Hace tiempo un amigo me contó una anécdota de su juventud. Su padre le puso una vez delante de un cuadro y le preguntó si le gustaba. Como mi amigo tardó en responder, su padre le dejó sentado frente al cuadro: "avísame cuando te guste".
El padre quería que su hijo entendiera que el gusto necesita educación y que si algunas obras (maestras) nos resultan inaccesibles, el problema está en nosotros.
¿Y esto a qué viene?
A que he empezado a leer una novela de las que mi amigo catalogaba de maestras: Los idus de marzo, de Thorton Wilder.
Es la segunda vez que la leo. La primera vez no me entusiasmó pero siempre he recordado lo que mi amigo me dijo sobre ella y quiero volver a ponerme a prueba.
De Thorton Wilder leí con admiración una obrita breve de teatro: The happy journey, y con cierta indiferencia la novela de El puente de San Luis Rey.
1 comentario:
Un saludo y otra prueba de que estado de excursión por villa molina
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