domingo, 4 de noviembre de 2007

Dialogues de carmélites, de Francis Poulenc


La ópera es moderna, se estrenó en 1957. Lo primero que debo aclarar es que mi formación musical es pésima. Y, que yo recuerde, he asistido a dos óperas en directo en mi vida.
He visto ésta en dvd porque lo que Tomás Alfaro decía sobre ella (en Al sueño de la muerte hablo despierto. La reseña aquí) me interesó.
Está basada en una obra de teatro de Bernanos con el mismo título. Bernanos se inspiró en la novela La última en el cadalso de Gertrud von Le Fort. A su vez, la novela se inspira en los diarios auténticos de una monja carmelita que se salvó de morir guillotinada con sus 16 compañeras el 17 de julio de 1794.
Yo conocía y admiraba la novela y el drama y con tales apoyos me vi con fuerzas para afrontar la ópera. Bien. La música es arisca, evita constantemente las posibilidades líricas (no hay las clásicas arias donde un personaje se recrea a su gusto). Me pareció la singladura de un barco en una noche de tormenta: constantes dificultades y amenazas sin tregua. De vez en cuando un descanso pequeño o una oración y de nuevo las olas y la inclemencia.
De todas formas, las asperezas de la música están subordinadas a una idea comprensible para mí y eso me hace encontrarles interés. El tema principal (el miedo, la debilidad, la gracia) es apasionante y está muy bien tratado. 4/5.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

¿Podría hacer referencia al gran poeta del XIX Gustavo Adolfo? Como estamos en noviembre algo de las ánimas o quizá la magistral poesía que comienza así:

Cerraron sus ojos
que aún tenía abiertos;
taparon su cara
con un blanco lienzo;
y unos sollozando
otros en silencio;
de la triste alcoba
todos se salieron?

Magistral, ¿verdad?

alfonso dijo...

Lo intentaré, aunque Bécquer no es mi favorito. Además, puestos a hablar de difuntos, a mí lo que me viene a la imaginación, más que Bécquer, es "Don Juan Tenorio" de Zorrilla, pero bueno.