Hay dos personajes secundarios que sirven de contrapunto con Erin Gruwell y plantean cuestiones polémicas: su esposo y la subdirectora del colegio. El contraste se pone de manifiesto en la película pero un poco devaluado porque ambos personajes no tienen prestigio ante el espectador: el marido aparece alguna vez como perezoso y egoísta; la subdirectora destila envidia y un rencor casi ciego.
La cuestión que el marido suscita es que los alumnos de su esposa reciben más atención que él. Erin no consigue atender todos los frentes que tiene delante y el esfuerzo por ganar a sus alumnos le va alejando de su marido. Derrocha creatividad e imaginación en su relación con los alumnos, mientras que se muestra pasiva y abandonada en su relación matrimonial.
La cuestión que suscita la subdirectora es que lo que Erin está haciendo con esa clase es algo excepcional y, por eso, inimitable e irrepetible. Ni siquiera Erin está segura de poder hacerlo con otra clase diferente. La subdirectora llevaba 30 años de experiencia docente y es incapaz de seguir el ejemplo de Gruwell (en el caso de que realmente sea un modelo a seguir). Resulta significativo que, de hecho, Gruwell no dé clase a ningún otro grupo de estudiantes del Instituto: acompaña a la misma clase desde 1º a 4º y luego se pasa a la enseñanza superior. Gruwell parece un cohete de fuegos de artificio: muy brillante y muy fugaz.
La cuestión que el marido suscita es que los alumnos de su esposa reciben más atención que él. Erin no consigue atender todos los frentes que tiene delante y el esfuerzo por ganar a sus alumnos le va alejando de su marido. Derrocha creatividad e imaginación en su relación con los alumnos, mientras que se muestra pasiva y abandonada en su relación matrimonial.
La cuestión que suscita la subdirectora es que lo que Erin está haciendo con esa clase es algo excepcional y, por eso, inimitable e irrepetible. Ni siquiera Erin está segura de poder hacerlo con otra clase diferente. La subdirectora llevaba 30 años de experiencia docente y es incapaz de seguir el ejemplo de Gruwell (en el caso de que realmente sea un modelo a seguir). Resulta significativo que, de hecho, Gruwell no dé clase a ningún otro grupo de estudiantes del Instituto: acompaña a la misma clase desde 1º a 4º y luego se pasa a la enseñanza superior. Gruwell parece un cohete de fuegos de artificio: muy brillante y muy fugaz.
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