domingo, 16 de septiembre de 2007

A mí me gustan las lentejas

Mamá las ponía normalmente acompañadas de arroz blanco. El arroz iba en pequeños flanes compactos. Ya en el plato mezclábamos el arroz con las lentejas y aquello se convertía en una guerra de “moros contra cristianos”.
Pero lo que yo quería contar hoy es la famosa anécdota de las lentejas del filósofo cínico Diógenes:
Estaba Diógenes cenando lentejas en su tonel cuando le vio el filósofo Aristipo, quien vivía confortablemente a costa de adular al Rey. Y le dijo Aristipo: “Si aprendieras a ser sumiso al Rey, no tendrías que comer esa basura de lentejas”. A lo que replicó Diógenes: “Si hubieras aprendido a comer lentejas, no tendrías que adular al Rey”.

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