En mi último viaje a Italia (en noviembre) visité
S. Pietro in vincoli donde se veneran las cadenas con las que estuvo preso san Pedro. Allí está también el Moisés de Michelangelo. Recé entonces por el sucesor de san Pedro, Benedicto XVI, que había sido también "encadenado" a la Ciudad Eterna cuando fue elegido Papa, él que soñaba con retirarse a su Baviera natal. Hoy rezo también por él, en el aniversario de su elección. Y doy gracias a Dios por los papas tan impresionantes que está eligiendo para su Iglesia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario