaria, dentro de su carácter contradictorio: digna de admiración y digna también de compasión.
Creo que esta serie no se vende en España. Es una lástima. La versión cinematográfica de la novela que dirigió Mira Nair y que protagonizó Reese Witherspoon es muy inferior. Y, en cambio, es fácil de encontrar por aquí (por cierto, que actúa Natasha Little como secundaria). 5/5.
Becky Sharp (Natasha Little) resulta extraordinaria, dentro de su carácter contradictorio: digna de admiración y digna también de compasión.
Creo que esta serie no se vende en España. Es una lástima. La versión cinematográfica de la novela que dirigió Mira Nair y que protagonizó Reese Witherspoon es muy inferior. Y, en cambio, es fácil de encontrar por aquí (por cierto, que actúa Natasha Little como secundaria). 5/5.
domingo, 4 de mayo de 2008
La nube de la Ascensión
Tenía pensado poner hoy una entrada diferente cuando me vino a la memoria el poema de fray Luis de León dedicado a la Ascensión del Señor. Me vino a la memoria el poema y su nube... Es un poema con nube, porque la nube que finalmente oculta a Jesucristo se convierte también en la protagonista final del cuadro que fray Luis pinta. Así que me dije...: como hoy es el domingo de la Ascensión, como tienes pendiente todavía dedicarle una entrada a la poesía de fray Luis de León y justificar su presencia en "Mi estantería", no digo --me dije-- que pongas el poema entero (supongo que está en la red: "¡Y dejas, Pastor santo,") pero al menos la lira dedicada a la nube y un pequeño comentario.
El poema consta sólo de cinco liras y ésta es la última:
¡Ay!, nube envidïosa
aun deste breve gozo, ¿qué te aquejas?
¿Do vuelas presurosa?
¡Cuán rica tú te alejas!
¡cuán pobres y cuán ciegos, ay, nos dejas!
A mí no me gustan las quejas. Quizá me queje mucho, pero al menos las quejas ajenas me resultan antipáticas. Y este poema de fray Luis siempre me provoca esta reacción negativa (nada grave, por otra parte). En lo práctico, pienso que, por estar mirando la nube, va a venir un ángel por detrás y nos va a dar un pescozón: ¡Qué hacéis mirando al cielo!, como se cuenta en los Hechos de los Apóstoles. En lo religioso, pienso entre otras cosas que Jesucristo no nos dejó solos, no nos abandonó, pues se quedó en la Eucaristía. Y, por eso, la queja es injusta y desagradecida.
Dicho lo cual, debo también añadir que fray Luis fue un deslumbramiento de cuando tenía 17 años y estudiaba Cou. Creo que la lectura de su poesía (junto, quizá, con las Coplas de Jorge Manrique) influyó decisivamente en que estudiara Filología. Y me sorprendo de mí mismo, pues no recomendaría nunca la lectura de la poesía de fray Luis tan temprano.
El poema consta sólo de cinco liras y ésta es la última:
¡Ay!, nube envidïosa
aun deste breve gozo, ¿qué te aquejas?
¿Do vuelas presurosa?
¡Cuán rica tú te alejas!
¡cuán pobres y cuán ciegos, ay, nos dejas!
A mí no me gustan las quejas. Quizá me queje mucho, pero al menos las quejas ajenas me resultan antipáticas. Y este poema de fray Luis siempre me provoca esta reacción negativa (nada grave, por otra parte). En lo práctico, pienso que, por estar mirando la nube, va a venir un ángel por detrás y nos va a dar un pescozón: ¡Qué hacéis mirando al cielo!, como se cuenta en los Hechos de los Apóstoles. En lo religioso, pienso entre otras cosas que Jesucristo no nos dejó solos, no nos abandonó, pues se quedó en la Eucaristía. Y, por eso, la queja es injusta y desagradecida.
Dicho lo cual, debo también añadir que fray Luis fue un deslumbramiento de cuando tenía 17 años y estudiaba Cou. Creo que la lectura de su poesía (junto, quizá, con las Coplas de Jorge Manrique) influyó decisivamente en que estudiara Filología. Y me sorprendo de mí mismo, pues no recomendaría nunca la lectura de la poesía de fray Luis tan temprano.
sábado, 3 de mayo de 2008
Un soneto de Rafael Morales
Choto
Corre feliz el choto por el prado,
ajeno aún al dolor y a la tristeza,
sintiendo ya que brota en su cabeza
el cuerno temeroso y afilado.
Siente su corazón todo inundado
de un ansia nueva que a crecer empieza
y siente concentrarse su fiereza
en el joven testuz ensortijado.
No sabe cómo fue, cómo ha surgido
este imprevisto afán, este ardimiento,
y lanza loco un cálido mugido.
Siente un febril impulso, un gran contento,
mira y contempla todo sorprendido
y da el primer embite para el viento.
(Rafael Morales. Poemas del toro)
Corre feliz el choto por el prado,
ajeno aún al dolor y a la tristeza,
sintiendo ya que brota en su cabeza
el cuerno temeroso y afilado.
Siente su corazón todo inundado
de un ansia nueva que a crecer empieza
y siente concentrarse su fiereza
en el joven testuz ensortijado.
No sabe cómo fue, cómo ha surgido
este imprevisto afán, este ardimiento,
y lanza loco un cálido mugido.
Siente un febril impulso, un gran contento,
mira y contempla todo sorprendido
y da el primer embite para el viento.
(Rafael Morales. Poemas del toro)
viernes, 2 de mayo de 2008
Golosinas y religión
No hay que dudarlo; en Sarrió había pocos golosos. Después de todo, esta virtud rara en las villas del interior, no lo es tanto en las poblaciones marítimas menos sometidas, como es sabido, a la influencia clerical. Porque según la observación que puede hacerse viajando por los pueblos de lo interior de España, allí se comen más dulces donde el culto y las prácticas de la religión absorben más parte de la vida y la mayor energía del sentimiento religioso se traduce en novenas, rosarios cantados, cofradías y canónigos. Lo cual demuestra que debe de existir cierta misteriosa afinidad entre el misticismo y la confitería.
(Armando Palacio Valdés, El cuarto poder)
jueves, 1 de mayo de 2008
Antígona (442 a.C.), de Sófocles
Antígona, hermana de los difuntos Eteocles y Polinices, contraviene la orden del gobernador Creonte quien había ordenado no enterrar a Polinices por haberse enfrentado a la ciudad y a los dioses. Antígona es condenada a morir pues desafía esta orden pensando en agradar a los dioses por encima de cumplir leyes (que considera impías). Hemón, su prometido e hijo de Creonte, trata de mediar y hacer recapacitar a su padre, pero éste se irrita desmedidamente con su hijo. El resultado de estos enfrentamientos es terriblemente trágico.
Hace ya muchos años de la lectura de esta tragedia pero recuerdo que me sorprendieron dos cosas, sobre todo: la vigencia de los planteamientos éticos que Sófocles presenta y la fuerza con la que Sófocles caracteriza incluso a los personajes más secundarios.
Hace ya muchos años de la lectura de esta tragedia pero recuerdo que me sorprendieron dos cosas, sobre todo: la vigencia de los planteamientos éticos que Sófocles presenta y la fuerza con la que Sófocles caracteriza incluso a los personajes más secundarios.
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