Nada permite tanto dárselas de algo como decir: "Acabo de llegar de China". Y todavía hoy, cuando intuyo que alguien no me admira lo suficiente, recurro a un "cuando vivía en Pekín", pronunciado como quien no quiere la cosa y en un tono de voz indiferente.
Es una especificidad real, ya que, después de todo, también podría decir "cuando vivía en Laos", que resultaría mucho más excepcional. Pero no tiene tanto glamour. China es lo clásico, lo incondicional, es Chanel nº 5.
(Amelie Nothomb, El sabotaje amoroso)
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