Me esforcé por acabar Inutilidad en parte por dar cuenta del libro en el blog. Si no, quizá lo hubiera aparcado. No me avergüenza reconocerlo: yo me dejo muchos libros sin terminar. Algunos porque me olvido de ellos. Otros porque considero que no me compensa el esfuerzo de leer lo que me falta. Y unos pocos porque me han disgustado ya mucho en poco tiempo. Hace poco Lars Walker apuntaba (en Brandywine Books) una razón para terminarse los libros que no le están gustando: cuanto más le cueste terminar el libro más a caldo va a poner al autor en la crítica: The pain of reading them is balanced (at least somewhat) by the pleasure of insulting the authors, at a safe distance.
Es una buena razón, pero sólo en el caso de que tengas que hacer obligatoriamente una crítica.
Yo apuesto por mi libertad de lector para mandar a paseo a los cargantes. Y también para equivocarme.
2 comentarios:
Si no hay obligación, no hay por qué acabarlos. Yo dejé sin terminar algún best-seller después de leer alguna escena particularmente rebuscada. Y también alguna novela consagrada porque me resultó demasiado aburrida. La vida es demasiado corta, y uno tiene que seleccionar sus lecturas.
Totalmente de acuerdo. Puse el título de la entrada en forma de pregunta por identificarme con posibles lectores dudosos, pero mi postura es clara a favor de abandonar al libro cargante. Si fuera a su autor, quizá la buena educación me retendría, pero a su libro... ¡a un libro se lo manda a paseo y tan ricamente!
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