Sobre el dolor jamás se equivocaron
los Viejos Maestros: qué bien vieron
su lugar en la vida: cómo llega
mientras en otro punto alguien almuerza o abre una ventana o tan sólo pasea;
y mientras los ancianos esperan con pasión, reverentes,
el milagro de su alumbramiento
habrá siempre muchachos más o menos ajenos al asunto
patinando en un lago en las lindes del bosque:
Ellos nunca olvidaron
que el martirio más cruel debe seguir su curso
en un rincón cualquiera mal barrido
donde los perros siguen con su vida de perros y el potro del verdugo
se restriega las ancas contra el tronco de un árbol.
En el Ícaro de Breughel, por ejemplo: qué pacíficamente
se desentiende todo del desastre. El pescador quizá
oyó el golpe en el agua, y el grito lastimero,
pero estaba a otra cosa; el sol lucía
como era de esperar sobre las blancas piernas que entraban en el agua;
y aquel lujoso y delicado barco, que sin duda habrá visto
un suceso asombroso, un chico que cae del cielo,
tenía su destino y mantuvo su rumbo.
los Viejos Maestros: qué bien vieron
su lugar en la vida: cómo llega
mientras en otro punto alguien almuerza o abre una ventana o tan sólo pasea;
y mientras los ancianos esperan con pasión, reverentes,
el milagro de su alumbramiento
habrá siempre muchachos más o menos ajenos al asunto
patinando en un lago en las lindes del bosque:
Ellos nunca olvidaron
que el martirio más cruel debe seguir su curso
en un rincón cualquiera mal barrido
donde los perros siguen con su vida de perros y el potro del verdugo
se restriega las ancas contra el tronco de un árbol.
En el Ícaro de Breughel, por ejemplo: qué pacíficamente
se desentiende todo del desastre. El pescador quizá
oyó el golpe en el agua, y el grito lastimero,
pero estaba a otra cosa; el sol lucía
como era de esperar sobre las blancas piernas que entraban en el agua;
y aquel lujoso y delicado barco, que sin duda habrá visto
un suceso asombroso, un chico que cae del cielo,
tenía su destino y mantuvo su rumbo.
2 comentarios:
Aunque no conozco el poema original inglés, la traducción tiene bastante fuerza. Me emociona esa capacidad de captar los detalles nimios. Probablemente hubiera pasado de largo al ver este cuadro. Ahora sé que la próxima vez que vaya a Bruselas iré a ver las Colecciones Reales y veré al pobre Ícaro de cerca.
Fede,
bienvenido a la página. No olvidaré que ha sido tuyo el primer comentario de mi blog... Esto es de lo que un hombre no puede olvidar.
Que sepas que he puesto un link al principio de la entrada con una página que recoge la versión en inglés. (La de cosas que estoy aprendiendo...)
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