Hoy empiezan las clases. Retomando la imagen de Sísifo de la que hablaba Bueb (aquí) en su Elogio de la disciplina, durante el verano se ha venido abajo la pelotita y ahora toca volverla a subir.
Tomo aire, me mentalizo y... ¡a por ellos!
Tengo casi las mismas horas de clase que cuando empecé a trabajar. Tengo mucha más experiencia, un poco menos de ilusión y bastante menos de resistencia física. Va a ser un curso duro (todos lo son). Espero que no me falte la sonrisa.
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