Película sobre una profesora, basada en una historia real. Erin Gruwell (Hilary Swank) empieza su andadura como profesora en un Instituto de Long Beach con gravísimos problemas de violencia racial y pésimo nivel académico.
La situación problemática de sus alumnos exige de ella una entrega extraordinaria de tiempo, dinero y energía. Los resultados que obtiene con los alumnos son excelentes pero a costa de su vida familiar y de su relación con los demás profesores.
Las cuestiones educativas que la película plantea son muy interesantes para mí. En cuanto a la valoración cinematográfica, me he fijado en algunas cosas que no me gustaron (no sé si sabéis que mi especialidad es encontrar defectos…): 1. la violencia y la mala educación están artificialmente atemperadas en la película. Los episodios violentos son puntuales y afectan ordinariamente a personajes secundarios. El espectador percibe la delincuencia más bien como una amenaza, aunque se habla de ella como de algo cotidiano. 2. Los estudiantes son más educados en su comportamiento de lo que por sus circunstancias cabría esperar. Se comportan con ejemplaridad en los restaurantes o museos y escuchan con atención a las personas mayores que acuden a hablar con ellos. 3. Los “antagonistas” de Gruwell están un poco maltratados (el esposo y la subdirectora). 4. Gruwell, al parecer, no fracasa con ningún alumno. Un pelín raro.
Ya me perdonaréis si os coloco algún post más sobre esta peli, pero es que el tema anda aún revoloteando por mi cocorota. 4/5.
ACTUALIZACIÓN: Por si alguien está buscando comentarios sobre esta película, he escrito otras tres entradas aquí, aquí y aquí.
La situación problemática de sus alumnos exige de ella una entrega extraordinaria de tiempo, dinero y energía. Los resultados que obtiene con los alumnos son excelentes pero a costa de su vida familiar y de su relación con los demás profesores.
Las cuestiones educativas que la película plantea son muy interesantes para mí. En cuanto a la valoración cinematográfica, me he fijado en algunas cosas que no me gustaron (no sé si sabéis que mi especialidad es encontrar defectos…): 1. la violencia y la mala educación están artificialmente atemperadas en la película. Los episodios violentos son puntuales y afectan ordinariamente a personajes secundarios. El espectador percibe la delincuencia más bien como una amenaza, aunque se habla de ella como de algo cotidiano. 2. Los estudiantes son más educados en su comportamiento de lo que por sus circunstancias cabría esperar. Se comportan con ejemplaridad en los restaurantes o museos y escuchan con atención a las personas mayores que acuden a hablar con ellos. 3. Los “antagonistas” de Gruwell están un poco maltratados (el esposo y la subdirectora). 4. Gruwell, al parecer, no fracasa con ningún alumno. Un pelín raro.
Ya me perdonaréis si os coloco algún post más sobre esta peli, pero es que el tema anda aún revoloteando por mi cocorota. 4/5.
ACTUALIZACIÓN: Por si alguien está buscando comentarios sobre esta película, he escrito otras tres entradas aquí, aquí y aquí.
2 comentarios:
A mí esa película me parece muy falsa; aparte de lo que mencionas, está claro que deja la familia por debajo de la 'educación para la ciudadanía' (si vale la expresión). Muy políticamente correcto todo, me pareció. Salí bastante cabreado: pensé que era una película que le podía gustar a Zapatero.
Saludos.
A mí me dio pena el personaje. Aplicó todas sus energías a derribar un muro y en el empeño se dejó la vida hecha jirones. Aunque la película celebra el éxito escolar, no oculta los fracasos: el marido, los compañeros (que no la tragan) y su vocación educadora (reemplazada por la explotación de su éxito).
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