A la espera de vuestras aportaciones sobre el tema, hoy he dado otro paso adelante en la fecha y responsable de la fechoría del cronometraje. Tengo al culpable: Christian Huygens (1629-1695), holandés, discípulo de Descartes. Mi fuente: la Historia sencilla de la ciencia, de Comellas.
Dice allí, de él:
En París publicó Horologium oscillatorium, en que da cuenta del descubrimiento del reloj de péndulo. Galileo, descubridor de la ley del péndulo, se había esforzado inútilmente en construir un reloj. Huygens, mejor mecánico, no solo hizo relojes, sino que inventó el péndulo compuesto, que corrige la dilatación de la longitud del péndulo por efecto del calor, con lo cual sus oscilaciones son isócronas bajo las más diferentes temperaturas. ¡Y muy poco después descubrió el reloj de resorte! Mediante un muelle en espiral, logró un movimiento constante de la maquinaria sin necesidad de péndulo. Un reloj de resorte es transportable, y puede llevarse de cualquier forma, caminando, o bien a bordo de un navío. Naturalmente, necesitaba aún muchos perfeccionamientos antes de que un reloj así pudiese marchar de forma satisfactoria.
¡Una fechoría! ¿Me oyes, Christian? ¡Una fechoría! Ya no se entra a trabajar de mañana sino a las 8.30 a.m. (es un decir). Y detrás del reloj vendrá encima el invento del despertador. Adiós al canto del gallo y a la caricia de la Aurora. ¡¡Tataríí!! Son las 6.45 a.m. ¿Es el reloj realmente un avance de la humanidad? ¡Si nos ha estresado a todos!
No hay comentarios:
Publicar un comentario