martes, 4 de diciembre de 2007
En el taller del artista (2)
Ya he adelantado (en la primera parte) que escribiré un soneto. ¿Por qué? Me alegra que me hagáis esa pregunta: 1) porque me he aficionado a esa estrofa, que es la reina de las estrofas; 2) porque el soneto es como un potro de tortura para las ideas (la obliga a someterse) y yo entiendo mi labor poética como un aprendizaje; y finalmente, 3) porque así, después de muchas Navidades, tendré un ramillete de sonetos (que podrá constituir un libro póstumo) en vez de una colección heterogénea de poesías cada una de su padre y de su madre.El tema lo tengo también acotado. Será sobre un personaje del belén. Cada soneto es como una figurita. Ya he escrito un soneto de un pastor, otro del posadero, un angelote, y el rey Melchor. En general eludo (por miedo) las figuras centrales y voy poniendo las secundarias. Todavía no he elegido el personaje para estas Navidades.
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