Yo tengo una memoria pésima y he conocido a mucha gente. Llevo diecinueve años dedicado a la enseñanza y eso supone un buen montón de estudiantes y familias. Es frecuente, por eso, que me encuentre con caras muy conocidas de las que no recuerdo el nombre. En esos casos saludo, sonrío y urjo a mi memoria a que me envíe rapidito un poco más de información (en vano).
Ya me ha pasado experimentar ante un famoso esa curiosa sensación de que nos conocemos nosédequé. A un compañero mío le sucedió con un político (del que tenía una pésima opinión, por cierto) y al que iba a saludar pensando que era padre de un alumno. Papá saludó afectuosamente por la calle un día al actor Jesús Puente pensando que se trataba de un vecino simpático.
Supongo que los famosos estarán acostumbrados a esos encuentros tan desiguales.
domingo, 30 de septiembre de 2007
sábado, 29 de septiembre de 2007
Miopías
Para que os hagáis una idea de mi capacidad de percepción: me encontré con un amigo a la vuelta del verano y me salió al verle un "Te veo más delgado."
Se me escapó. No suelo arriesgarme a este tipo de frases (me conozco) pero esta vez me arriesgué, porque era uno de esos comentarios que siempre sientan bien, incluso si uno se equivoca.
Pues, ya digo: "te veo más delgado" y me contesta "como que he perdido treinta y un kilos".
Ahí queda eso.
Por si me cruzo con vosotros, que sepáis: pérdidas de peso superiores a 30 kilos, las percibo. Por debajo de eso no os aseguro nada.
Se me escapó. No suelo arriesgarme a este tipo de frases (me conozco) pero esta vez me arriesgué, porque era uno de esos comentarios que siempre sientan bien, incluso si uno se equivoca.
Pues, ya digo: "te veo más delgado" y me contesta "como que he perdido treinta y un kilos".
Ahí queda eso.
Por si me cruzo con vosotros, que sepáis: pérdidas de peso superiores a 30 kilos, las percibo. Por debajo de eso no os aseguro nada.
viernes, 28 de septiembre de 2007
Famosos
Antiguamente famoso era un adjetivo: había "artistas famosos", "famosos científicos", "deportistas famosos". Creo que allá por los años 70 empezó a usarse como sustantivo: "un famoso" o, ahora, ya incluso una selva de famosos.
Bajo la etiqueta de "famoso" a secas cabe lo mismo un empresario de éxito que un asesino múltiple, un científico, un gracioso o un torero. Pero caben también (por irradiación, digamos) la mujer del torero, el hijo del torero o una exnovia desvergonzada ya sea del torero, de su hijo o de su mujer...
Estas personas obtienen el carné de famoso cuando alcanzan notoriedad. Punto. La notoriedad es como una cumbre. Una vez que llegas, no importa mucho la ruta por la que hayas llegado. Todos los que llegan provocan admiración y se equiparan (¡son famosos!). Una consecuencia de esto es, por ejemplo, que sus opiniones cuentan aunque no tengan ni idea del tema sobre el que opinan.
Bajo la etiqueta de "famoso" a secas cabe lo mismo un empresario de éxito que un asesino múltiple, un científico, un gracioso o un torero. Pero caben también (por irradiación, digamos) la mujer del torero, el hijo del torero o una exnovia desvergonzada ya sea del torero, de su hijo o de su mujer...
Estas personas obtienen el carné de famoso cuando alcanzan notoriedad. Punto. La notoriedad es como una cumbre. Una vez que llegas, no importa mucho la ruta por la que hayas llegado. Todos los que llegan provocan admiración y se equiparan (¡son famosos!). Una consecuencia de esto es, por ejemplo, que sus opiniones cuentan aunque no tengan ni idea del tema sobre el que opinan.
jueves, 27 de septiembre de 2007
La aventura equinoccial de Lope de Aguirre
Cuando hice la mili (ya ha llovido desde aquella), me leí algunos libracos "tochos". Recuerdo entre otros el Quijote, los Buddenbrook y La aventura equinoccial de Lope de Aguirre de Ramón J. Sender. Creo que no hice una reseña de esas lecturas. No me disgustó La aventura equinoccial pero no me quedó tan buen recuerdo como para releerlo. Me quedó, sí, el recuerdo de un libro febril, de personajes que viven bajo la luz cegadora de un sol inmisericorde, lejos de su casa, en un mundo extraño y amenazador, con miedo, fiebre, suciedad y sudor. Y que algo de esa atmósfera, lo percibe incluso el lector. Hoy he encontrado en una libreta vieja tres citas que tomé de ese libro. Las tres deben de ser del protagonista:
“No olviden mis hijos que la conciencia del peligro es ya la mitad de la seguridad y la salvación”.
“El cielo es para quien lo merece, según dice el padre Henao; pero, según digo yo, la tierra es para quien la conquista a punta de lanza y filo de sable.”
“Horas hay para la lengua y horas para el cuchillo, y éstas son las del cuchillo.”
Por cierto, que me encantó la película de Herzog, aunque hace mucho, muchísimo, que la vi. De ella guardo también el recuerdo de que resultaba de lo más razonable que a aquellos soldados se les quedara el cerebro como un huevo frito debajo del casco.
“No olviden mis hijos que la conciencia del peligro es ya la mitad de la seguridad y la salvación”.
“El cielo es para quien lo merece, según dice el padre Henao; pero, según digo yo, la tierra es para quien la conquista a punta de lanza y filo de sable.”
“Horas hay para la lengua y horas para el cuchillo, y éstas son las del cuchillo.”
Por cierto, que me encantó la película de Herzog, aunque hace mucho, muchísimo, que la vi. De ella guardo también el recuerdo de que resultaba de lo más razonable que a aquellos soldados se les quedara el cerebro como un huevo frito debajo del casco.
miércoles, 26 de septiembre de 2007
Días de Reyes Magos (1999), de Emilio Pascual
Uli (Ulises) sufre en su casa y también en el Instituto y decide escaparse. En plena crisis adolescente encuentra la ayuda de su amiga Cali (Calipso, lista y guapa y buena) y de un ciego (Anónimo) que le enseña a leer y querer los libros. Esta amistades producen un milagro en Uli.
Novela simbólica, muy ambiciosa, culta y profunda. El estilo es casi conceptista, recargado y denso. No es el tipo de novela clasificable como meramente "juvenil".
La novela habla de una historia de amor y amistad, del conflicto entre padres e hijos, del amor a los libros y de muchas cosas más. No sermonea pero da muchas lecciones. 4/5.
Novela simbólica, muy ambiciosa, culta y profunda. El estilo es casi conceptista, recargado y denso. No es el tipo de novela clasificable como meramente "juvenil".
La novela habla de una historia de amor y amistad, del conflicto entre padres e hijos, del amor a los libros y de muchas cosas más. No sermonea pero da muchas lecciones. 4/5.
martes, 25 de septiembre de 2007
Journey's End
Es una obra de teatro de 1925 escrita por Robert Cedric Sherrif y situada en las trincheras inglesas en Bélgica, durante la I Guerra Mundial.
Yo oí hablar de ella hace mucho y me interesé. Un día di con una edición en inglés: la leí y me encantó. Es un drama, pero habla de amistad, de responsabilidad, de heroísmo... también de humanismo.
En 2006 la traduje y, en 2007, con ayuda de mis hermanas Inma y Sandra, le dimos un cepillado a la traducción. Se la he ofrecido a algunas editoriales, con el propósito de publicarla en español pero nadie ha respondido y yo no conozco ese mundo. Forma parte de "mi estantería" porque es muy buena y le tengo mucho cariño. Espero representarla alguna vez, aunque sea adaptada (los papeles principales son muy largos).
Pues bien, ayer descubrí que el montaje que hicieron en Broadway ha recibido el Tony Award de 2007 (como el Oscar) a la mejor reposición. ¡Cómo me alegro! Aquí está la entrega de premios.
Yo oí hablar de ella hace mucho y me interesé. Un día di con una edición en inglés: la leí y me encantó. Es un drama, pero habla de amistad, de responsabilidad, de heroísmo... también de humanismo.
En 2006 la traduje y, en 2007, con ayuda de mis hermanas Inma y Sandra, le dimos un cepillado a la traducción. Se la he ofrecido a algunas editoriales, con el propósito de publicarla en español pero nadie ha respondido y yo no conozco ese mundo. Forma parte de "mi estantería" porque es muy buena y le tengo mucho cariño. Espero representarla alguna vez, aunque sea adaptada (los papeles principales son muy largos).
Pues bien, ayer descubrí que el montaje que hicieron en Broadway ha recibido el Tony Award de 2007 (como el Oscar) a la mejor reposición. ¡Cómo me alegro! Aquí está la entrega de premios.
lunes, 24 de septiembre de 2007
Sin complejos
Yo no tengo complejos
hay sin duda ahí personas
expertas en mil ciencias y seguras
que van pisando firme y admirando
tienen gran voluntad
y equilibrio
y un alto coeficiente intelectual
otros trabajan duro sin estudios
escasos pero aprenden un oficio y son muy buenos
a esos los conoces y te admiras
aún más
nobles hombres y recios cien por ciento
en sentido común no los superas y sensatos
saben lo que es la vida el sacrificio
uno siempre se apoya en sus virtudes
y la mía
es que pocos constantes como yo
que apenas una vez escasa apenas
no he cambiado el rollito de papel
higiénico
si al ir está acabado
en serio
no perdono.
(COMENTARIO exculpatorio: fue mi primer poema sin ajustar la métrica ni la rima. Me encanta la expresión sintética de "al ir". Intenté, en cambio, evitar la palabra "higiénico", que se me hace excesivamente brutal, pero me pareció mucho sobreentendido para el remate del poema.)
hay sin duda ahí personas
expertas en mil ciencias y seguras
que van pisando firme y admirando
tienen gran voluntad
y equilibrio
y un alto coeficiente intelectual
otros trabajan duro sin estudios
escasos pero aprenden un oficio y son muy buenos
a esos los conoces y te admiras
aún más
nobles hombres y recios cien por ciento
en sentido común no los superas y sensatos
saben lo que es la vida el sacrificio
uno siempre se apoya en sus virtudes
y la mía
es que pocos constantes como yo
que apenas una vez escasa apenas
no he cambiado el rollito de papel
higiénico
si al ir está acabado
en serio
no perdono.
(COMENTARIO exculpatorio: fue mi primer poema sin ajustar la métrica ni la rima. Me encanta la expresión sintética de "al ir". Intenté, en cambio, evitar la palabra "higiénico", que se me hace excesivamente brutal, pero me pareció mucho sobreentendido para el remate del poema.)
domingo, 23 de septiembre de 2007
La suerte de Jim (1953), de Kingsley Amis
James Dixon aspira a un puesto de profesor de Historia Medieval en una Universidad provinciana (¿Oxford?) y, para conseguirlo, pelotillea servilmente al insoportable Jefe de Departamento y se deja ver en aburridos encuentros sociales. Dixon es un metepatas, no sabe de la materia ni le interesa y la hipocresía con que trata a los demás se hace evidente con frecuencia. La novela avanza de lío en lío en busca del fracaso final.
Los personajes son egoístas, mezquinos e hipócritas. La vida social resulta pretenciosa y ridícula y el estilo y la expresión (sobre todo en las comparaciones) tiende a la sátira degradante.
Un par de ejemplos de lo que digo: Había un pequeño emblema dorado en su corbata que semejaba algún símbolo heráldico, pero que, visto de cerca, resultó ser yema de huevo seca. (pág. 227) Con la señora Welch a su lado, parecía más que nunca un boxeador viejo un tanto dado al hurto ocasional, acompañado por una esposa que antes hubiese sido moza de cocina. (pág. 291)
Es una novela llena de una chispa ingeniosa y divertida dentro de que el tono es casi cruel. Me gustó la burla de la pedantería; me disgustó el tono sarcástico generalizado y la falta de trama. 3/5.
Los personajes son egoístas, mezquinos e hipócritas. La vida social resulta pretenciosa y ridícula y el estilo y la expresión (sobre todo en las comparaciones) tiende a la sátira degradante.
Un par de ejemplos de lo que digo: Había un pequeño emblema dorado en su corbata que semejaba algún símbolo heráldico, pero que, visto de cerca, resultó ser yema de huevo seca. (pág. 227) Con la señora Welch a su lado, parecía más que nunca un boxeador viejo un tanto dado al hurto ocasional, acompañado por una esposa que antes hubiese sido moza de cocina. (pág. 291)
Es una novela llena de una chispa ingeniosa y divertida dentro de que el tono es casi cruel. Me gustó la burla de la pedantería; me disgustó el tono sarcástico generalizado y la falta de trama. 3/5.
sábado, 22 de septiembre de 2007
¿No tienes calor con esa chaqueta?
¿Chaqueta? ¿Calor?
¿Por qué no advierto estas cosas?
Me duele ser atolondrado con los demás, y me confunde serlo conmigo mismo.
Yo habitualmente no soy consciente del calor o el frío, no percibo la falta de luz, ni me doy cuenta de que puedo abrir una ventana o poner una flor... Y tampoco caigo en si estoy triste ni en por qué. Ni en que fulano es maleducado o mengano nervioso. Lo padezco, pero no lo detecto.
A veces alguien me hace reparar en estas cosas y la vida se vuelve más sencilla. Mucho más sencilla. Pero no debo quejarme: seguro que tengo alguna otra virtud a cambio.
¿Por qué no advierto estas cosas?
Me duele ser atolondrado con los demás, y me confunde serlo conmigo mismo.
Yo habitualmente no soy consciente del calor o el frío, no percibo la falta de luz, ni me doy cuenta de que puedo abrir una ventana o poner una flor... Y tampoco caigo en si estoy triste ni en por qué. Ni en que fulano es maleducado o mengano nervioso. Lo padezco, pero no lo detecto.
A veces alguien me hace reparar en estas cosas y la vida se vuelve más sencilla. Mucho más sencilla. Pero no debo quejarme: seguro que tengo alguna otra virtud a cambio.
viernes, 21 de septiembre de 2007
Los libros o se leen o se compran
Leyendo una crítica de una novela de Julio Camba (El matrimonio de Restrepo) me encuentro con la primera frase: “Hay dos clases de libros: unos que se leen y que, generalmente, no se conservan, y otros que se conservan y que, generalmente, no se leen.” Esta cita me ha recordado uno de mis principios de la universidad: los libros o se leen o se compran. Como suele suceder con las máximas, se trata de una exageración, pero mi experiencia dice que cuando he comprado un libro que me apetece mucho leer pierdo la urgencia de leerlo y el libro corre un peligro cierto de terminar en una estantería sin ser leído.
Cuando quiero leer un libro me esfuerzo por resistir el deseo de comprarlo.
Cuando quiero leer un libro me esfuerzo por resistir el deseo de comprarlo.
jueves, 20 de septiembre de 2007
El artista debe hacer arte
En su película sobre Andréi Rubliov (cuya versión novelada reseñé aquí), Tarkovski reflexiona sobre cuestiones artísticas que él se planteaba como cineasta. Una de ellas es su responsabilidad. Los dones que uno ha recibido deben estar al servicio de Dios y de los demás.
Según Tarkovski, Andréi Rubliov entró en crisis ante su incapacidad para comprender a Dios. No entiendía cómo Dios podía permitir que unos hombres causaran tanto daño a otros hombres inocentes. Y en su desconcierto, abandonó la pintura e hizo voto de no hablar. Pero Kiril, un artista mediocre y envidioso, le recrimina esa penitencia. Para Kiril, Rubliov tiene obligación de desarrollar su capacidad porque es depositario y no dueño:
¿Por qué santas acciones has recibido de Dios tu talento? ¿En qué está tu mérito? ¡En nada! ¿Te ha sido dado de la nada! ¡Y si tu talento no es un mérito tuyo, tampoco tienes derecho para disponer de él! ¡No lo tienes! (…) ¡Renunciar a la luz divina es un terrible pecado!
Según Tarkovski, Andréi Rubliov entró en crisis ante su incapacidad para comprender a Dios. No entiendía cómo Dios podía permitir que unos hombres causaran tanto daño a otros hombres inocentes. Y en su desconcierto, abandonó la pintura e hizo voto de no hablar. Pero Kiril, un artista mediocre y envidioso, le recrimina esa penitencia. Para Kiril, Rubliov tiene obligación de desarrollar su capacidad porque es depositario y no dueño:
¿Por qué santas acciones has recibido de Dios tu talento? ¿En qué está tu mérito? ¡En nada! ¿Te ha sido dado de la nada! ¡Y si tu talento no es un mérito tuyo, tampoco tienes derecho para disponer de él! ¡No lo tienes! (…) ¡Renunciar a la luz divina es un terrible pecado!
miércoles, 19 de septiembre de 2007
"El lago", de Mrozek
Estoy remando. Los remos se hunden en el agua, y cuando salen a la superficie, el agua queda igual, nada la perjudica. Los nenúfares, amarillos navegan hacia mí o yo hacia ellos. Se balancean cuando pasan por debajo de los remos, pero no pierden el equilibrio. A ellos tampoco les perjudica nada. Es extraño, no perjudico a nadie y en cambio estoy contento.
Un día estival, el lago por un lado y el cielo por el otro. No se perjudican el uno al otro y en cambio están allí. Los remos crujen en las horquillas, pero ese sonido también está en su sitio. Y yo también: parece como si debiera estar aquí, aunque no estoy obligado a ello. No hay ninguna obligación, pero puesto que estoy aquí, todo está en orden.
Y no es que navegue desde o hacia algún lugar. Es decir, ni tengo prisa, ni navego despacio. Navego fuera del sentido de estas palabras. Tal vez sea por eso que resulta tan agradable. Pero ¿para qué voy a pensar en ello? Es una costumbre del todo innecesaria. ¿De qué me servirá descubrir por qué es tan agradable? Seguramente de nada, o incluso puedo conseguir que sea menos agradable, porque ocupado con mis pensamientos no veré un sauce llorón que, inclinado sobre la orilla, hunde sus verdes y elásticas trenzas en el agua. Ni tampoco tres aves pardas con los cuellos de un azul chillón que nadan entre los juncos escondiendo de vez en cuando sus cuellos en el agua. Y aunque sean aves, nadie les puede reprochar que estén en el agua y no en el aire. Cuando quieran volarán.
Parece que ha pasado el mediodía, pero no es muy tarde, el sol está alto, y muy amablemente no queda justo por encima de la cabeza, de modo que se está con él, pero no se está subordinado a él.
De pronto la luz se vuelve desagradable, insípida y al mismo tiempo fuerte, el agua se endurece, las aves ya no están, no hay lago y sólo yo estoy sentado en una silla y remo, pero sin remos. A mi lado está de pie un señor vestido con frac que me tiende la mano. Y frente a mí hay mucha gente, todos sentados en filas y riendo.
—Gracias —me dice el hipnotizador, y se dirige a la sala—. ¿Quién de ustedes será el siguiente?
Trato unas veces más de mover los brazos, ya sin remos. Una risa aún más fuerte llega de la sala. Así que lo dejo, me levanto de la silla, bajo del escenario entre grandes carcajadas.
La cabeza me da vueltas. Cuando deje de hacerlo intentaré comprender de qué ríe en realidad esa gente.
Un día estival, el lago por un lado y el cielo por el otro. No se perjudican el uno al otro y en cambio están allí. Los remos crujen en las horquillas, pero ese sonido también está en su sitio. Y yo también: parece como si debiera estar aquí, aunque no estoy obligado a ello. No hay ninguna obligación, pero puesto que estoy aquí, todo está en orden.
Y no es que navegue desde o hacia algún lugar. Es decir, ni tengo prisa, ni navego despacio. Navego fuera del sentido de estas palabras. Tal vez sea por eso que resulta tan agradable. Pero ¿para qué voy a pensar en ello? Es una costumbre del todo innecesaria. ¿De qué me servirá descubrir por qué es tan agradable? Seguramente de nada, o incluso puedo conseguir que sea menos agradable, porque ocupado con mis pensamientos no veré un sauce llorón que, inclinado sobre la orilla, hunde sus verdes y elásticas trenzas en el agua. Ni tampoco tres aves pardas con los cuellos de un azul chillón que nadan entre los juncos escondiendo de vez en cuando sus cuellos en el agua. Y aunque sean aves, nadie les puede reprochar que estén en el agua y no en el aire. Cuando quieran volarán.
Parece que ha pasado el mediodía, pero no es muy tarde, el sol está alto, y muy amablemente no queda justo por encima de la cabeza, de modo que se está con él, pero no se está subordinado a él.
De pronto la luz se vuelve desagradable, insípida y al mismo tiempo fuerte, el agua se endurece, las aves ya no están, no hay lago y sólo yo estoy sentado en una silla y remo, pero sin remos. A mi lado está de pie un señor vestido con frac que me tiende la mano. Y frente a mí hay mucha gente, todos sentados en filas y riendo.
—Gracias —me dice el hipnotizador, y se dirige a la sala—. ¿Quién de ustedes será el siguiente?
Trato unas veces más de mover los brazos, ya sin remos. Una risa aún más fuerte llega de la sala. Así que lo dejo, me levanto de la silla, bajo del escenario entre grandes carcajadas.
La cabeza me da vueltas. Cuando deje de hacerlo intentaré comprender de qué ríe en realidad esa gente.
martes, 18 de septiembre de 2007
Khaled Hosseini
Es el autor de Cometas en el cielo (The kite runner), una de las mejores novelas que he leído recientemente. Es una historia de amistad y redención. Una historia agridulce, muy humana, situada en un entorno poco conocido (Afganistán). Cometas en el cielo era la primera novela de Khaled Hosseini y fue para mí una sorpresa. La he recomendado mucho y generalmente con éxito. Conozco mucha gente que se ha entusiasmado con ella. Yo soy uno de esos y por esa razón incluí esa novela en “Mi estantería”. Si acaso, me parece que el autor abusa al final religando a demasiados personajes.
Pues bien, Khaled Hosseini ha publicado recientemente su segunda novela: A thousand splendid suns. Y estoy deseando leerla.lunes, 17 de septiembre de 2007
Consejos para señoritas
Si te vas a casar, que sea con alguien de ciencias: en términos generales son más rigurosos y amantes del orden (y suelen tener mejores sueldos). Los de letras quizá seamos más románticos, pero nuestra curiosidad nos lleva a acumular libros y papeles y eso será una pesadilla cuando vayas a hacer una mudanza. Ya lo verás.
domingo, 16 de septiembre de 2007
A mí me gustan las lentejas
Mamá las ponía normalmente acompañadas de arroz blanco. El arroz iba en pequeños flanes compactos. Ya en el plato mezclábamos el arroz con las lentejas y aquello se convertía en una guerra de “moros contra cristianos”.
Pero lo que yo quería contar hoy es la famosa anécdota de las lentejas del filósofo cínico Diógenes:
Pero lo que yo quería contar hoy es la famosa anécdota de las lentejas del filósofo cínico Diógenes:
Estaba Diógenes cenando lentejas en su tonel cuando le vio el filósofo Aristipo, quien vivía confortablemente a costa de adular al Rey. Y le dijo Aristipo: “Si aprendieras a ser sumiso al Rey, no tendrías que comer esa basura de lentejas”. A lo que replicó Diógenes: “Si hubieras aprendido a comer lentejas, no tendrías que adular al Rey”.
sábado, 15 de septiembre de 2007
Prólogo, donde el autor baja tanto el nivel que luego sólo cabe que suba
¿Poesías? Si son mías
no pueden ser poesías.
Serán un no puedo y quiero
con métrica y rima, pero
para llamarse “poeta”
hay que ser un poco esteta
o un poquito maricón;
y en mi corta educación
más que como intelectual
brillaba de lateral
(y, aún mejor, de extremo zurdo)
por eso mi estilo burdo
incluso en el pareado
tiende al ripio disparado.
¡Demostrado!
no pueden ser poesías.
Serán un no puedo y quiero
con métrica y rima, pero
para llamarse “poeta”
hay que ser un poco esteta
o un poquito maricón;
y en mi corta educación
más que como intelectual
brillaba de lateral
(y, aún mejor, de extremo zurdo)
por eso mi estilo burdo
incluso en el pareado
tiende al ripio disparado.
¡Demostrado!
viernes, 14 de septiembre de 2007
Sobre el agua, de H. M. van den Brink
Es una novela corta situada en Holanda en los años previos a la Segunda Guerra Mundial. El narrador rememora el final de su adolescencia cuando se apuntó al club de remo de su ciudad y formó pareja con otro chico en la categoría de dos sin timonel. El libro refleja la belleza de este deporte, la ilusión propia de su edad, la psicología del entrenamiento y la competición… con el tono nostálgico de lo que pasó.
Un libro hermoso, aunque más que hermoso, el adjetivo que se me viene a la mente es plácido.
Por si os sirve de pista, tiene un aire a la película Chariots of fire y a la novela Reencuentro, de Fred Uhlman. 4/5.
Un libro hermoso, aunque más que hermoso, el adjetivo que se me viene a la mente es plácido.
Por si os sirve de pista, tiene un aire a la película Chariots of fire y a la novela Reencuentro, de Fred Uhlman. 4/5.
jueves, 13 de septiembre de 2007
No somos irrelevantes (quiero pensar)
Hace unos días falleció una escritora americana ―Madeleine L’Engle― que en España no ha sido muy traducida pero en algunos blogs anglosajones que yo sigo, es muy estimada. Yo no he leído nada suyo.
La traigo a colación porque he leído una cita suya (aquí) y la quería reseñar, traduciéndola libremente:
“¿Por qué se cuentan historias?
Creo que tiene que ver con la fe; fe en que el universo tiene sentido, en que nuestras pequeñas vidas humanas no son irrelevantes, en que nuestras elecciones, nuestras palabras y nuestros hechos tienen importancia, importancia para el universo entero.”
Me apropio de estas hermosas palabras que además pueden servirme para justificar la tarea de escribir este blog.
La traigo a colación porque he leído una cita suya (aquí) y la quería reseñar, traduciéndola libremente:
“¿Por qué se cuentan historias?
Creo que tiene que ver con la fe; fe en que el universo tiene sentido, en que nuestras pequeñas vidas humanas no son irrelevantes, en que nuestras elecciones, nuestras palabras y nuestros hechos tienen importancia, importancia para el universo entero.”
Me apropio de estas hermosas palabras que además pueden servirme para justificar la tarea de escribir este blog.
miércoles, 12 de septiembre de 2007
Andrei Rubliov
Versión novelada del guión de la película del mismo título, de Andréi Tarkovski, sobre el pintor de iconos ruso (sg. XV). El libro se parece mucho a la película y participa de ese carácter simbólico y abierto que tiene el cine de Tarkovski. Trata sobre el arte y la responsabilidad del artista.
Yo he visto, que recuerde, dos películas de Tarkovski: La infancia de Iván (v. o. subtitulada) y Andréi Rubliov (v. o. sin subtitular). Las dos me gustaron aunque, claro, ver a Rubliov sin entender ruso tiene su mérito. Por eso me quedó el deseo de completar la película. Leyendo la novela me he llevado algunas sorpresas: no me esperaba que el personaje de Kiril, un mediocre envidioso, tuviese tanta importancia hasta el punto de servir de contraste con Rubliov. Por otro lado, me han impresionado las angustias de Borís, el niño campanero: el pasaje de la fabricación de la campana no lo había logrado entender y era consciente de que era relevante. Y es ciertamente un pasaje muy complejo y muy rico.
No recomiendo el libro porque se trata de una literatura y un cine muy densos y no suelen gustar, pero yo le doy cinco estrellas. 5/5.
Yo he visto, que recuerde, dos películas de Tarkovski: La infancia de Iván (v. o. subtitulada) y Andréi Rubliov (v. o. sin subtitular). Las dos me gustaron aunque, claro, ver a Rubliov sin entender ruso tiene su mérito. Por eso me quedó el deseo de completar la película. Leyendo la novela me he llevado algunas sorpresas: no me esperaba que el personaje de Kiril, un mediocre envidioso, tuviese tanta importancia hasta el punto de servir de contraste con Rubliov. Por otro lado, me han impresionado las angustias de Borís, el niño campanero: el pasaje de la fabricación de la campana no lo había logrado entender y era consciente de que era relevante. Y es ciertamente un pasaje muy complejo y muy rico.
No recomiendo el libro porque se trata de una literatura y un cine muy densos y no suelen gustar, pero yo le doy cinco estrellas. 5/5.
martes, 11 de septiembre de 2007
Auden y el Icarus de Breughel
Hace tiempo que admiro un poema de Auden sobre el Ícaro de Breughel y, además de aprendérmelo de memoria (ahora ya no sería capaz de recitarlo, pero hubo un tiempo en que sí), le hice una traducción. Mi traducción tiene lagunas pero ya me he encariñado con ella y me resisto a retocar los versos. Criticad sin miedo mi versión pero decidme si no merece realmente admiración el poema de Auden que recoge tan bien el lugar “accidental” que ocupa en el cuadro el “accidentado” Ícaro.
Sobre el dolor jamás se equivocaron
los Viejos Maestros: qué bien vieron
su lugar en la vida: cómo llega
mientras en otro punto alguien almuerza o abre una ventana o tan sólo pasea;
y mientras los ancianos esperan con pasión, reverentes,
el milagro de su alumbramiento
habrá siempre muchachos más o menos ajenos al asunto
patinando en un lago en las lindes del bosque:
Ellos nunca olvidaron
que el martirio más cruel debe seguir su curso
en un rincón cualquiera mal barrido
donde los perros siguen con su vida de perros y el potro del verdugo
se restriega las ancas contra el tronco de un árbol.
En el Ícaro de Breughel, por ejemplo: qué pacíficamente
se desentiende todo del desastre. El pescador quizá
oyó el golpe en el agua, y el grito lastimero,
pero estaba a otra cosa; el sol lucía
como era de esperar sobre las blancas piernas que entraban en el agua;
y aquel lujoso y delicado barco, que sin duda habrá visto
un suceso asombroso, un chico que cae del cielo,
tenía su destino y mantuvo su rumbo.
los Viejos Maestros: qué bien vieron
su lugar en la vida: cómo llega
mientras en otro punto alguien almuerza o abre una ventana o tan sólo pasea;
y mientras los ancianos esperan con pasión, reverentes,
el milagro de su alumbramiento
habrá siempre muchachos más o menos ajenos al asunto
patinando en un lago en las lindes del bosque:
Ellos nunca olvidaron
que el martirio más cruel debe seguir su curso
en un rincón cualquiera mal barrido
donde los perros siguen con su vida de perros y el potro del verdugo
se restriega las ancas contra el tronco de un árbol.
En el Ícaro de Breughel, por ejemplo: qué pacíficamente
se desentiende todo del desastre. El pescador quizá
oyó el golpe en el agua, y el grito lastimero,
pero estaba a otra cosa; el sol lucía
como era de esperar sobre las blancas piernas que entraban en el agua;
y aquel lujoso y delicado barco, que sin duda habrá visto
un suceso asombroso, un chico que cae del cielo,
tenía su destino y mantuvo su rumbo.
lunes, 10 de septiembre de 2007
Akeelah and the bee
Akeelah and the bee es la historia de una niña de un barrio difícil de Los Angeles que participa en un certamen nacional de spelling o deletreo (ortografía, digamos). Es una película para verla en versión original, casi imposible de doblar, porque los problemas ortográficos son muy diferentes en inglés y en español. Es amable, pero me defraudaron dos aspectos: el primero es un espíritu de competición obsesionado por el triunfo (la madre llega a decir que no quería que su hija participara porque era un concurso con un solo ganador y 200 perdedores); el otro es cómo representa la preparación de la niña, con una épica fuera de lugar (banda sonora incluida) que me recordó a Rocky entrenándose para un combate.
El título de la película es el nombre de la niña y la competición. En Estados Unidos, al parecer, se denominan "bees" algunos encuentros o reuniones.
Probablemente la utilice en mis clases de inglés. 3/5.
El título de la película es el nombre de la niña y la competición. En Estados Unidos, al parecer, se denominan "bees" algunos encuentros o reuniones.
Probablemente la utilice en mis clases de inglés. 3/5.
domingo, 9 de septiembre de 2007
Medicina prenatal
Hoy la prensa (aquí, por ejemplo) recoge con ilusión el caso de María, una niña que ha nacido en Sevilla y que había sido operada de espina bífida a finales de julio, durante la gestación. Creo que conviene difundir este tipo de noticias para minar un poco la complacencia sin escrúpulos del abortismo dominante. En mi opinión el debate que tenemos por delante no es de carácter racional sino sentimental, pero los éxitos de la medicina prenatal son un verdadero escándalo. Un día volveremos a ser normales, a tener conciencia y a respetar la vida.
sábado, 8 de septiembre de 2007
¡Felicidades, Mami!
Hoy en la Iglesia Católica celebramos la Natividad de María: el cumpleaños de la Virgen. No sé muy bien cómo va esto del tiempo en el Cielo pero el nacimiento de nuestra Señora dispara la cuenta-atrás de la Redención: en unos quince años se encarnará nuestro Señor Jesucristo. Por eso me imagino que a Dios le entraría hoy ese estremecimiento que te llega cuando se precipita un acontecimiento emocionante. Yo me imagino también la ilusión de padre de Dios ante este alumbramiento. Y la sonrisa socarrona que se le pondría cuando en la tierra alguien dijese (porque seguro que lo dijeron) que si se parece mucho a su madre o a su padre.
viernes, 7 de septiembre de 2007
Asuranceturix
Como esto es un blog propio, qué menos que servirme de él para "colocar" mis poesías. Aquí vendrán, bajo la etiqueta de Asuranceturix, los poemillas que he compuesto. Excuso decir que todos son ejercicios de estilo previos a mi obra definitiva. Algunos además son más o menos evidentes imitaciones.
Procuraré no sobrecargarlos con explicaciones. Porque con la explicación se va la poesía como se va la gracia de un chiste.
Procuraré no sobrecargarlos con explicaciones. Porque con la explicación se va la poesía como se va la gracia de un chiste.
Una vez leí que la diferencia entre el cielo y el infierno era que en el cielo se lee poesía y en el infierno te la explican. A mí, partidario acérrimo del cielo, esta frase suele recordarme que debo cerrar el pico.
jueves, 6 de septiembre de 2007
Premeditación, Alevosía y Ensañamiento
Un pasaje gracioso de una lectura de abril:
(Armando Palacio Valdés, Riverita)
―Mira el retrato de tío Joaquín ―dijo en voz alta―. Vivíamos en Sevilla muy cerquita de su casa. Es fiscal de la Audiencia y tiene las tres hijas que vas a ver… Esta es la primera, Sofía.
―¡Uf, qué fea…”! Dispénsenme ustedes, no he podido remediar este grito…
―Di lo que gustes ―manifestó la brigadiera―. Hace ya tiempo que estamos todos en ello.
―Mira la tercera, Gertrudis.
―Pues ésta es más fea aún.
―Aquí está la segunda, Lola.
―¡Demonio, ésta es verdaderamente horrible!
Julia se echó a reír, diciendo:
―En Sevilla las llaman “las tres circunstancias agravantes”: A la primera Premeditación, a la segunda Alevosía, y a la tercera Ensañamiento, por orden de fealdad.
―¡Uf, qué fea…”! Dispénsenme ustedes, no he podido remediar este grito…
―Di lo que gustes ―manifestó la brigadiera―. Hace ya tiempo que estamos todos en ello.
―Mira la tercera, Gertrudis.
―Pues ésta es más fea aún.
―Aquí está la segunda, Lola.
―¡Demonio, ésta es verdaderamente horrible!
Julia se echó a reír, diciendo:
―En Sevilla las llaman “las tres circunstancias agravantes”: A la primera Premeditación, a la segunda Alevosía, y a la tercera Ensañamiento, por orden de fealdad.
(Armando Palacio Valdés, Riverita)
miércoles, 5 de septiembre de 2007
Librivox: audiolibros en inglés
Librivox es una dirección electrónica creada por voluntarios que leen en voz alta libros que están ya en dominio público. Son mayoritariamente libros en inglés. Están en formato mp3 y se pueden bajar capítulo a capítulo. Es un auténtico tesoro y gracias a Librivox he afrontado la lectura de algunos libros pendientes.
Como son lecturas en voz alta, son lecturas lentas, para saborear.
Este verano me he leído/oído (leo el libro mientras oigo la versión de Librivox) tres libros: Five children and it de E. Nesbit, Jane Eyre de Charlotte Brontë y The prisoner of Zenda de Anthony Hope. El primero me gustó, el segundo me entusiasmó (ya lo había leído en castellano, tiempo atrás) y el tercero me defraudó. Ahora estoy leyendo/oyendo A tale of two cities, de Charles Dickens que, por cierto, no me está gustando demasiado. Otro día, con tiempo, quizá explique los porqués.
Como son lecturas en voz alta, son lecturas lentas, para saborear.
Este verano me he leído/oído (leo el libro mientras oigo la versión de Librivox) tres libros: Five children and it de E. Nesbit, Jane Eyre de Charlotte Brontë y The prisoner of Zenda de Anthony Hope. El primero me gustó, el segundo me entusiasmó (ya lo había leído en castellano, tiempo atrás) y el tercero me defraudó. Ahora estoy leyendo/oyendo A tale of two cities, de Charles Dickens que, por cierto, no me está gustando demasiado. Otro día, con tiempo, quizá explique los porqués.
martes, 4 de septiembre de 2007
Incipit liber
No haré una declaración de intenciones porque no las tengo muy claras. Prefiero además que no queden muy patentes los incumplimientos futuros. Pero pongo el blog y a los posibles lectores bajo la intercesión de Nuestra Señora del Rosario, patrona de La Coruña. De esa forma, ni vosotros ni yo perderemos el tiempo.
La foto es malilla y la pongo en pequeño, pero la cara de la Virgen me recuerda a mamá.
Pasad. Estáis invitados. Ojalá os encontréis a gusto.
Pasad. Estáis invitados. Ojalá os encontréis a gusto.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)