Hoy ponemos las calificaciones finales.
Es una tarea desagradable, que muchos profesores abominan. Los múltiples acontecimientos del curso, los resultados de exámenes mayores y menores, los disgustos y las alegrías... todo en fin, se mete en la batidora, se enchufa y sale... un 7, o un 8, o un 4.
Es muy difícil acertar en la nota justa.
El profesor reparte calificaciones diversas entre sus múltiples alumnos y luego ellos, por separado, uno a uno, y con rigurosísimo criterio, empiezan a recordarte cosas que habías olvidado y a buscar agravios comparativos. Empiezan a buscar y acaban encontrando.
Es muy difícil contentar a todos y además hay algunos imposibles de contentar.
Así que los cursos terminan con un momento agridulce.
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