Peter Bamm, al hilo de un relato sobre las condiciones de trabajo de un médico de campaña, hace interesantes reflexiones. Explica la rapidez con que se veían obligados a decidir, por ejemplo, si amputar o no un miembro. Decisiones drásticas sin tiempo para reflexionar sobre ellas. La cita que añado, me trae al recuerdo el poema de León Felipe sobre el romero: para enterrar a los muertos, cualquiera vale, cualquiera, menos un sepulturero... (cito de memoria, probablemente mal). Aquí hay un tema sobre el que tengo que escribir algo para poner orden.
Por supuesto que no sentíamos compasión. No nos la hubiéramos podido permitir: nos hubiéramos agotado en seguida y yo no hubiéramos servido para el trabajo. Compasión es el sentimiento natural del lego, que no tiene más que eso. Para nosotros, cada herido era una tarea.
(Peter Bamm, La bandera invisible)
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