Se trata de un verso del poema que Walt Whitman dedica a Abraham Lincoln (aquí en inglés, aquí una versión en castellano). El poema habla del homenaje que unos marineros rinden a su capitán que consiguió llevar a puerto el barco pero falleció antes de arribar. No dejéis de echarle un vistazo al poema en alguna de las dos versiones.
Al final de la película los alumnos despiden a su admirado profesor Keating con esas palabras –“Oh Capitán, mi Capitán”– mientras se suben a las mesas. La analogía es impresionante: Keating, como Lincoln, ha logrado la libertad para otros pero a costa de su sacrificio. Lo que me disgusta de la situación es que la analogía la sugirió el propio Keating al principio de la película.
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2 comentarios:
Eso me recuerda a un profesor de Aldovea que nos permitía llamarle o bien Don XXXX o bien "¡Oh capitán, mi capitán!" Creo que nadie hizo esto último en todo el tiempo que nos dio clase. Por cierto, ese profesor ya no está.
Bienvenido, anónimo.
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