jueves, 29 de noviembre de 2007

El puesto del soldado

Se dice que cada español lleva dentro un seleccionador nacional de fútbol. Porque (los varones al menos) tenemos claro qué jugadores deberían formar parte del equipo y cuáles no. Sabemos además perfectamente (a toro pasado) por qué se produjo la victoria o la derrota.
En nuestras empresas solemos saber también mejor que el jefe qué habría que hacer, mejor que el Alcalde de nuestra ciudad cómo arreglar el tráfico y mejor que el Gobierno cómo habría que dirigir el país.
En el combate, el soldado tiende a despotricar de sus jefes. Pero resulta absurdo y contraproducente que pretenda ganar él la guerra o establecer él la táctica. Tiene que estar en su lugar y cumplir lo mejor posible su tarea. Que cumpla con su misión y que (para suerte suya o desgracia) confíe en sus generales.
Uno debe asumir con sencillez el lugar que ocupa en la vida.

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